Tarta de galletas con moka

      Con este nombre está registrado en una libreta que tenías por casa, y que recoge alguna de las recetas de tu madre. Varias veces me hablaste de ella y yo quise hacértela, que cocinar es también un acto de amor. A veces pienso que tú y yo hemos retomado nuestra vida en el punto en el que, en un tiempo, se quedó suspendida. Sin alharacas y sin estridencias, hace ya un año que compartimos mucho. Que nuestras vidas son mejores, precisamente gracias a poder compartir las cosas, y hacerlo con la complicidad que tenemos. Pues eso, chaval, que como bien sabes, tienes mucha suerte. Y yo también. Aunque, en este caso, tú más. Y lo celebramos con esta deliciosa tarta que otras manos amorosas te preparaban una vez.



Ingredientes

  • Un paquete de galletas cuadradas
  • 2 huevos
  • 200 gr de mantequilla
  • Azúcar
  • Café fuerte
  • Coñac
  • Café soluble, disuelto en un par de cucharadas de agua caliente.

     Dejamos todos los ingredientes a temperatura ambiente. El café soluble también. Esto es importante para que la crema no se corte.

     Separamos las claras de las yemas.

     Batimos muy bien las yemas con 2 cucharadas de azúcar. Añadimos la mantequilla y el café soluble y batimos bien. Una vez que esté todo integrado, metemos la crema en una manga pastelera y la llevamos a la nevera para que coja cuerpo.

     En un vaso de café, al que le habremos echado un chorrito de brandy, vamos mojando las galletas ligeramente, para que no se deshagan, y las vamos poniendo en la fuente de servir. Sobre las galletas, ponemos una capa de crema de moka. Y así alternativamente, hasta acabar con una capa de moka.

     Con las claras y un par de cucharadas de azúcar se hace un merengue con el que se adorna la tarta. Y se mete en la nevera hasta el momento de servir.

     La receta original es ligeramente diferente. Lo del café soluble es de mi cosecha, porque haciendo la crema de moka, con la cantidad de líquido que ponía a mí se me iba a cortar. Porque además no tenía claro el tamaño del vaso. Y, como no puede ser de otra manera, cada persona que recibe una receta le da su toque, su manera, su mimo, su amor. Aunque parezca que todo es igual. Aunque parezca que todo es diferente. De momento, un año, cariño. Felicidades.

Mutabal

     Una receta que ha llegado para quedarse por su sabor y su facilidad de hacer. Eso sí, ya he ajustado la cantidad de ajo, porque la primera vez le puse en exceso. Muy rica. la encontré por internet, he mirado varias páginas y he hecho una adaptación. Con el calor que hace y al precio que está la electricidad, cociné las berenjenas al microondas. no tendrán ese puntito que les da el horno, pero ha resultado una crema deliciosa.


Ingredientes
  • 2 berenjenas
  • 1 ajo
  • 2 cucharadas de tahine
  • Sal
  • Pimienta
  • 1cucharadita de comino molido
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • 3 cucharadas de AOVE
  • Pimentón dulce
  • Un chorrito de AOVE
     Partimos las berenjenas en dos a lo largo, hacemos cortes profundos en forma de rombo y salamos. Dejamos sudar unos 15 minutos, y pasado este tiempo las lavamos bien y las secamos. ponemos en un recipiente apto para microondas, tapamos este con film, hacemos varios agujeros, y metemos en el microondas a máxima potencia durante 10 minutos. Igual necesitamos más o menos, dependiendo de la potencia del aparato y del tamaño de las berenjenas.
     Cuando estén asadas las dejamos enfriar, y entonces sacamos su carne y la ponemos en el vaso de la batidora ( o en un mortero, si queréis hacerla a mano), añadiendo el ajo, tahine, sal, pimienta, comino, zumo de limón y AOVE. Trituramos hasta conseguir una pasta. La ponemos en un recipiente y la metemos en la nevera para que se enfríe.
     Cuando vayamos a servirla, la ponemos en un plato amplio, la espolvoreamos con el pimentón y regamos con un chorrito de AOVE. Podemos comerla mojando pan normal, pan de pita (que sería lo suyo), bastones de verduras, a cucharadas.....un entrante de la cocina del Próximo Oriente buenísimo.

Pasteles de cabello de ángel

      Otro de los dulces del pueblo de mis padres que me encanta. Cuando íbamos al pueblo, siempre comprábamos suspirostorticas de limóngalletas bizcochadas, que ya no las hacen porque dicen que Sanidad retiró el bicarbonato amónico, cosa que no comprendo, porque se sigue vendiendo, magdalenas bizcochadastortas de manteca y tortas de aceite, candelarias y rollos de San Blas, buñuelos de viento por Semana Santa, y estos pasteles de hoy, que asombraban a mis compañeras de Valencia, pues por aquí se hacen  más de dulce de boniato. Tengo en el blog muchas de estas recetas, así como otras, como las fretillas, las hojuelas y los panecicos que se realizaban en casa, y mi madre también las hacía en Valencia.

     Me falta escribir alguna, como las tortas de aceite y los rollos de huevo, que también son deliciosos. Esta de hoy, los pasteles de cabello de ángel, es una especie de dos por uno, ya que con la misma masa se confeccionan los pasteles y los rollos de aguardiente. La receta la he sacado de Las cosicas de Cristina, un canal de youtube que me ha dado muchas alegrías. Durante el confinamiento, una chica de Elche de la Sierra a la que le gusta mucho la cocina, decidió grabar un vídeo de una receta para una amiga suya, que no se aclaraba sólo con las explicaciones. Su amiga subió el video a las redes sociales, y aquello empezó a subir como la espuma. La chica, Cristina, que cocina muy bien y es muy salerosa  y sencilla explicando las cosas, decidió abrir un canal de youtube para colgar las recetas, pues ya tiene no sé cuantísimos seguidores, cosa que no me extraña en absoluto. Yo le estoy muy agradecida, porque gracias a su explicación, recuperé las tortas de manteca. Ya tenía yo una receta de éstas , que me había dado mi madre, y que es prácticamente igual a la de Cristina, pero con la suya y sus explicaciones, me salieron mucho mejores. Pues nada, vamos con la receta de hoy.



Ingredientes

  • 250 gr de manteca de cerdo a temperatura ambiente
  • 125 gr de azúcar
  • 200 ml de anís dulce o seco ( yo lo hice con dulce)
  • 150 ml de zumo de naranja
  • Ralladura de limón
  • Un pellizco de sal
  • 700 gr de harina común
  • Cabello de ángel
  • Huevo batido
  • Azúcar para rebozar

     Encendemos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.

     Mezclar la manteca con el azúcar y batir. Yo lo he hecho con la batidora. A continuación añadimos el anís y el zumo, batimos un poco, y vamos añadiendo la harina. Cuando la masa está dura, cambiamos al gancho amasador. Continuamos agregando harina, así como la sal y la ralladura de limón. Amasamos hasta que se forme una bola que no se pegue a las manos, y la dejamos reposar unos 10 minutos. Cogemos un trozo de masa y lo extendemos con el rodillo entre 2 papeles de hornear, hasta dejarla fina, pero que no se rompa. Con un vaso de agua vamos cortando círculos. La masa que sobra, puede volver a amasarse y volver a extenderse, así hasta acabarla.

     Yo he hecho los pasteles y los rollos pequeños, de bocado, aunque en el pueblo son más bien tamaño empanadilla, y los rollos también, bastante más grandes.

     Rellenamos cada círculo con una cucharada de café de cabello de ángel. Entonces, con los dedos, apretamos los bordes del círculo, con lo que conseguimos que podamos cerrarlas mejor, sin que se salga el relleno, y además que los bordes no queden excesivamente gruesos. Cerramos los círculos sobre sí mismos, formando los pasteles, y con los dedos o un tenedor, sellamos bien los bordes.  Los vamos depositando en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Podemos ponerlos bastante juntos, ya que no crecen demasiado demasiado.

     Batimos el huevo y pintamos la superficie de los pasteles con una brocha de cocina, y espolvoreamos con abundante azúcar. Y los metemos en el horno, que ya estará caliente, durante 15 minutos sin aire, y otros 5 minutos con aire, para que cojan color.

     Y cuando se acabó la confitura de cabello de ángel, hice rollitos con el resto de la masa que me quedó. Rollitos pequeños, de bocado, que se ponen en la bandeja del horno y se pintan igualmente con huevo batido y azúcar espolvoreada. Y los tuve en el horno 10 minutos sin aire y 5 con aire, ya que eran más pequeños y además el horno estaba bastante caliente. Fáciles y deliciosos. Muchas gracias, Cristina.