Ingredientes
- 2 pechugas de pollo
- 2 huevos
- Maicena para rebozar
- Sal
- Pimienta
- Aceite de girasol abundante para freír
- 5 cucharadas de zumo de limón
- 1 cucharada de vinagre de vino blanco
- 2 cucharadas de azúcar
- 4 cucharadas de agua
- 1 cucharadita de Maicena
- Rodajas de limón
Limpiar bien la pechuga de grasa y huesos. salpimentarla y ponerla a macerar en los huevos batidos (la cantidad de huevo depende del número y tamaño de las pechugas).
En el agua, fría, se disuelve la Maicena. Se pone en un cazo, junto con el zumo de limón, el vinagre y el azúcar, y se pone a fuego medio-alto, sin dejar de remover, hasta que empiece a hervir, momento en que se baja el fuego al mínimo y se deja cocer durante un minuto. Se apaga y se reserva.
Una vez preparada la salsa, se saca el pollo del huevo, se reboza abundantemente en la Maicena, se le dan unos golpes para que suelte el exceso de harina, y se fríe en aceite de girasol a fuego medio-alto, hasta que presente un aspecto dorado uniforme, pero no tostado: el interior estará hecho, pero jugoso. Se saca a un papel absorbente.
Con un cuchillo afilado se practican unos cortes en la pechuga, sin cortarla del todo, donde se introducirán, a modo de adorno, unas rodajas bien finas de limón. Se echa un poco de salsa sobre la pechuga, pero muy poca, para que el rebozado no se reblandezca, y se sirve con la salsa, caliente, aparte.
No ha sobrado nada.
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