Ingredientes
- 300 gr de espinacas limpias
- 200 gr de gambas listadas pequeñas
- 65 gr de harina
- 30 gr de mantequilla
- 20 gr de aceite de oliva virgen extra
- 265 gr de leche de almendras
- 30 gr de caldo de gambas
- Sal
- Pasta Orly
Cocer las espinacas en agua con sal durante 5 minutos, y escurrir muy bien para eliminar toda el agua posible.
Pelar las gambas, lavar los cuerpos y las pieles y cabezas. Los cuerpos, pasarlos unos segundos por una sartén pincelada de aceite. Trocearlos lo finamente que se quiera, y añadirlos a las espinacas escurridas.
Poner en un cazo las cabezas y cáscaras de las gambas y cocer durante 15 minutos, con unos 100 gr de agua y un poco de sal. Al terminar, colar el caldo, y chafar bien las cabezas con una mano de mortero, para extraer bien todo el jugo. Reservar.
En una sartén antiadherente, poner la mantequilla y el aceite, y cuando estén calientes, añadir la harina, dándole vueltas para dorar bien por todas partes. A continuación, añadir las espinacas, las gambas, la leche caliente y el caldo de las gambas. Si no queremos que se noten los tropezones, en éste momento daremos un golpe con la batidora, teniendo cuidado de que la sartén no se ralle. Ir removiendo con las varillas hasta que no queden grumos. Cuando empiece a espesar, probamos el punto de sal, y cuando empiece a hervir, lo retiramos del fuego, y lo pasamos a un recipiente donde quede bastante extendido, tapamos con papel film apoyado en la superficie de la masa, para que no se forme costra, y lo dejamos reposar hasta el día siguiente.
En el momento de prepararlos, cogemos la pasta Orly, cortamos porciones de 60-70 gr de la masa, las pasamos por la salsa, y las freímos en aceite de oliva virgen extra caliente, hasta que estén doradas por ambos lados. Dejamos escurrir sobre papel absorbente, y servimos calientes.
La leche vegetal no ha supuesto ningún problema, además no tenía ningún azúcar añadido. Las gambas que he utilizado eran congeladas, y la diferencia de precio para la cantidad que necesitaba, no merecía la pena, así que en lugar de la gamba arrocera que indica Susana, puse listada pequeña, muchísimo más sabrosa.