Aprovechando que tenía mucho pan duro, hice torrijas. En Cocentaina les llaman también "rosquetes", y son típicas de la Cuaresma. En el colegio, hay un día en que las madres de los alumnos de Educación Infantil preparan torrijas y/o chocolate, y van a la hora del patio, al comedor del cole, a desayunar con los niños. Y las que sobran, que son muchas, se sacan al patio y se reparten entre los alumnos de Primaria y de la ESO, que no dejan de merodear alrededor de la puerta, esperando este momento.
Ayer, mientras las comía Joan, el amigo de mi hijo Rodrigo, se chupaba los dedos y decía "parece mentira que esto sea pan".
Ingredientes
- Pan duro
- Leche
- Huevo batido
- Azúcar
- Canela
- Aceite de oliva
Partir el pan en rebanadas gruesas y empaparlo en leche azucarada, teniendo cuidado de que no se deshaga. Entonces pasarlo por el huevo batido, y freírlo en abundante aceite de oliva caliente. Sacar cuando estén doradas por ambas caras, dejar escurrir sobre un papel absorbente, y espolvorear con azúcar y canela.
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