Crackers de salvado de avena

     Me encantaron cuando los probé en una clase de cocina de thermomix. Y no solo a mí, fue el plato mejor valorado, en general, por las asistentes.

Ingredientes
  • 50 gr de nueces
  • 140 gr de salvado de avena
  • 20 gr de harina de repostería
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de levadura química en polvo
  • 200 gr de leche entera
Para espolvorear
  • Aceite de oliva
  • Escamas de sal
  • Pimienta negra
     Precalentamos el horno a 180ºC.
     Ponemos en el vaso las nueces y el salvado, y presionamos el Turbo 2 veces, con la posición vaso cerrado. Añadimos el resto de los ingredientes y mezclamos 10 seg, vel 4.
     Volcamos la mezcla sobre un trozo de papel de hornear de 30 x 40 cm y la extendemos. La cubrimos con otro trozo de papel y la alisamos con el rodillo, dejando una lamina lo más regular posible, pero no excesivamente fina, y  horneamos 10 minutos.
     Sacamos del horno, retiramos el papel superior y cortamos en cuadrados de unos 4 x 4 cm. Espolvoreamos la superficie con escamas de sal, pimienta, y un spray de aceite de oliva. Volvemos a meter en el horno durante 10 min más.
     Dejamos enfriar sobre una rejilla para que se mantengas crujientes.

Aceitunas partidas

     He ido tantas veces a la orza de las olivas....Mi abuela las tenía en una cámara, tapadas con un corcho. Había que sacarlas con una cuchara de madera, nunca de metal, ni meter la mano en la orza, pues se ponían blandas. Había que apartar esa telilla blanca que se había formado, y meter la cuchara, últimamente un cucharón de plástico blanco agujereado en el fondo. A mí no me entusiasmaban, prefería las sevillanas, y por supuesto, las rellenas de anchoa. Pero a mi madre le chiflaban. Y cuando vi la entrada de Elvira, me decidí a hacerlas.
     Mis abuelos tenían unos cuantos olivos (las oliveras), recogían las aceitunas, las llevaban a la almazara para hacer el aceite, y por supuesto, las aliñaban. Las oliveras ya no están, y yo soy totalmente inculta en estos temas, pero vamos, ésto es lo que he logrado aprender. Las aceitunas (por lo menos las que yo he cogido), son de color verde antes de madurar. Esas son aptas para aliñarlas, pero como no están maduras, hay que curarlas, y la manera de hacerlo, tradicionalmente, es con sosa. Éstas las dejaremos para otro día. Y cuando cambian al color negro, porque ya están maduras, ha llegado el momento de recogerlas para hacer el aceite, y son estupendas para hacerlas "partidas". Me fui con mi amiga Ana a recoger aceitunas a su bancal, en Benilloba; las mujeres que pasaban, conocidas suyas, y ella misma, sabían, por supuesto, que las verdes son para la sosa y las negras para partirlas. A mí me costó recordar cada color con su proceso correspondiente, la verdad, hasta que entendí que lo de la sosa era para acelerar el proceso, dado que no estaban maduras todavía.
     Cogimos un cubo de aceitunas mezcladas, y me fui a casa. Mi madre, enseguida, se puso manos a la obra. Yo recordaba a mi abuela y a mi madre, con una maza de madera, (algo parecido a un cubilete de dados, pero macizo y de madera) y un delantal viejo, chafando montones de olivas, que soltaban un líquido que manchaba lo suyo. Yo no tengo maza, pero mi madre  se armó con un cuchillo, y una vez separadas las aceitunas verdes de las otras, fue rajando una a una las negras, y algunas de las verdes que estaban cambiando de color. Luego las puse en un lebrillo que me traje también de Benilloba, las enjuagué con agua varias veces, y las dejé cubiertas de agua, a la que añadí un poco de sal gorda. Porqué sal gorda no lo sé. Mi madre dice que probablemente, porque les sobraba de la matanza, de salar los jamones, y antes, en su pueblo "No había de todo siempre, como ahora, hija".

Ingredientes

  • Aceitunas
  • Sal gorda
  • Hierbas: tomillo, ajedrea, pebrella, romero
  • Ajos
  • Corteza de limón, de naranja
  • Cominos,....

     El asunto es que hay que cambiar el agua cada día, durante al menos dos semanas, hasta que, al probarlas, no estén amargas, momento en que procederemos al aliño. Y el lebrillo era precioso, pero pesaba la tira, y además, era incómodo cambiar el agua, dada la amplitud de su boca y que se caían las aceitunas, por lo que, al segundo día, las cambié a un feo y práctico capazo de plástico negro con asas. Durante éste proceso, tampoco se pueden meter las manos en las aceitunas. todo sea porque se mantengan firmes. Y el agua del remojo ha de ser agua no tratada o bien agua mineral, pues el cloro del agua potable las reblandece.
     Cuando pasen dos semanas de ésta manera, probamos una aceituna. Si está amarga, continuamos el proceso 1 semana más. Y así hasta que dejen de amargar. a mí me ha costado casi un par de meses, y lo achaco a que las aceitunas no están chafadas, sino partidas y no en exceso, por lo que les ha costado más sacar el amargor.
     Una vez conseguido nuestro propósito, llega el momento de aliñarlas. Cogemos tarros bien limpios, ponemos una capa del aliño elegido, una de aceitunas, y así sucesivamente, hasta terminar con una de hierbas.
     Hacemos una salmuera con 80 gr de sal por cada litro de agua, y con ella, rellenamos los botes, que tapamos, y dejamos unos días para que las aceitunas tomen el gusto del aliño. La idea de Elvira de preparar diferentes tarros con diferentes aliños, y así probar cual nos gusta más, me ha gustado mucho. y la proporción de la salmuera también es de ella.

Sandwich VIP´S Club

     Fue nuestra comida de un sábado. No lo conocía, pero me hizo mucha gracia cuando lo vi en Mercado Calabajío. Y un día en que no tenía prisas, lo preparé. Bien es cierto que se puede tener bastante adelantado  el trabajo y montarlo en el último momento, mientras una mano amiga va haciendo unas patatas fritas en la freidora.

Ingredientes para un sandwich

  • 4 rebanadas de pan de molde
  • 1 filete de pechuga de pollo
  • 2 lonchas de bacon ahumado
  • 1 hoja de lechuga
  • 1/2 tomate de pera
  • 1 loncha de queso Havarti
  • 1 loncha de queso Emmental
  • 1 loncha de jamón de york
  • Sal
  • Pimienta
  • Mayonesa
  • Mantequilla

     En una sartén con un poco de aceite, doramos la pechuga salpimentada, y la retiramos.
     En un plato llano ponemos un par de hojas de papel de cocina, las lonchas de bacon encima, otro par de hojas, y lo metemos en el microondas hasta que esté crujiente, y reservamos. A mí me llevó algo más de dos minutos.
     Lavamos , secamos y troceamos la lechuga, la ponemos en un bol y la embadurnamos con mayonesa.
     Lavamos  y secamos el tomate, y lo partimos en rodajas finas. Reservamos.
     Cogemos dos rebanada de pan, las untamos de mayonesa, y las rellenamos con la pechuga y el bacon.
     Cogemos las otras dos rebanadas, y entre ambas ponemos las rodajas de queso, con el jamón york entre ellas. Reservamos. Si dejamos todo ésto preparado, tenemos mucho adelantado.
     A la hora de la verdad, cogemos dos sartenes y les ponemos un poco de mantequilla a cada una. En una de ellas, y a fuego fuerte, doramos por las dos caras el sandwich de pollo. sólo queremos dorarlo, el interior ya está cocinado, por lo que podemos darle previamente un golpe de microondas, si estuviese demasiado frío. Cuando estén doradas las sacamos y reservamos.
     En la otra, y a fuego suave, vamos poniendo el sandwich de queso, con el fin de que éste se funda. Cuando está dorado por ambas caras, lo sacamos.
     El montaje consiste en lo siguiente: cogemos uno de los bocadillos, encima ponemos una capa de lechuga y unas rodajas de tomate, con un poco de sal, y sobre éste, el otro sanwich. Sujetamos con 4 palillos de brocheta en los laterales del pan, y cortamos las dos diagonales con un cuchillo de sierra, con lo que obtenemos 4 triángulos, que nos harán más fácil la tarea de comerlos. Yo hice una ensalada y mientras, mi marido frió las patatas. Y a disfrutar de un bocado nada ligero, pero que nos gustó mucho.