Ingredientes
- Sardinas frescas
- Pimientos secos o italianos
- Panceta
- Aceite de oliva virgen extra
- Harina de trigo
- Agua
- Sal
- Uva
Ahora echamos un vaso de agua y sal en la sartén, se calienta y se va añadiendo la harina poco a poco, sin para de mezclar y dar vueltas, a fuego lento. De vez en cuando, se va echando una cucharada del aceite que se apartó. Con la harina y el agua se forma una pasta dura, una bola que hay que ir rompiendo, una y otra vez con ayuda de la rasera, que es una especie de espumadera pero con el extremo recto. Se prueba la masa de sal y se siguen friendo a fuego lento, dando vueltas y partiendo hasta que están hechas. No han de quedar muy aceitosas.
Esta es una comida humilde de tiempo de escasez, pues lo de la sardina y/o la panceta se puede obviar, erigida en manjar por méritos propios. Cada vez que mi madre o mi abuela hacían migas era una fiesta. Hace muchos años que no las comía, y por fin me he decidido a hacerlas.
El mes de septiembre es mi favorito. Hace calor, pero no en exceso. Los días son todavía largos. Es como la primavera, pero sin alergia. Y además hay uvas, caquis, granadas, melocotones, melones,.....En septiembre nos solía hacer las migas mi abuela. Y comerlas acompañadas de la sardina, el pimiento seco, y unos refrescantes granos de uva recién cogida de la parra del patio....no tiene precio. Y con estas migas felicito a Juan Carlos Arcos, que también es auténtico, como las migas. Y que seguro que si viera una foto de la parra del patio de mi abuela, sabría decirme de qué variedad es. Un beso muy fuerte, y que cumplas muchos más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario