Zanguango

          Otra de las comidas del pueblo de mi madre. Con nombre peculiar.

Ingredientes
  • 2 patatas
  • Bacalao
  • 1 pimiento seco
  • 1 tomate
  • 2 huevos duros
  • 3 ajos
  • 50 gr de nueces
  • 2 o 3 rebanadas de pan duro
  • Aceite
     Ponemos a cocer las patatas con el bacalao, pimiento y tomate.
     Freímos, o tostamos, el pan duro.
     Una vez cocido, se le quita la piel al bacalao, se desmenuza y se pone en una ensaladera, a la que añadimos los ajos muy picados, una rebanada de pan, como la hiciésemos, desmenuzada, un huevo duro y la clara del otro, picados.
     Trituramos las patatas y las añadimos también.
     En el mortero picamos las nueces, un ajo, la yema cocida que teníamos, el tomate y el pimiento que cocimos. Ponemos un poco de aceite para integrarlo, y un poco de agua de cocción.
     Mezclamos todo junto en la ensaladera, y ajustamos de aceite y sal.
     Por supuesto, ésta no es la versión de mi madre, que lleva muchas menos florituras, así que, ponemos a cocer las patatas, el bacalao y el tomate. Cuando está, cocidos, se dejan caer un par de huevos, que posteriormente se sacan y se pican en el morterojunto con un par de ajos, se echa al guiso, con un chorro de aceite, y se sirve.

Monkey bread

     Hace ya varios años me llamó la atención este pastel, entre otras cosas, como no, por su nombre. Y hoy le ha llegado el turno. Porque hoy es el cumpleaños de una persona que es muy especial para mí, sin cuyo soporte, mi vida habría sido mucho más gris y difícil. Hay cosas que no pueden explicarse más que con una mirada, y la limpia de sus ojos verdes lo dice todo. Hoy cumples 50 años. Ese medio siglo que llevamos festejando, en propios y ajenos, desde hace casi 4. Porque estamos en esa edad estupenda en que sobran muchas tonterías. Así que hoy toca un pastel diferente, uno que nunca hice y que es distinto hasta en la forma de comerlo.
     La receta es de María Lunarillos, que tiene un paso a paso estupendo, pero las que he visto por la red son todas similares.

Ingredientes
Masa
  • 420 gr de harina de fuerza
  • 250 gr de leche entera
  • 15 gr de levadura fresca
  • 45 gr de azúcar
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 75 gr de mantequilla ablandada
Cobertura
  • 200 gr de azúcar blanquilla
  • 2 cucharadas de canela molida
  • 100 gr de mantequilla derretida
     Mezclamos la harina, azúcar y sal. Templamos la leche, disolvemos la levadura y añadimos a la mezcla anterior. Dejamos reposar 10 minutos.
     Empezamos a amasar, a mano o a máquina, y vamos añadiendo la mantequilla en porciones, hasta que esté bien integrada, y dejamos reposar 10 minutos.
     Amasamos 1-2 minutos y dejamos reposar 10, y así varias veces, hasta obtener una masa fina y elástica. Entonces tapamos el bol y dejamos reposar hasta que doble su volumen.
     Preparamos la cobertura, mezclando azúcar y canela en un bol.
     En ese momento  pasamos la masa a la encimera, estirándola con un rodillo hasta obtener un rectángulo de aproximadamente 40 x 50 cm, y de él, marcamos 10 tiras a lo alto y 10 a lo ancho, hasta obtener 90-100 piezas de masa, a las que daremos forma de bola, pasaremos por la mantequilla derretida, luego por la mezcla de canela y azúcar, e iremos acomodando en un molde de corona. No hace falta que las porciones sean idénticas ni que queden muy ordenadas, la irregularidad forma parte del encanto de este dulce. Una vez colocadas todas las bolas, dejamos doblar el volumen del pastel.
     Precalentamos el horno a 180ºC y cocemos durante unos 35 minutos sin aire.
     Es mejor dejar templar el pastel antes de darle la vuelta, pues al sacarlo del horno está muy tierno y las bolitas no están firmemente pegadas entre sí. Al enfriarse un poco adquirirá firmeza, y entonces le damos la vuelta y dejamos enfriar sobre una rejilla.

     Conforme lo voy haciéndolo, me gusta más la elección. La cocina es también una metáfora de la vida. Aquí tenemos un pastel clásico (de la gastronomía estadounidense), hecho con harina de fuerza, nada de harinas flojas ni tonterías, con leche entera, de la de verdad, levadura de la de toda la vida, que hay que amasar e integrar con mimo, cuidándolo, vigilando los levados y dando tiempo para que los fementos hagan su papel. Es irregular, como la vida, todas las bolitas son tan ligeramente iguales como diferentes, y hay que endulzarlas y rebozarlas para que sean mejores al paladar. No se debe desmoldar en caliente, hay que dejar que pase un poco de tiempo, para que las cosas se asienten y ganen en firmeza, y entonces sí, cuando el tiempo cumple su papel, entonces sí que desmoldamos este maravilloso pastel, que una vez dejado enfriar sobre una rejilla, nos lo comemos con las manos, como más disfrutábamos las cosas cuando eramos niños, paladeándolo y chupándonos los dedos, que no se va a desperdiciar la deliciosa cobetura. De todas formas, a mí se me ha desmontado, pero da igual, porque a estas alturas de nuestra vida, no nos van a alterar esos pequeños detalles. Hemos aprendido que no todo se puede controlar, y que hay cosas que no serán más beneficiosas por controlarlas.

Como dice la amiga de Sabores de Viena, la cocina es sensual. Así que, dedicado a tí, con el sincero deseo de que cumplas muchos más y de que seas muy feliz en todos y cada uno de los años que te queden,  de los cuales me gustaría seguir formando parte, un Pan de Mono, sencillo, diferente, mimado, sensual, delicioso.Y con canela, con mucha canela.



Crema pastelera

     Resultó ser más fácil y rica de lo que pensaba, y me cundió mucho. Hice hasta mi propia versión de la crema catalana. Esta receta de crema es de Kanela y limón, y está deliciosa.


Ingredientes
  • 1000 gr de leche
  • Una vaina de vainilla
  • 6 yemas de huevo
  • 80 gr de Maicena
  • 250 gr de azúcar
  • 1 sobre de azúcar vainillado
     Ponemos la leche en una cacerola, apartando un vaso.
     Abrimos la vaina de vainilla, raspamos las semillas y las echamos en la cacerola con la leche, que estará al fuego.
     Batimos las yemas con los azúcares.
     Disolvemos la Maicena en la leche fría reservada, y añadimos al bol de las yemas.
     Cuando la leche empiece a hervir, le añadimos el contenido del bol, poco a poco y sin dejar de remover. Cuando la crema espese, la retiramos del fuego y la dejamos enfriar antes de usar. Pondremos un papel film en contacto con la superficie, para que no se forme costra. Yo, como iba a usarla para rellenar profiteroles, directamente la puse en una manga pastelera. Y ya está.

Salchichas de tofu

     Querido David: cocinando esta receta, me has venido a la mente, y he recordado una anécdota que tú seguramente ya conoces, porque te la hemos contado alguna vez, pero me ha parecido bonito escribírtela. Era finales de octubre de 1992, tú tenías 3 años y tu madre estaba embarazada. Tenía que guardar reposo, tu padre tenía que ir a Alemania por trabajo, y ninguna de tus dos abuelas podían ir a ayudarle. Y nosotros estábamos de vacaciones. Queríamos ir a Andorra y pasar unos días con vosotros a la vuelta, pero cambiamos los planes para poder echar una mano, y pasamos esos días a la ida del viaje. Ese viaje merece otra entrada para él solito, algún día le tocará.
     Nos quedamos con vosotros, aún vivíais en la otra casa. Ahí descubrí el juego del Malefitz, donde yo siempre perdía (bueno, en realidad, hasta al parchís, jajaja), yo te bañaba ( la anécdota del baño, si no la recuerdas, ya te la contaré), ayudábamos a tu madre y os hacíamos compañía.
     Un día tu madre tenía revisión con el ginecólgo, y allá que nos fuimos los 4. Y a la vuelta, tu madre quiso invitarnos a comer en un restaurante que había cerca de casa. Y tú empezaste a decir "Ich will eine hamburguer", espero que se escriba así, como unas 30 veces. No parabas de repetirlo. Te dormiste en el coche de camino a Premià, y, cuando te despertaste, tus primeras palabras volvieron a ser "Ich will eine hamburguer", lo cual produjo que nos partiéramos de risa, y que eso haya quedado en el anecdotario familiar. Y, para ser sincera, no recuerdo si al final pudiste comerla.
     Hoy, haciendo pruebas para tu primo pequeño, que es vegetariano como tú, me he acordado con muchísima nostalgia de esa anécdota. Así que ahí la tienes, porque están muy ricas, y para que sepas que tu tía quiere desearte en tu 28 cumpleaños toda la felicidad del mundo, y que cumplas muchos más. Me imagino que también podrán hacerse en formato "hamburguer". Mil besos.
     La receta es del libro "Dietas especiales con Thermomix", volumen 2.

Ingredientes
  • 50 gr de avellanas tostadas
  • 250 gr de tofu
  • 50 gr de aceite de oliva
  • 120 gr de pimiento rojo en trozos
  • 100 gr de champiñón en trozos
  • 50 gr de copos de avena
  • 1 huevo
  • 1 cucharadita de sal
  • 50 gr de pan rallado
  • 40 gr de semillas de lino
     En el vaso de la Thermomix ponemos las avellanas y las troceamos 10 seg/ vel 5, sim importar que queden trozos más grandes.
     Incorporamos el resto de los ingredientes y programamos 1 minuto, velocidad 4.
     Ponemos la preparación en una manga pastelera desechable. Cortamos la punta según el grososr desado y formamos las salchichas. las envolvemos en papel film transparente, cerrando bien los extremos.
     Colocamos las salchichas en la bandeja del recipiente Varoma, tapamos, ponemos 500 gr de agua en el vaso, colocamos el Varoma en su posicioón y programamos 30 minutos/Varoma/velocidad 1.
     Dejamos enfriar las salchichas durante 2 horas y las guardamos en la nevera hasta el momento de consumirlas.
     Yo he aprovechado para hacer una crema de verduras, en lugar de poner agua sola en el recipiente.
     Tu padre volvió de su viaje y te trajo el vídea de la película "Cenicienta", en alemán, claro, yo no entendía ni papa, pero me encantaba ver los dibujos. Te diré que esa fue la película favorita de Inés cuando era muy pequeña, había que cantarle la canción de los ratoncitos, y ella decía "Quere Sisenta". Esa canción formó parte de un recopilatorio que hice para regalar hace un tiempo.
     Pues, para aquel niño que quería desesperadamente una hamburguesa, un regalo vegetariano en forma de receta. Y que seas muy feliz, hoy y siempre.

Crema de maíz

     Una crema fácil y rápida, además de rica. Y con ingredientes de andar por casa.

Ingredientes
  • 1 lata de maíz (300 gr)
  • 30 gr de mantequilla
  • 800 gr de leche
  • 1 cucharadita de sal
  • Cebollino picado
     Ponemos en el vaso de la Thermomix el maíz con su jugo y la mantequilla. Programamos 1 minuto, velocidad progresiva 5-10.
     Añadimos la leche y la sal, programando 30 segundos, velocidad 7.
     Programamos 10 minutos, 90ºC, velocidad 3.
     Y ya está. Para que resulte más fina, la colamos antes de servir. Y entonces, espolvoreamos el cebollino picado.
     Y, con la leche, la podemos enriquecer a nuestro gusto, según usemos desnatada, evaporada, nata, mezclas....

Tarta de zanahoria

     Inés me decía que le encantaba la tarta de zanahoria del Cofee box de enfrente de su casa, así que intenté hacerle una para celebrar, aunque con retraso, su cumpleaños. Me inspiré aquí, aunque le hice alguna modificación, y el resultado fue, según ella, delicioso. así que ahí la tienes, para que puedas hacerla cuando quieras, con todo mi amor. Eso sí, haz la mitad, porque salió una tarta "hermosa", y según cuantos seamos, excesiva.

Ingredientes
Para el bizcocho
  • 350 gr de zanahoria
  • 250 gr de harina
  • 4 huevos
  • 150 gr de azúcar moreno
  • 120 gr de azúcar blanquilla
  • 150 ml de aceite de girasol
  • Una cucharadita de canela en polvo
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/4 de cucharadita de nuez moscada molida
  • 2 1/2 cucharaditas de levadura Royal
Para la cobertura
  • 600 gr de queso crema, tipo "Philadelphia"
  • 100 gr de azúcar glass
  • Adornos de azúcar o fondant
     Yo hice el molde que tengo, de 26 cm, pero haciendo la mitad, estaría bien un molde de 20 cm. Forramos la base con papel de hornear, y ponemos mantequilla en las paredes, enharinándolas después.
     Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.
     Pesamos la zanahoria, la rallamos finamente y la reservamos.
     Con unas varillas o un tenedor, mezclamos la harina, la levadura, la sal y las especias.
     En el bol de la batidora ponemos los huevos y los azúcares, y mezclamos un poco, hasta que el azúcar empiece a disolverse. Añadimos la mezcla de la harina, hasta que se integre. Después añadimos la zanahoria, y cuando esté bien mezclado y sin dejar de batir, el aceite, en un chorrito fino. Cuando esté bien mezclado, ponemos en el molde.
     Metemos en el horno, a media altura, sobre la rejilla, durante 45 minutos, aproximadamente. Cuando esté cocido, lo sacamos del horno, esperamos unos minutos, desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla. María aconseja en su blog que, una vez frió, lo metamos en una bolsa y lo dejameos coger cuerpo hasta el día siguiente, porque son unos bizcochos bastante tiernos y se manejan mejor. Entonces lo partimos por la mitad con una lira o cuchillo de sierra. Ella lo hace con 2 bizcochos y en 4 capas, pero yo lo hice sólo con uno, y en dos pisos, y tampoco tenñ´ía bases, ni torno, así que mi acabado fue mucho más rústico, pero para un acabado impecable, no hay más que seguir el original.
     Ponemos en la batidora el queso a temperatura ambiente y el azúcar glas. cuando esté bien mezclado, probar, por si lo queremos más dulce. Batir a velocidad alta, hasta que el queso esté suave y esponjoso.
     En el plato de servir, colocamos las primera capa de biazocho, que será la superior del bizcocho, con la parte más plana hacia abajo para que se asiente bien. Ponemos una capa generosa de cobertura, repartimos  bien, y ponemos la otra mitad del bizcocho, que será la que estuvo en contacto con el suelo del molde, con la parte más lisa hacia arriba. Vamos repartiendo la cobertura con una espátula, tanto por la superficie como por los laterales, alisándola lo mejor posible y tapando bien todos los huecos que puedan quear, especialmente en los laterales. O bien lo echamos todo a pegotes, y lo dejamos con aspecto rústico. O bien, haceis lo que podais, como fue mi caso.
     Lo suyo sería decorarlo con zanahorias de fondant, azúcar o mazapán, y en el último moento, para que la humedad de la cobertura no dehaga los adornos. Yo, lo siento, sólo tenía brujas y gatos, y la verdad es que también quedó muy chula.
     Y, a petición de mi hija, cuelgo la receta, ya que le pareció absolutamente espectacular. Ahí la tienes, cariño mío, con un beso de tu madre.
    
     

Seitán en escabeche de cítricos

     Esta receta me la pasó mi sobrino, y la he puesto en práctica para que no sea aburrido comer seitán.

Ingredientes (3-4 personas)
  • 400 gr de seitán
  • 1 pomelo
  • 1 lima
  • 1 naranja
  • 1 limón
  • 1 mandarina
  • 2 puerros
  • Azúcar
  • Tomillo
  • Clavo 
  • Jengibre
  • Aceite
     Hacemos zumo con los cítricos, añadimos las especias, un poco de azúcar y el seitán troceado, y dejamos macerar.
     Con un poco de aceite, pochamos el puerro troceado en una sartén. Añadimos todo lo demás y lo dejamos cocer a fuego suave unos 5 minutos.

Aperitivo de lentejas

     En una comida en un restaurante, nos ofrecieron éste aperitivo de bienvenida, que estaba delicioso. Y yo, que lo pregunto todo, me vine a casa con la explicación.

Ingredientes
  • Lentejas
  • Aceite de oliva
  • Sal
     Y ya. Tan fácil como poner en remojo las lentejas, y cuando estén tiernas, escurrirlas bien del agua y freírlas en aceite de oliva caliente durante un par de minutos, escurrir,  salar y servir.
     Y una muy buena manera de comer legumbres cuando aprieta el calor, igual que los garbanzos crujientes.