O gachas de avena. Un desayuno que he descubierto hace poco, que está bien rico, y que te deja llena, llena. Tiene para mí, varios inconvenientes, que se pueden subsanar con facilidad. Uno es el tiempo, porque has de cocerlo durante unos 10 minutos y después ha de enfriarse, para mí. Ésto puede arreglarse dejándolo preparado la noche anterior, para luego calentarlo. Y el otro es encontrar la consistencia adecuada, para que no se convierta en un engrudo. Y ésto también depende del gusto de cada uno.
Ingredientes
- 1 1/2 taza de leche de vaca o vegetal
- 1/4 de taza de copos de avena
Opcional
- 1 cucharada de azúcar moreno o cualquier otro endulzante
- Unas pasas
- Unas frambuesas
- 1/2 plátano
Ponemos a cocer la leche y cuando esté caliente, añadimos la avena, y la cocinamos durante 5-10 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Servimos y ponemos por encima el azúcar, para que se funda con el calor y forme una costra. Antes, podemos ponerle la chía, si así lo decidimos.
Cuando se enfría un poco, podemos añadirle unas pasas, o frambuesas,o arándanos, o unas rodajas de plátano....Es un desayuno de lo más saludable, y bastante saciante, gracias a su contenido en fibra.
Y por lo que he leído por ahí, puede hacerse en
versión salada, ya que la avena tiene un sabor bastante neutro, sustituyendo la leche por agua o caldo, y añadiendo ingredientes salados: queso, champiñones, cebolleta, tomate, aguacate, un huevo pochado. Además, se puede tostar primero la avena. Eso lo dejaremos para otro día.
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