Borreta de otra manera

      -¿Te gusta la borreta?

     -Si. En mi casa se hacía a menudo, a mi padre le gustaba.

     E hice borreta. Pero esa no era la que tú conocías. Me puse a investigar, y, sin saberlo, di con la receta que hacía tu familia, porque no es una receta típica de tu pueblo. Y resulta que es una borreta ligeramente diferente y a la vez parecida a otras comidas que se hacen en mi familia, deliciosa y sorprendente. Porque la vida es eso, cambio aunque a veces duela, y seguir adelante con los ojos abiertos, que las cosas no han de ser siempre iguales para ser también buenas. A veces, incluso mejor. Y, si no nos cerramos ni nos empeñamos en hacer siempre todo de la misma manera, dejará de asustarnos la diferencia, aprenderemos a apreciar el matiz y, en definitiva, seremos más felices.

     Este blog es un reflejo también de mi vida. No quiero dejar pasar este día, en que se cumple medio año de ver juntos aquel amanecer, de empaparnos con la luz externa e interna, sin publicar algo diferente a como lo había comido siempre. Casualmente, la fecha en que me rompieron en mil pedazos el corazón, coincidió con la que, poco a poco, terminó de armarse. Qué cachonda es la vida. Así que, gracias cielo. 



Ingredientes (para 2 personas)

  • 200 gr de espinacas frescas lavadas
  • 125 gr de bacalao desalado, sin piel ni espinas
  • 2 ñoras sin rabito ni semillas, cortadas en trocitos
  • 4 ajos picados
  • 2 cucharadas de harina
  • 2 huevos
  • 400 gr de agua
  • 10 gr de AOVE

     Sofreímos los ajos, las ñoras. y  las espinacas. A continuación el bacalao. Añadimos el agua  y dejamos cocer alrededor de 10 minutos.

     Sacamos un poco de caldo, o bien reservamos un poco de agua antes de echarla, y desleímos la harina. Añadimos a la olla y dejamos cocer unos 5 minutos. Probamos de sal por si necesitase, que no suele ocurrir, pero por si acaso.

     Batimos los huevos, los añadimos al guiso, revolvemos bien con una espátula y apagamos el fuego. Dejamos reposar 2 o 3 minutos y servimos.

     Nada mejor en un frío día de invierno, que tomar una de estas borretas, la que sea, y sentarnos en el sofá, tapados con una manta. Porque a los 30 segundos, Azar, Chivi y Eiffel nos habrán rodeado, se acomodarán en nuestros huecos, nos darán su calor y su limpia mirada de amor, sin dobleces. Y esa, aunque diferente, también es una imagen de la felicidad.

Saquitos térmicos

      Hace muchos años que mi madre nos hizo unos saquitos térmicos, que me han acompañado y calentado en esos días de frío inesperado. Yo los he hecho como pequeño detalle para regalar en Navidad, pero añadiendo una funda exterior que se pueda lavar. 



Ingredientes

  • Tela de dos tipos
  • Lentejas
  • Sal gorda
  • Aceites esenciales (optativo)

     En primer lugar formamos el saquito interior. Yo he cortado un rectángulo de 26 x 30 cm, lo he doblado de manera que quedase un saco de 13 x 30, y he cosido la tela, dejando abierto uno de los lados estrechos para rellenarla.

     Para el relleno he utilizado 300 gr de sal gruesa y la misma cantidad de lentejas. He comprado las más baratas. Mezclamos bien la sal y las lentejas y añadimos unas gotas de aceite de rosas, en mi caso, o del aceite que queramos, o ninguno, o flores de lavanda, o...... Rellenamos el saquito. Para ello, yo me he ayudado de una manga pastelera. Cerramos el saquito, y aseamos las terminaciones. Queda lleno un poco más de la mitad de su capacidad. 



     Ahora formamos el saquito exterior, con una tela más mona, o con la misma. Cortamos dos rectángulos: uno de 35 x 13 y otro de30x 13. Al de 35 x 13 le hacemos un dobladillo en las dos partes más estrechas y entonces lo cortamos por la mitad a lo ancho. Encaramos derecho con derecho con el otro rectángulo, de manera que las orillas que hemos aseado queden en el centro, y una sobre la otra, pues esa será la hendidura por donde meteremos y sacaremos el saquito de semillas. Una vez cosido le damos la vuelta, lo planchamos e introducimos el otro saquito dentro, y ya está listo para regalar.


    Para utilizarlo, lo meteremos en el microondas durante 3 minutos a la máxima potencia. Aunque, como cada microondas es un mundo, deberemos ir probando con el nuestro. No es preciso separar los saquitos, pues ninguno tiene nada metálico. Sólo lo haremos cuando queramos lavar el exterior.

     Esta Navidad es extraña y rara. Y sin embargo, para mí es cálida y luminosa, a pesar de que me toque, otra vez, trabajar la Nochebuena, y a pesar de la triste situación mundial que estamos viviendo. No podremos abrazarnos, y esta es la manera que he encontrado de transmitir calor a algunas de las personas que quiero. Y, con mi más ferviente deseo de que ninguna persona sea ajena a, aunque sea, un poco de calor, os deseo una muy feliz Navidad.

    


Empanadillas de gambas

     Como de la masa de esta quiche  salen 2, una la tenía congelada. Y he hecho unas empanadillas, estirando bien la masa, cortando círculos con un vaso de agua y volviendo a estirarlos. Pero bueno, se pueden hacer con cualquier masa de empanadillas. Estas estaban deliciosas.



Ingredientes

  • Masa de empanadillas
  • 1 puerro
  • 2 champiñones grandes
  • 2 gambones
  • 100 gr de gambas peladas congeladas
  • Un chorrito de nata (en este caso vegetal)
  • AOVE
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 huevo duro
  • 1 huevo para pintar

     

     Encendemos el horno a 200ºC.

      Troceamos el puerro muy menudo y lo ponemos a pochar. a continuación añadimos el champiñón troceado de igual manera. Y cuando las verduras casi estén, añadimos las gambas y los gambones troceados, damos una vuelta, salpimentamos, apagamos el fuego y añadimos la nata y el huevo duro muy picado.

     Rellenamos los cículos, formamos las empanadillas, sellamos bien los bordes, pinchamos la superficie con un tenedor,  pintamos con el nuevo batido y metemos en el horno, 10 minutos calor arriba y abajo y 5 minutos más con aire.

     Simplemente deliciosas.