Otra de mis aficiones gastronómicas no compartidas con mi familia es la casquería. Me encanta creo que toda. Así que por eso, porque no siempre es fácil encontrarla y por su elevado contenido calórico, la cocino muy de tarde en tarde. Pero, de vez en cuando, me toca.
Ingredientes
- Sesos
- Harina
- Huevo batido
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- Sal
- Aceite para freír
Es facilísimo de hacer, aunque he acabado comiéndomelos yo sola, cosa que ya sospechaba. Ellos se lo pierden. Cogemos los sesos y los lavamos bien, con cuidado, que son delicados. Los dejamos un rato en remojo en agua con un chorrito de vinagre. Y los cocemos durante 4 o 5 minutos en agua hirviendo con sal. Los sacamos, les retiramos la telilla que los envuelve, los secamos y cortamos en rodajas. Los pasamos por harina y a continuación por el huevo batido con sal y la levadura. Y de ahí a la sartén con aceite caliente. Sólo dorarlos, porque el seso ya está cocido. Y a disfrutar. O a protestar, según quien esté detrás del plato. Aunque yo insisto en que coman, que "De lo que se come, se cría".
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