Ingredientes
- Bacaladillas
- Agua
- Sal
Compramos bacaladillas que no sean muy pequeñas, las limpiamos de tripas y de la telilla que las encierra, hasta que se vea la espina. Y yo las he congelado, porque el anisakis ha hecho que modifique estas recetas, así como el salmón marinado y los boquerones en vinagre.
Pasados un par de días, las saqué del congelador y las dejé descongelar en la nevera.
Kiko dice en su blog que hay que hacer una salmuera con agua y sal gruesa, y que está bien hecha si el ojo del pescado se pone blanco. Los míos no se han puesto blancos, y eso a pesar de echar 270 gramos de sal en 1 litro de agua. No sé si es por la congelación previa o porque le faltaba sal, pero de todas formas, no he echado más. Y los he dejado en la sal cerca de una hora, contando las diferentes veces que he ido añadiendo sal. Debemos notar que se ponen duros al tacto. Pero si los tenemos demasiado tiempo, se cuecen en la propia salmuera, y cuando vamos a colgarlos se les suelta la cabeza. (¡Qué sabia es mi santa madre!).
En fin, cuando consideramos que ya estaban, con una aguja gruesa y un hilo de algodón, los ensarté todos pasando la aguja a través de los ojos, y los puse a secar a la sombra. Por la noche hay que resguardarlos de la humedad.
Yo los he tenido secando 5 días. Los he guardado en la nevera en una fiambrera.
Desconocía por completo este tipo de salazón pero me parece genial que con los blogs este tipo de tradiciones sigan más vivas que nunca.
ResponderEliminarBesos y feliz semana,
Palmira
Me ha gustado esta receta. Lo has explicado muy bien.
ResponderEliminarGracias
Amparo