Canelones

     Cuando solo eramos dos, las sobras del cocido me daban para mucho, pues yo seguía haciéndolo grande, aunque no tanto, y cundía bastante. Entre ello, para hacer canelones. Esta es la receta que yo utilizaba.

Ingredientes
  • Placas de canelones
  • Carne sobrante del cocido, desmigada
  • Cebolla picada
  • Paté de cerdo
  • Taquitos de jamón
  • Queso rallado
Bechamel
  • 1 cebolla picada
  • 2 cucharadas de harina
  • 50 gr de mantequilla
  • 1 litro de leche
  • Sal
  • Pimienta
  • Nuez Moscada
     En una sartén con aceite, ablandamos la cebolla picada, añadimos los taquitos dejamón, y al rato agregamos la carne del cocido. Mezclamos todo bien, apartamos del fuego, y cuando está frío, mezclamos con el paté. Reservamos.
     Hidratamos o cocemos los canelones según las instrucciones del fabricante, y extendemos las placas sobre un paño limpio. Vamos rellenándolos con cucharadas de masa, y enrollándolos. Si hacemos mucha cantidad (ya que estamos...), éste es el momento de congelar los que no necesitemos. El resto, los pondremos sobre una bandeja de horno.
     Para confeccionar la lechamel, freímos en la mantequilla la cebolla bien picada, y cuando está blanda, añdimos un par de cuchaadas de harina, la tostamos y añadimos la leche , sin parar de dar vueltas para que no se pegue. Cuando hierva, bajamos el fuego, añadimos sal, pimienta y nuez moscada, y dejamos cocer durante unos minutos más. No hay que hacerla muy espesa. Si se nos ha espesado demasiado, añadimos un poco de leche, sin dejar de dar vueltas, hasta que esté como la queremos.
     Cubrimos los canelones con la bechamel, cubrimos con queso rallado y los metemos en el horno, caliente a unos 180ºC, durante unos 30 minutos. Al final, daremos un golpe de grill hasta que se gratine la superficie. Y a disfrutar.

Ajo pringue

     O ajo de matadero. Comida típica del día de la matanza del cerdo, que conseguía, con pocos elementos, dar de comer a muchas personas, y abastecerlas de la energía suficiente para continuar con la dura tarea de la matanza.

Ingredientes
  • 300 gr de hígado de cerdo
  • 300 gr de panceta
  • 500 gr de pan de varios días antes
  • 1 cucharadita de pimienta molida
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1/4 cucharadita de pimentón picante
  • 1/8 cucharadita de clavo molido
  • Piñones
  • 1 ajo
  • Aceite 
  • Sal
     El pan se compra varios días antes, y se deja secar. Se separa la miga de la corteza, y se muele el pan. Las cortezas nos servirán de "cuchara" para comer el ajo.
     El hígado se corta en dados, se sala y se fríe. Lo apartamos.  Igualmente hacemos con la panceta, cortada en tajaditas, hasta que quede crujiente. Podemos freír un poco más de hígado, que, junto con la panceta, se sirve aparte, sin formar parte del guiso.
     En el mortero picamos un ajo con sal, añadimos un poco de agua, añadimos el hígado frito y lo picamos todo junto. Esta es la manera tradicional de hacerlo, que yo lo he picado en la Thermomix, o se puede hacer también con una batidora. No hay que reducirlo a puré, sólo que esté molido.
     En otra sartén echamos parte del aceite usado y freimos en él la miga de pan. Cuando esté frita añadimos las especias y los piñones. Bajamos el fuego, mezclamos bien y añadimos el hígado picado y agua caliente, como el triple del volumen de lo que hay en la sartén. Tenemos que dar vueltas sin parar, mezclando bien, para que se cueza todo junto y no se seque. Probamos de sal.
     Cuando vemos que el aceite sube a la superficie, estará cocido. Lo servimos en platos, aunque tradicionalmente, se comía directamente de la sartén de patas, donde se había cocinado en la lumbre. Y usamos las cortezas del pan duro, a modo de cuchara. En otra fuente, se sirve el hígado y la panceta reservada. El resto del hígado lo reservaremos para los Envueltos. Esa será otra receta.
     Una delicia para días de invierno y para olvidarse de la dieta, por supuesto. Con el hígado fresco fresquísimo del cerdo recién matado, la panceta del mismo, y el humilde pan que se había preparado unos días antes. Pues eso, que "Del cerdo, me gusta hasta los andares".

Menú Navidad 2015

     A mediados de diciembre, visitamos la feria  de Navidad de Jijona, y compramos, entre otras cosas, un delicioso pan de Cádiz artesanal, que reservamos para la comida de Navidad.



Aperitivos
Plato principal
Postres
  • Piña natural
  • Pan de Cádiz
  • Turrones 
     Y ya, en la recta final hacia las navidades, aprovecho para desear Feliz Navidad a todas las personas de buena voluntad.


Glasa

     Pues otro recordatorio que me pongo de como elaborar la glasa, que va muy bien para dornar pasteles, para no tener que buscarla de receta en receta cuando la necesite. Hay que facilitarse la vida.

Ingredientes
  • 200 gr de azúcar glas tamizado
  • 1 clara de huevo pasteurizada
  • Opcional: agua de azahar, colorantes alimentarios....
     Básicamente consiste en batir la clara e ir añadiendo el azúcar glas a cucharadas, hasta que alcancemos la consistencia deseada: más dura para formar contornos, más líquida para cubrir..... yo, normalmente utilizo la xonsistencia para delinear. De ahí, a una manga pastelera desechable, a la que cortaremos la punta en función del grosor que queramos conseguir, y a disfrutar.

Menú Nochebuena 2015

     Un año más, recojo el menú navideño de mi familia en las fiestas anteriores, por si me sirve de inspiración alguna vez. Aunque, desde que lo voy apuntando, me doy cuenta de que hay cosas que nunca cambian. Pero me gusta la idea de que todos participen elaborando el menú. Porque en mi casa eso de las gambas y el marisco no les va mucho. Y así, todos cenamos a gusto. Y Santi y yo ponemos el punto innovador.


Aperitivos

Plato principal

Postres
     Pues nada, ya veremos qué cenamos en las próximas fiestas. Seguro que algo se repite. También forma parte de nuestras tradiciones navideñas.

Nueces

     Ésta es una receta de la zona donde vivo.  Uno de los dulces típicos de la navidad, y que además se puede preparar con antelación. Y un bonito detalle para regalar. La madre de un compañero de mi marido hace todos los años, y les regala para el trabajo. Y a mí siempre me llega alguna, lo cual es muy de agradecer.

Ingredientes
  • 1 kg de nueces limpias
  • 3/4 kg de azúcar glas
  • 6 yemas
  • 3/4 kg de almendra molida, con o sin piel
  • Boniato hervido con la piel y luego pelado
     Se amasa todo, excepto las nueces. Se forman bolas, a las que se pegan las nueces.
     Si se quiere, se hace un jarabe con azúcar fino, unas gotas de limón y un poco de agua. Se pasan las nueces por él y se dejan secar al aire.
     Se envuelven en papel de celofán de colores.

Edición 
      Me ha dado un vuelco el corazón al leer esta receta. Estaba programada desde el año pasado, cuando llegó a mí la nuez de la madre de Kiko, y la tenía olvidada. No la voy a borrar, lo escrito, escrito está. Evidentemente, hoy la escribiría de otra manera, pero no reniego de mi pasado. Este año no habrá nuez, al menos como esa o no llegará a mí de la misma manera. Demasiados cambios con respecto a la redacción de esta entrada. Me quedaré con que la nuez es exquisita. Fue bello mientras duró. Y. también, siempre quedará París. Hay muchos más dulces, también deliciosos, para ser descubiertos.

Agua de Valencia

     Este cóctel fue creado en el Café Madrid de Valencia por Constante Gil en 1959. Parece ser que el café era asiduamente visitado por un grupo de viajantes vascos que solían pedir Agua de Bilbao para beber, hasta que una día le pidieron al dueño algo nuevo, y en ese momento creó el Agua de Valencia. Parece ser que ésta es la receta original, aunque han surgido variaciones.
     Cuando Constante Gil intentó registrar el producto, no se lo permitieron por ser un nombre genérico, como por ejemplo "Queso manchego". Actualmente varias empresas lo comercializan embotellado, pero ésta parece ser la receta original. Fuente Valencia culture.

Ingredientes
  • Zumo de naranja natural
  • La misma cantidad de cava
  • La mitad de ginebra
  • Vodka, la misma cantidad que de ginebra
  • Azúcar al gusto
     Yo lo hice al momento, por lo que metí los ingredientes en la nevera, incluído el recipiente donde lo iba a preparar. Después se hace en un momento, la verdad. Y le puse bastante menos ginebra de la que pone en la receta, y nada de vodka, pues me dí cuenta a última hora de que no tenía. Y estaba suave y riquísimo.
     Es importante que las naranjas sean buenas y estén dulces para que aporten su dulzor natural, y hay que probar primero antes de añadir el azúcar. Buen provecho.

Cuerva

     La cuerva es una bebida que recuerda a la sangría. Yo sólo la he oído en el pueblo de mis padres, Elche de la Sierra.

Ingredientes
  • 1/2 vaso de azúcar
  • 1/2 vaso de agua
  • 1 botella de vino tinto de 750 ml
  • Melocotón (puede ser de conserva)
  • Plátano
  • Manzana
  • Ralladura de limón
  • Un palo de canela
     Lo que yo hice fue poner el agua a calentar con el azúcar, hasta que ésta estuviese disuelta por completo, momento en que lo quité del fuego, lo puse en una perola esmaltada y le añadí el palo de canela.
     Cuando el agua estuvo fría del todo, le añadí la fruta troceada, la ralladura y la botella de vino, que tenía previamente metida en la nevera. Si no fuese así, podemos añadirle algunos cubitos a la cuerva, que ha de quedar dulce.
      Más fácil imposible. La fiesta que se montaba en casa cuando se hacía una cuerva....

Migas de pan


     Este es un plato de la sabia cocina de aprovechamiento de todos los tiempos. El pan tierno, recién hecho (pero del bueno), es el que más me gusta. Mis años de ortodoncia contribuyeron también a ello. Y el pan que no se come, se va quedando duro en la cesta. Parece inservible, pero no lo es. Se aparta, ya no nos es grato, Y se pueden hacer tantas cosas con él si se desea. Se puede rallar y utilizarlo para dar empaque a otros platos, ésto quizá es lo más fácil, pero de todas maneras, el pan se defiende llenándonos de migas el sitio donde lo hagamos.Sólo con darle un poco de calor, bien en la tostadora, en la sartén, sobre unas brasas,...recupera su ser, e incluso gana al transformarse. Pero hay que querer darle calor.  Si decidimos mimarlo con todo nuestro cariño, podemos confeccionar unas deliciosas torrijas, un dulce sublime, que también gana, y mucho, desde la triste rebanada de pan duro de nuestro cesto. Aquí sí hay que echarle ganas, porque hay que hacer varios pasos, pero nuestro pan dará lo mejor de sí mismo y se transforma en un manjar. No obstante, hay que estar pendiente de él mientras se confecciona, porque podemos empapar el pan demasiado, o bañarlo poco en el huevo, o quemarlo en la sartén. Y ya, cuando echamos el resto y las espolvoreamos con azúcar y canela, o con miel, o las bañamos en almíbar....Esos detalles que parecen insignificantes, pero que nuestro pan agradece tanto, porque él es el mismo, pero mejorado. Y cuesta tan poco espolvorearle un poco de azúcar ....
     La otra manera que yo conozco de aprovechar éste pan duro es hacer unas migas. Las más humildes, las de pan.  Coger algo de lo que suele haber en todas las casas, o si no lo hay, es fácil de encontrar, además de económico: un poco de aceite  de oliva virgen extra (of course) sobrante de alguna fritura, sal, pimientos, sardinas, panceta...nuestra dieta mediterránea, la de siempre, con la que hemos crecido, siempre ha estado a nuestro lado y hemos denostado en ocasiones, la que acabamos echando de menos cuando por circunstancias nos vemos obligados a comer fuera de casa durante un periodo largo. Luego hay quien las cambia por una sopa de sobre, pero allá cada uno con sus gustos. Y lo de las esferificaciones y la cocina de diseño, pues también está muy bien, pero para una vez a la larga, porque, al menos eso creo yo, piensas que donde esté la tortilla de patatas que tú haces....Para hacer unas migas de pan, también hay que echarle ganas y poner todo tu empeño, porque si no, sólo consigues un engrudo indigesto. Y el pan hay que remojarlo con agua, no con lágrimas, que también mojan, vaya si lo hacen, pero dejan mal sabor de boca. Y no pasarte ni quedarte corto con el aceite, por el mismo motivo. Y estar pendiente de él, no irte a hacer otras cosas, porque se quemará, él o los aditamentos.
     El pan siempre está ahí. Siempre nos ha acompañado. Hasta cuando de pequeños, aprendimos el Padrenuestro. Nos olvidamos de él porque ha salido una hornada de pan reciente, en muchas ocasiones prefabricado, que servirá para lo mismo; pero nuestro pan, el de nuestro cesto, el de masa madre, el que fue amasado con mimo, ha madurado y ha asentado sus sabores, es el que dará las más deliciosas migas.

Ingredientes

  • Pan duro
  • Ajos
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimiento verde en trozos
  • Panceta
  • Sardinas
  • 2 cucharadas de harina
  • Uva

     Cogemos el pan, lo troceamos, lo ponemos en una fuente y lo humedecemos ligeramente la noche anterior, tapando la fuente con un paño.
     En la sartén echamos aceite de oliva. Puede ser nuevo, o puede ser el sobrante de haber frito algo antes. Cuando esté caliente, echamos un par de ajos pelados y enteros, que sacaremos cuando estén dorados. A continuación freiremos el pimiento verde troceado, y cuando esté frito lo sacamos a un plato. A continuación freímos unos trozos de panceta hasta que estén dorados, y los sacamos al plato del pimiento. y después freímos unas sardinas frescas enharinadas. Yo en esta ocasión utilicé unas bacaladillas, porque no encontré sardinas, y ya se sabe, en este tipo de platos hay que improvisar. Cuando el pescado está frito, lo sacamos al plato del pimiento y la panceta.
     El pan debe estar humedecido, pero no con demasiada agua, en cuyo caso lo escurriríamos un poco, y lo echamos en la sartén con el aceite. Ahora empieza el trabajo. Es cuestión de ir dando vueltas a la masa informe que tenemos en la sartén, partiéndola en trozos con la espumadera, volviendo a juntarlos, dando la vuelta, y así durante un buen periodo de tiempo, de 20 a 30 minutos. Al cabo de unos 15 minutos, espolvorearemos sobre la masa un poco de sal y un par de cucharadas de harina, para que se suelte el pan. el trabajo del aceite friendo el pan y de nuestro brazo troceando y dándole vueltas, obrará la magia de crear unos trocitos de algo que fue pan en otra cosa crujiente y deliciosa.
     Cuando ya están formadas, sueltas, apagamos el fuego y servimos. Las acompañaremos de lo que freímos previamente, que cada cual, a su gusto, se troceará en su plato, y de unos granos de uva, que le darán frescor.
     Yo tengo asociadas las migas al verano, que era cuando mi abuela nos las hacía en el pueblo. Mira tú por dónde. Con el tiempo, un suculento plato de migas.

Galletas de avena

     Nos encantan estas galletas, que compramos cuando vamos a Ikea, o a veces en Aldi. Tenía unos copos de avena rondando por la despensa, y encontré la receta en este blog. Así que me puse manoa a la obra. Están muy ricas, pero la próxima vez que las haga reduciré la cantidad de azúcar, pues para nuestro gusto estaban excesivamente dulces.


Ingredientes

  • 75 gr de mantequilla
  • 100 gr de copos de avena
  • 150 gr de azúcar (recordar poner menos)
  • 1 huevo M
  • 1 cucharada de harina
  • 1 cucharadita de levadura Royal

     Precalentamos el horno a 175ºC.
     Derretimos la mantequilla totalmente, añadimos la avena y mezclamos con una cuchara hasta que quede una mezcla homogénea. Dejamos reposar la mezcla unos 5 minutos, para que la avena se empape bien de la mantequilla.
     Añadimos el azúcar (yo creo que solo pondré 100 gr la próxima vez), mezclamos bien y agregamos el huevo batido. Por éltimo, la harina y la levadura, y se vuelve a mezclar todo.
     En una bandeja de horno ponemos papel de hornear y vamos echando cucharaditas de la mezcla. Hay que dejar bastante espacio entre ellas, pues se expanden mucho en el horno. Se hornean unos 8 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Yo las puse con aire los dos últimos minutos, pues la gracia es que estén bien secas, y eso hay que comprobarlo, pues según del grosor que nos salgan, igual necesitan 1 minuto más o menos.
     Al sacarlas del horno las dejamos un poco sobre la bandeja para que no se deformen al moverlas; luego las dejamos sobre el papel de hornear y el banco de la cocina, y al final, sobre una rejilla para que se enfríen bien. Las guardamos en una lata cuando estén frías.
     Esta receta me sirve para felicitar a Toni en su santo y cumpleaños. Es un buen amigo y además un ferviente catador de mis experimentos, y ya que le encantaron estas galletas, ahí llevas la receta, para que te las prepares y vayas con energía a entrenar, para seguir poniéndote "cachas". Un beso.

Pastel de queso japonés

     Hoy cumple mi princesa 22 años. Parece que fue ayer cuando tantas cosas, pero no no fue ayer, y ahora es una mujer fuerte y valiente, a la que quiero mucho. De siempre le ha gustado el queso, y hoy le dedico este pastel de queso, esperando que pueda hacerlo, y que le guste. La fuente es el blog de Maria Lunarillos, pero le he puesto menos queso.

Ingredientes

  • 100 gr de leche semidesnatada
  • 55 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 150 gr de azúcar
  • 300 gr de queso crema
  • 6 huevos M
  • 60 gr de harina
  • 20 gr de Maicena
  • Ralladura de un limón
  • 1/2 cucharadita de crémor tártaro
  • Una pizca de sal
  • Azúcar glas para la cobertura

      Pintamos un molde con mantequilla derretida y espolvoreamos con un poco de harina, sacudiendo bien para eliminar el exceso.
     Encendemos el horno a 150ºC, calor arriba y abajo, sin aire.
     Separamos las yemas de las claras y montamos éstas a punto de nieve duro con el cremor tártaro. Reservamos. en todas las recetas se montan las claras lo último, pero yo lo hago lo primero y las reservo, porque así aprovecho el vaso y las varillas de la batidora sin tener que volver a fregarlos.
     Calentamos la leche en el microondas hasta que casi hierva.
     En el bol de la batidora ponemos el azúcar y la mantequilla, echamos la leche por encima para derretir la mantequilla y batimos con las varillas. Agregamos el queso crema y las yemas y batimos a mano para homogeneizar la mezcla, pero sin pasarnos. Añadimos la harina, la Maicena, la ralladura y la sal y volvemos a integrar con cuidado. Agregamos esta mezcla a las claras montadas, con una espátula y movimientos envolventes, procurando que la masa no se baje.
     Echamos la mezcla sobre el molde preparado, hasta un dedo del borde. Yo lo hice en un molde de plum cke, pero como me sobraba masa, aproveché el molde de la foto, regalo de mi AIG. Metemos el molde en el horno, y lo cocemos durante 60-80 minutos, dependiendo del grosor del pastel, según el molde que empleemos. Nos aseguramos de que está cocido insertando una brocheta en el centro, que debe salir seca. Cuando esté cocido, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar dentro del molde hasta que esté tibio. Los pasteles de queso suelen crecer mucho en el horno, pero luego se deshinchan.
     Como el pastel es muy húmedo, debemos espolvorearlo con el azúcar cuando vayamos a comerlo, pues si no la absorbe toda enseguida.
     Muchas felicidades, Inés, y espero que pases un gran día. Te quiero.

   

Espárragos naturales

     Esta receta en sí es una tontería, pero quería dejar constancia de ella por si me vuelvo a encontrar con los espárragos. Donde yo vivo no es fácil encontrar espárragos naturales, asi que, cuando durante un viaje por Burgos y Logroño los vimos en una frutería, no quise dejar pasar la ocasión de probarlos.










Ingredientes

  • Espárragos naturales
  • Agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Escamas de sal

     La chica de la verdulería me explicó como cocerlos. Quitamos el extremo más duro de la parte inferior del espárrago, y los pelamos con un pelador de patatas, teniendo mucho cuidado de no cargarnos la yema.
     Ponemos una olla con agua al fuego y cuando hierva, echamos los espárragos, y contamos unos 20 minutos. Yo los puse sobre el accesorio del vapor, para que no se empaparan con el agua. Cuando pinchemos con una brocheta y no ofrezcan resistencia, están listos. Los sacamos, los servimos, y les ponemos un hilo de aceite y unas escamas de sal. Realmente estaban muy ricos.

Crema de remolacha

     Tengo tres hijos maravillosos. Y chuleo (como ellos dicen )  de ellos a la mínima, porque para eso soy su madre y estoy orgullosa de ellos. Guillermo no tiene Facebook, que es el sitio por donde más suelo chulear, así que le enseño las entradas cuando viene, así como los comentarios de mis amigos sobre él. Y parece ser que no soy la única, porque ellos también chulean de madre, cosa que, como al rey emérito, me llena de orgullo y satisfacción. y a través de esa chulería, he recibido un encargo: cocinar un plato vegano para Estela, una compañera de Guillermo en Murcia, donde estudian Arte Dramático. Sé que he tardado un poco en cumplir el encargo y pido disculpas, pero, como lo prometido es deuda, allá va, Estela. Espero que la disfrutes. De hecho, ésta semana Guillermo lleva un túper de esta crema. La receta está sacada del blog Velocidad Cuchara, y yo la he hecho con Thermomix, pero se puede hacer perfectamente sin ella. Asímismo, adapataremos el caldo, que en lugar de ser de ave será de verduras, y el yogur, que será de soja, para hacer vegana la receta. De todas formas, el yogur es opcional.

Ingredientes

  • 40 gr de aceite de oliva
  • 1 ajo
  • 300 gr de puerro
  • Sal
  • 500 gr de remolacha cocida
  • 750 gr de caldo de ave o de verduras
  • 1/4 de cucharadita de comino molido
  • 1 yogur natural o de soja, para decorar

     En primer lugar habremos de cocer las remolachas, si son frescas, como era mi caso, aunque también pueden comprarse cocidas. Para cocer las hortalizas, ( yo lo hice en la olla rápida), las lavamos sin pelar y dejamos un trozo de tallo como de unos 10 cm, para que no se "desangren". las puse en el accesorio de vapor de la olla y las cocí durante 20 minutos en la posición 2 de la olla, dejando al acabar que ésta perdiese el vapor. Una vez que se puede abrir la olla se sacan y se pelan, la piel sale incluso con las manos, sin dificultad, y ya las tenemos listas para usar. Las trocearemos para usarlas en la crema, con mucho cuidado, porque manchan muchísimo.
     Troceamos bien el ajo y el puerro y los sofreímos durante unos 10 minutos en una olla con el aceite. Salamos. Agregamos las remolachas y el caldo y dejamos cocer unos 10 minutos más. añadimos el comino y trituramos bien la crema con una batidora. Probamos el punto de sal y de comino, así como el espesor,añadiendo agua si nos gusta menos espesa, y volvemos a cocer unos 5 minutos más, pues al triturar añadimos aire al alimento, y así evitaremos que fermente con facilidad.
     Y ya está. Servimos en platos, y si queremos, podemos batir un yogur y añadir unas cucharadas en el centro del plato. Además se hace atractivo, pues el blanco contrasta con el precioso rojo que tiene esta crema.
     Estela, espero que te guste. Un beso.

Crackers de salvado de avena

     Me encantaron cuando los probé en una clase de cocina de thermomix. Y no solo a mí, fue el plato mejor valorado, en general, por las asistentes.

Ingredientes
  • 50 gr de nueces
  • 140 gr de salvado de avena
  • 20 gr de harina de repostería
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de levadura química en polvo
  • 200 gr de leche entera
Para espolvorear
  • Aceite de oliva
  • Escamas de sal
  • Pimienta negra
     Precalentamos el horno a 180ºC.
     Ponemos en el vaso las nueces y el salvado, y presionamos el Turbo 2 veces, con la posición vaso cerrado. Añadimos el resto de los ingredientes y mezclamos 10 seg, vel 4.
     Volcamos la mezcla sobre un trozo de papel de hornear de 30 x 40 cm y la extendemos. La cubrimos con otro trozo de papel y la alisamos con el rodillo, dejando una lamina lo más regular posible, pero no excesivamente fina, y  horneamos 10 minutos.
     Sacamos del horno, retiramos el papel superior y cortamos en cuadrados de unos 4 x 4 cm. Espolvoreamos la superficie con escamas de sal, pimienta, y un spray de aceite de oliva. Volvemos a meter en el horno durante 10 min más.
     Dejamos enfriar sobre una rejilla para que se mantengas crujientes.

Aceitunas partidas

     He ido tantas veces a la orza de las olivas....Mi abuela las tenía en una cámara, tapadas con un corcho. Había que sacarlas con una cuchara de madera, nunca de metal, ni meter la mano en la orza, pues se ponían blandas. Había que apartar esa telilla blanca que se había formado, y meter la cuchara, últimamente un cucharón de plástico blanco agujereado en el fondo. A mí no me entusiasmaban, prefería las sevillanas, y por supuesto, las rellenas de anchoa. Pero a mi madre le chiflaban. Y cuando vi la entrada de Elvira, me decidí a hacerlas.
     Mis abuelos tenían unos cuantos olivos (las oliveras), recogían las aceitunas, las llevaban a la almazara para hacer el aceite, y por supuesto, las aliñaban. Las oliveras ya no están, y yo soy totalmente inculta en estos temas, pero vamos, ésto es lo que he logrado aprender. Las aceitunas (por lo menos las que yo he cogido), son de color verde antes de madurar. Esas son aptas para aliñarlas, pero como no están maduras, hay que curarlas, y la manera de hacerlo, tradicionalmente, es con sosa. Éstas las dejaremos para otro día. Y cuando cambian al color negro, porque ya están maduras, ha llegado el momento de recogerlas para hacer el aceite, y son estupendas para hacerlas "partidas". Me fui con mi amiga Ana a recoger aceitunas a su bancal, en Benilloba; las mujeres que pasaban, conocidas suyas, y ella misma, sabían, por supuesto, que las verdes son para la sosa y las negras para partirlas. A mí me costó recordar cada color con su proceso correspondiente, la verdad, hasta que entendí que lo de la sosa era para acelerar el proceso, dado que no estaban maduras todavía.
     Cogimos un cubo de aceitunas mezcladas, y me fui a casa. Mi madre, enseguida, se puso manos a la obra. Yo recordaba a mi abuela y a mi madre, con una maza de madera, (algo parecido a un cubilete de dados, pero macizo y de madera) y un delantal viejo, chafando montones de olivas, que soltaban un líquido que manchaba lo suyo. Yo no tengo maza, pero mi madre  se armó con un cuchillo, y una vez separadas las aceitunas verdes de las otras, fue rajando una a una las negras, y algunas de las verdes que estaban cambiando de color. Luego las puse en un lebrillo que me traje también de Benilloba, las enjuagué con agua varias veces, y las dejé cubiertas de agua, a la que añadí un poco de sal gorda. Porqué sal gorda no lo sé. Mi madre dice que probablemente, porque les sobraba de la matanza, de salar los jamones, y antes, en su pueblo "No había de todo siempre, como ahora, hija".

Ingredientes

  • Aceitunas
  • Sal gorda
  • Hierbas: tomillo, ajedrea, pebrella, romero
  • Ajos
  • Corteza de limón, de naranja
  • Cominos,....

     El asunto es que hay que cambiar el agua cada día, durante al menos dos semanas, hasta que, al probarlas, no estén amargas, momento en que procederemos al aliño. Y el lebrillo era precioso, pero pesaba la tira, y además, era incómodo cambiar el agua, dada la amplitud de su boca y que se caían las aceitunas, por lo que, al segundo día, las cambié a un feo y práctico capazo de plástico negro con asas. Durante éste proceso, tampoco se pueden meter las manos en las aceitunas. todo sea porque se mantengan firmes. Y el agua del remojo ha de ser agua no tratada o bien agua mineral, pues el cloro del agua potable las reblandece.
     Cuando pasen dos semanas de ésta manera, probamos una aceituna. Si está amarga, continuamos el proceso 1 semana más. Y así hasta que dejen de amargar. a mí me ha costado casi un par de meses, y lo achaco a que las aceitunas no están chafadas, sino partidas y no en exceso, por lo que les ha costado más sacar el amargor.
     Una vez conseguido nuestro propósito, llega el momento de aliñarlas. Cogemos tarros bien limpios, ponemos una capa del aliño elegido, una de aceitunas, y así sucesivamente, hasta terminar con una de hierbas.
     Hacemos una salmuera con 80 gr de sal por cada litro de agua, y con ella, rellenamos los botes, que tapamos, y dejamos unos días para que las aceitunas tomen el gusto del aliño. La idea de Elvira de preparar diferentes tarros con diferentes aliños, y así probar cual nos gusta más, me ha gustado mucho. y la proporción de la salmuera también es de ella.

Sandwich VIP´S Club

     Fue nuestra comida de un sábado. No lo conocía, pero me hizo mucha gracia cuando lo vi en Mercado Calabajío. Y un día en que no tenía prisas, lo preparé. Bien es cierto que se puede tener bastante adelantado  el trabajo y montarlo en el último momento, mientras una mano amiga va haciendo unas patatas fritas en la freidora.

Ingredientes para un sandwich

  • 4 rebanadas de pan de molde
  • 1 filete de pechuga de pollo
  • 2 lonchas de bacon ahumado
  • 1 hoja de lechuga
  • 1/2 tomate de pera
  • 1 loncha de queso Havarti
  • 1 loncha de queso Emmental
  • 1 loncha de jamón de york
  • Sal
  • Pimienta
  • Mayonesa
  • Mantequilla

     En una sartén con un poco de aceite, doramos la pechuga salpimentada, y la retiramos.
     En un plato llano ponemos un par de hojas de papel de cocina, las lonchas de bacon encima, otro par de hojas, y lo metemos en el microondas hasta que esté crujiente, y reservamos. A mí me llevó algo más de dos minutos.
     Lavamos , secamos y troceamos la lechuga, la ponemos en un bol y la embadurnamos con mayonesa.
     Lavamos  y secamos el tomate, y lo partimos en rodajas finas. Reservamos.
     Cogemos dos rebanada de pan, las untamos de mayonesa, y las rellenamos con la pechuga y el bacon.
     Cogemos las otras dos rebanadas, y entre ambas ponemos las rodajas de queso, con el jamón york entre ellas. Reservamos. Si dejamos todo ésto preparado, tenemos mucho adelantado.
     A la hora de la verdad, cogemos dos sartenes y les ponemos un poco de mantequilla a cada una. En una de ellas, y a fuego fuerte, doramos por las dos caras el sandwich de pollo. sólo queremos dorarlo, el interior ya está cocinado, por lo que podemos darle previamente un golpe de microondas, si estuviese demasiado frío. Cuando estén doradas las sacamos y reservamos.
     En la otra, y a fuego suave, vamos poniendo el sandwich de queso, con el fin de que éste se funda. Cuando está dorado por ambas caras, lo sacamos.
     El montaje consiste en lo siguiente: cogemos uno de los bocadillos, encima ponemos una capa de lechuga y unas rodajas de tomate, con un poco de sal, y sobre éste, el otro sanwich. Sujetamos con 4 palillos de brocheta en los laterales del pan, y cortamos las dos diagonales con un cuchillo de sierra, con lo que obtenemos 4 triángulos, que nos harán más fácil la tarea de comerlos. Yo hice una ensalada y mientras, mi marido frió las patatas. Y a disfrutar de un bocado nada ligero, pero que nos gustó mucho.

Cordero al horno

     Para la comida de Navidad, decidimos hacer cordero al horno. Este año lo he preparado a fuego lento, durante casi 3 horas. Me he inspirado en Lazy blog, aunque no lo he hecho igual.
Ingredientes

  • Cordero
  • Sal
  • Pimienta
  • Vinagre
  • Patatas

     En primer lugar, lavamos y secamos el cordero, lo salpimentamos, lo disponemos en una fuente amplia de barro y echamos medio vaso de agua en el fondo. Empezamos la cocción, y vamos dando la vuelta a la carne cada 15 minutos al principio, y cada diez minutos a partir de la primera hora.
Mientras esperamos a dar la primera vuelta al cordero, yo cogí unas patatas, las lavé, las abrí por la mitad, les puse sal y pimienta y las envolví en papel de aluminio. Cuando sacamos el cordero, añadimos las patatas a la cazuela.
Además, entonces, retiramos el caldo que se va formando en la base de la fuente, de manera que quede muy poco, como medio centímetro, e ir rociando la carne con el líquido retirado, para que tampoco se reseque.
     No apunté el tiempo exacto que lo tuve en el horno, pero más de dos horas y media fue, hasta que, al pinchar la carne, nos salen los jugos transparente. Entonces subimos la temperatura del horno y le ponemos aire, durante 5-10 minutos, para dorar la pieza, sin dejar de vigilar, porque solo faltaría que ahora se nos quemase.
     Y yo no lo hice por falta de tiempo, pero el jugo que queda en el fondo, se rasca, se añade un poco de agua y se reduce a salsa, y debe estar de lujo.
     En fin, paciencia con el cordero.

Trufa para relleno

     Me encanta la trufa. Recuerdo los conos de barquillo, bañados en chocolate y rellenos de trufa de la pastelería donde íbamos a veces en Valencia como mis dulces favoritos. En aquellas edades en que los michelines importaban un comino. Muchas veces, buscando ésta receta, me encuentro con que se utiliza nata montada con cacao en polvo, y esa trufa a mí no me gusta. Otras veces he utilizado mi receta de trufas de nata para rellenar o cubrir pasteles, como éste, pero no me ha convencido demasiado. y, por fin, creo haber descubierto la receta definitiva.

Ingredientes

  • 250 ml de nata para montar
  • 250 gr de chocolate negro fondant

     En primer lugar, troceamos el chocolate con la ayuda de un cuchillo o de un robot, en trozos pequeños.
    Ponemos la nata a fuego lento, y cuando alcanza el punto de ebullición, la retiramos del fuego y echamos por encima el chocolate que teníamos reservado. He leído por ahí los dos sistemas, echar el chocolate sobre la nata y la nata sobre el chocolate. Yo he utilizado el primero y me ha dado buen resultado, no sé si habrá alguna diferencia. Removemos bien con una espátula hasta que el chocolate se deshaga totalmente, y lo dejamos enfriar.
     Dejamos reposar la mezcla, he leído de 4 a 12 horas, cosa que haré la próxima vez, pues se me ha echado el tiempo encima y no he podido tenerla más que 2 horas, y entonces la montamos, como si de nata se tratase. No me ha quedado mal, a pesar del poco reposo y de no estar la nata lo suficientemente fría como para montarla. En la batidora de varillas (En mi caso KA), con la tapadera puesta, por las salpicaduras, 1 minuto en velocidad 6, y unos 3 minutos en velocidad 4, pero sin dejar de vigilar.
     Echamos la mezcla en una manga pastelera desechable, con una boquilla rizada, y ya podemos proceder a rellenar pasteles, roscones, decorarlos y lo que se nos ocurra.
     Si de lo que se tratase fuera de cubrir tartas, utilizaríamos una parte de chocolate por dos de nata. Y si queremos un acabado algo más firme y brillante, se puede añadir también unas cucharadas de mantequilla.
     Yo, de momento, la he utilizado para rellenar la mitad del roscón de este año, pues las preferencias familiares andaban divididas entre la nata y la trufa, y así todos contentos.

Churros de la tía Rosario y el tío Jesús

     Me gustaba cuando íbamos de visita a casa de la tía Rosario, en el pueblo. Vivía en la casa que fue de mis abuelos paternos ( a mi abuela María no la conocí); yo era pequeña cuando la compraron y la reformaron, y no recuerdo haber recorrido la casa original. Recuerdo vagamente que se entraba a una estancia grande, desde la que se accedía a las habitaciones, y a la cocina, y recuerdo en esa estancia grandes retratos, creo que de mi abuela y de su hermano Eduardo, pero lo dicho, yo era pequeña e igual estoy equivocada. Lo que sí recuerdo era que ellos solían estar en la cocina, haciendo papeletas. Era un trabajo que se hacía en las casas, confeccionar las papeletas que se repartían en las tómbolas. Había un gran montón de papeles cuadrados, de color morado, azul,...y había que doblarlos formando un sobre, en cuyo interior se encerraba una pequeña carta de la baraja, y al final, se humedecía la punta en una esponja con cola, y se cerraba el sobre, echándose a una caja grande. En casa de mi tía, que era muy hacendosa y además tenía seis hijos, se hacían papeletas. Cuando llegaban mis primos de la escuela o del trabajo, así como mi tío, todos se sentaban alrededor de la mesa a confeccionarlas. Y cuando los visitábamos, a mí me gustaba ponerme también a ello. Era muy divertido, en contra de la opinión de mis primos, que estaban hasta el gorro de hacerlo a diario.
     Hoy me ha dado mi primo Juan Carlos, el menor, por Facebook, la receta de los churros que hacían sus padres, y ésta tarde la he puesto en práctica, acordándome de mis tíos, y de las enormes cajas de papeletas, y de ellos dos, siempre juntos, sentados a la puerta de casa en verano, con los vecinos, y haciendo papeletas junto a la lumbre en invierno. A ellos, y a mis primos les dedico ésta receta, que aunque no nos veamos demasiado, bien es cierto que me alegro cada vez que nos encontramos.


Ingredientes

  • 1 taza de harina
  • Una pizca de sal
  • 1 taza de agua hirviendo
  • Aceite de oliva para freír
  • Azúcar para espolvorear (opcional)

     Ponemos en la amasadora la harina junto con la sal, y le añadimos el agua hirviendo, amasamos todo y ponemos en la churrera. Yo, que no la tengo, he puesto la masa dentro de una manga pastelera con boquilla estrellada y ancha, pues no sé donde leí que si la forma de la boquilla no era esa, explotaban bastante al freírlos. No sé si será cierto, pero el caso es que a mí no me han salpicado nada.
     Hay que freírlos en abundante aceite bien caliente, pero con cuidado, pues si está demasiado caliente se pueden quedar crudos en el interior.
     Cuando el aceite está caliente, vamos echando la masa sobre él, intentando formar una espiral, lo cual me ha resultado difícil, porque la masa es bastante densa, y hay que hacer fuerza para empujarla. Cuando se doren por un lado, les damos la vuelta y los doramos por el otro. Y cuando ya estén, los sacamos a un plato cubierto de papel de cocina. Y si queremos, les echamos azúcar por encima. yo no les he puesto, así cada uno se los come a su gusto.  
     Dice mi primo que a él le gusta poner, del vaso de agua, tres cuartas partes de agua y el resto de leche. La próxima vez lo haré así.
     En mi casa, particularmente, nos gustan los churros más bien gorditos, a los que en algunos sitios les llaman porras. Muchos domingos, iba mi padre a comprar churros, y traía la rosca entera, envuelta en un papel pringoso de aceite, sin bolsa de plástico para que no se reblandecieran, y cómo nos gustaba mojarlos en el chocolate que hacía mi madre, y comernos "la porra", es decir, el extremo final, que era más grueso.
     Es una tontería, pero me gusta pensar, que allá donde estén, ésta tarde estén compartiendo unos churros con chocolate mis tíos, mi padre y mis abuelos. Yo, por lo menos, me he acordado mucho de ellos.
   

Bolitas de pollo

     A Rodrigo le encantan las bolitas de pollo. Es una máquina de devorarlas. Y para navidad, fue su petición. La receta no creo que sea muy ortodoxa como china, pero la verdad es que estaban muy ricas.

Ingredientes

  • Alitas
  • Harina de tempura
  • Agua muy fría
  • Sal
  • Ajo en polvo
  • Pimienta de Cayena

     Cortamos, de las alitas de pollo, la parte más cercana al cuerpo, les quemamos bien las plumas, cortamos los tendones y formamos la bola. Sazonamos. Mi marido se encargó de realizar este plato  en Navidad.
     Hacemos la tempura siguiendo las instrucciones del fabricante, y nosotros le añadimos ajo en polvo y cayena. Rebozamos las bolitas y las freímos en abundante aceite caliente. Sacamos y dejamos escurrir sobre papel absorbente. Hay que freirlas a temperatura suave para que se hagan por dentro, y después subir la temperatura del aceite para que se doren.
     Desde luego, fueron un éxito. Y hoy, que es San Rodrigo, se las dedicamos a nuestro chicarrón con mucho cariño.

Macarons de gazpacho

     Por fin le ha llegado el turno a esta receta que tenía ganas de probar. Realmente me entraron por los ojos, y además me parecieron superoriginales. Así que gracias  Susana, por la idea de éste aperitivo navideño, aunque a mí me quedaron rosa. Los hice como aperitivo para la cena de nochebuena, pero como hoy es mi cumpleaños y me van a mimar con la comida, me autoregalo esta receta. Jajaja.

Ingredientes
  • 180 gr de almendra en polvo
  • 180 gr de azúcar glas
  • 70 gr de claras de huevo (para montar)
  • 55 gr de claras de huevo
  • 40 gr de azúcar
  • Colorante rojo en gel
Sirope
  • 75 gr de agua
  • 160 gr de azúcar
Relleno
  • 250 ml de gazpacho
  • 3 cucharadas de queso cremoso
  • 1/2 cucharadita de gelatina neutra en polvo
  • Jamón
     Macarons
     El día anterior, separar las claras de las yemas (no sirven las pasteurizadas), pesarlas y dejarlas en sendos recipientes dentro del horno apagado y frío. Sólo es para que estén a temperatura ambiente y que no les caiga nada encima.
     Triturar el azúcar glas y la almendra molida, mezcladas, en un robot, hasta obtener un polvo fino. Tamizar y reservar. El tamizarlo me costó bastante.
     Poner en un cazo el agua y el azúcar para el sirope.
     Poner las claras de montar en el bol de la batidora, batirlas a velocidad baja durante 2 minutos, y después a máxima potencia hasta que estén muy firmes. Casi al final, añadir los 40 gr de azúcar. La textura debe ser firme.
     Poner al fuego el cazo para hacer el sirope, a media potencia, removiendo con varillas. Cuando alcanza los 110º C, ya está. Si no tenemos termómetro, Susana dice que estará listo en unos 3 minutos, cuando empiece a espesar, pero antes de que cambie de color. Sin dejar de batir las claras, ir echando sobre ellas este sirope, poco a poco. Añadimos el colorante y batimos todavía 3 ó 4 minutos más. Yo debí usar poco colorante, pues me quedaron rosa, pero no tenía más en gel y no quería usar del líquido, ya que Susana lo desaconseja.
     Sujetamos el bol con una mano, echamos de una vez la mezcla de azúcar y almendra, y con una lengua de silicona y movimientos circulares amplios, vamos integrándola con cuidado. De vez en cuando rebañamos el fondo del bol. Y poco a poco, vamos añadiendo el resto de claras que tenemos sin montar. Terminamos de integrar un poco más enérgicamente, pero no hemos de pasarnos, pues si no la masa se hará líquida, y no nos interesa. Debe ser lisa y brillante, pero no líquida.
     Preparamos papel de hornear con una plantilla para hacer los macarons sujeta con un clip. Mi plantilla es la de Webos fritos, que Susana puso en el blog en su día.
     Cogemos la manga pastelera, le ponemos una boquilla redonda y lisa de 6 mm. La llenamos con la mezcla, y vamos rellenando los círculos de la plantilla. Para ello ponemos la manga en posición vertical, aplicamos una ligera presión, y hacemos un giro con la muñeca para cortar la salida de relleno. Cuando acabamos, pasamos la plantilla a la siguiente hoja de papel de hornear, y asi sucesivamente. Pasamos la hoja con sumo cuidado a la bandeja done los hornearemos y le damos 2 ó 3 golpes contra la superficie del banco, para eliminar las posibles burbujas de aire.
     Dejamos secar los macarons, hasta que se forme una ligera costra y al tocarlos, estén firmes y la masa no se pegue a los dedos. Esto es importante para que se forme el pie.
     Precalentamos el horno a 150ºC, calor arriba y abajo, sin aire. Cuando estén secos, hornearemos durante 13 minutos, en la parte media del horno. Probaremos con una concha, a ver si se despega del papel del horno. Si no, seguiremos un par de minutos más. Como siempre, cada horno se comporta de manera diferente. Pero si nos pasamos, se quedan muy secos.
     Sacamos del horno, dejamos enfriar y despegamos. Y dejamos secar las conchas al menos un día.
     Relleno
     Cogemos el gazpacho y lo calentamos, separando una tacita. Susana lo ha hacho casero, pero yo preferí hacerlo con un buen gazpacho comercial, que era diciembre y el gazpacho no apetece mucho. En esa tacita, deshacemos la gelatina. Cuando el resto esté hirviendo, se echa en el recipiente donde habíamos disuelto la gelatina. De todas formas, para éste proceso, hay que consultar las instrucciones de preparación de cada marca de gelatina, o bien del agar-agar que usa Susana. Mezclamos bien con unas varillas hasta su completa disolución. Cuando esté frío, lo reservamos en la nevera.
     A la hora de servir, añadimos el queso crema, batimos, metemos en una manga pastelera del 6 o del 8, y hacemos un cordón , en el macaron, dejando libre el centro, pero sin pegarlo demasiado a los bordes, porque si no, al cerrarlo, se saldrá. Al poner el queso, la mezcla perdió consistencia, pero al ponerlo un ratito más en la nevera, volvió a adquirir la suficiente como para rellenar los macarons.
     Precalentar el horno a 200ºC, calor arriba y abajo. Poner sobre la bandeja del horno una lámina de papel de hornear, el jamón, otra lámina y otra bandeja. Tenerlo 5 minutos, o hasta que veamos que está seco y crujiente. Lo retiramos, lo dejamos enfriar y lo troceamos. lo ponemos en el centro del relleno de gazpacho, lo cerramos, y lo servimos inmediatamente.
     Es conveniente rellenarlos y servirlos enseguida, para que no se reblandezca la concha. Es interesante el contraste dulce- salado, con el relleno fresco de la nevera y el toque crujiente del jamón.
   Deliciosos y sorprendentes.


Nata montada

     Siempre me asaltan dudas a la hora de montar nata. Lo hago con mucha precaución, y con miedo de pasarme en el batido siempre. Y siempre voy buscando información a la hora de hacerlo, por lo que he decidido crearme mi propia entrada para consultar. Aunque me ha servido de consulta Mercado Calabajío, que es uno de mis blogs de cabecera.

Ingredientes

  • 500 ml de nata para montar de al menos 35,1% de Materia Grasa
  • 100 gr de azúcar glas

     Es importante que la nata tenga esa cantidad de materia grasa para que el resultado sea estable al montarla. Y tiene que estar bien fría. También sería interesante que el vaso y las varillas lo estuviesen.
     La última vez he montado medio litro de nata y he utilizado 4 cucharadas de azúcar, lo que viene a ser unos 100 gramos.
     Vertemos la nata en el vaso (hablo de Kitchen Aid). Ponemos la tapadera, pues salpica lo suyo. Empezamos a batir un minuto a velocidad 6. Entonces, que la nata empieza a montarse, vamos añadiendo el azúcar a cucharadas por un lado. Bajamos a velocidad 4 y seguimos batiendo durante unos 3 minutos. Pero si la cantidad de nata es de 1 litro, por ejemplo, necesitaremos algo más de tiempo y de potencia. Por ejemplo, como dice Carlos, 5 minutos a velocidad 6. Si es verano y hace calor, y el vaso no está frío, se monta en menos tiempo.
     Cuando no tenía la Kitchen Aid la montaba con un batidor de varillas normal, y los resultados también eran muy buenos. Lo que es importante es que la nata tenga la suficiente grasa.
     Y, como me pasó una vez, si nos pasamos con el tiempo de batido obtendremos mantequilla. Dulce, eso sí. Pero se puede reutilizar como mantequilla, y como tal se puede congelar para usos posteriores.

Nidos de alcachofa

     Un aperitivo de nuestra cena navideña. Compré las alcachofas varios días antes, las preparé, las freí y las dejé en la nevera, en un recipiente cerrado, con papel de cocina para que absorbiese la humedad.

Ingredientes

  • 6 alcachofas
  • 6 huevos de codorniz
  • Aceite de oliva
  • Jamón

     Quitar las hojas exteriores de las alcachofas, tornearlas,cortar la base para que queden de pie y  vaciar el corazón con una cuchara. Lavar y secar.
     Freír a 160º C durante 15 minutos, y escurrir sobre papel absorbente. Cascar con cuidado los huevos en el centro, salar y gratinar a 180º C durante unos 4 minutos, hasta dorar. Sacar y poner por encima jamón en lonchas, en virutas o crujiente, y servir.
     Como ya tenía las alcachofas fritas y el crujiente de jamón preparado, sólo tuve que ponerles los huevos y meterlas al horno, y en un momento, preparado este delicioso aperitivo..

Nota: si prescindimos del jamón, es apto para dietas vegetarianas.

Corazones de almendra

     Hoy es San Valentín. En el fondo, nunca he sido muy partidaria de esta parafernalia comercial, pero de todas formas, es una ocasión para darnos cuenta del día a día, de los detalles cotidianos, de las sonrisas, de los gestos de cariño y las miradas cómplices. El detalle de que te hayan dejado preparado el café de la mañana  a pesar de las prisas y el sueño; que piensen en cómo te gusta de cuajada la tortilla de patatas para dejarla a tu gusto; un mensaje a media mañana desde el trabajo, buscarte con los ojos al llegar del trabajo y sonreír...son pequeñas grandes cosas. Pero después de este rollo, y de todas formas, ¿a quien no le gusta recibir un regalo, aunque sea San Valentín?.
     Hace tiempo que tenía ganas de hacer esta receta. La ví en este blog, en un HEMC. y hoy, es una buena ocasión para publicarla.

Ingredientes
  • 200 ml de leche de almendras
  • 15 almendras saladas
  • 2 hojas de gelatina
     Remojar la gelatina en agua fría. Calentar parte de la leche y deshacer la gelatina en ella. Mezclar con el resto de la leche, echar en una cubitera de goma con forma de corazón. Poner una almendra dentro de cada cubito, y dejar en la nevera hasta que cuaje.
     Desmoldar con cuidado y servir sobre cuchara.
     Con esta cantidad he tenido lo justo y suficiente para rellenar un molde de bombones de silicona en forma de corazón. Lo engrasé ligeramente con aceite de girasol, y luego lo rellené. Me ha costado poco desmoldarlo, aunque algún corazón no ha salido bien. Nos ha gustado, fue un aperitivo que no sobró, y todos elucubrando sobre qué sería eso blanco. De todas formas, pierde un poco por el hecho de que la almendra interior se reblandece mientras cuaja la gelatina, pero aún así, es fácil de hacer y está bien rico.
     Feliz San Valentín. Por muchos años más de miradas y susurros.

Tiramisú

     Por la mañana fui a monitores a La Fe y me mandaron a casa, pues no estaba de parto. Al llegar a casa de mis padres, donde esperabamos tu llegada tu hermana y yo, la yaya tenía que ir a comprar una mesa para la cocina, y decidí acompañarla. Hacía un frío espantoso, pero tenía que caminar y eso hice. La yaya, con Inés, que tenía 20 meses, de la mano y yo, nos dirigimos hacia la tienda de muebles. Yo iba diciéndoles que no corrieran tanto....Pasé la tarde con malestar, pero cuando las contracciones se hicieron más rítmicas, decidí que era el momento de ir al hospital. Llamé a tu padre, que estaba trabajando en Alcoy, para decírselo, tranquilizándolo. Le dije que iba a ducharme y al hospital, para que no viniese con prisa. Y nos fuimos  los yayos y yo. Inés se quedó en casa  con las tías. Mi padre  me decía que estaba muy verde, y que e iban a volver a mandar a casa. Mi madre lo miraba y al final le dijo "Anda José, conduce y calla". Nos metimos en su coche, un Renault 11 ranchera, que tenía estropeada una de las puertas traseras,  que me tocaba sujetar porque se abría en las curvas. Eso, en medio de una contracción, era toda una aventura, ya que entonces los cinturones traseros no eran obligatorios en los coches, y además iba equipada con mi neceser para quedarme en el hospital.
     Tu abuelo, que conocía Valencia muy bien, pues había sido repartidor, tomó un atajo para llegar antes a La Fe....y se perdió. Al final llegamos. Pero siempre asocio nuestra llegada al hospital con alguna escena del cine español en la que participasen Alfredo Landa, Florinda Chico y Gracita Morales. Si hubiésemos llevado una ristra de ajos, o un par de pollos vivos, habríamos pasado por ellos. Fijo. Creo que lo de la vocación de titiritero pudo empezar ahí....
     En el hospital me dijeron que me quedaba, que estaba de parto. Salí a decírselo  tus abuelos, y empezaron los preparativos. Eran las diez de la noche, aproximadamente. Entonces oí la voz de tu padre y se lo dije a la matrona, que me dijo que eso no era posible, que más tarde lo llamarían y podría entrar....Y en ese momento él, se presentó y allí se quedó cogiendo mi mano y acariciándome. Las contracciones iban en aumento y el monitor registraba unas ondas diminutas. Tu padre fue a decirlo, pero nadie me creía. Nosotros llegamos a la conclusión de que el aparato estaba estropeado, pero solo fuimos nosotros, porque empezaron los comentarios del tipo "esta va por libre", "no hace caso en lo de no empujar"....Me dijeron que avisara cuando tuviese ganas de orinar, y cuando lo hice, otra vez comentarios descalificadores "no puede ser, pero bueno, va, voy a mirarte"...y la condescendecia se transformó en urgencia, pues casi se desnuca al salir corriendo para avisar de que me llevasen al paritorio. Espero que se rompiese al menos una uña.
     En un momento estaba en la mesa de partos y enseguida tu padre me dijo "Cariño, que ya está". "Que ya está ¿qué?", pregunté yo cabreada, harta de que no se me hiciera caso. "Ya ha salido la cabeza". Allí estabas tú. Rápido. A las 11,30 de la noche. Guapo como tú solo. Bueno. Y tan chiquitín para mí, acostumbrada a mi bebé de 20 meses....La sensación de felicidad que nos embargó fue maravillosa. Y nunca nos ha abandonado, cariño mío.
     Hoy cumples 20 años. Quiero felicitarte con la receta del postre que has pedido, que sé que te gusta mucho, para que puedas hacerla cuando quieras. Te quiero, hijo mío. Y que cumplas muchos más.

Ingredientes
  • Un paquete de bizcochitos
  • 500 gr de queso mascarpone
  • 8 cucharadas de azúcar
  • 6 huevos
  • Un vaso de café frío
  • Un vasito de licor: amaretto, ron...
  • Chocolate en polvo
     Los bizcochitos empleados no son soletillas, Reciben diferentes nombres: lencuas de gato, palitos de la reina, savoiardi....Son unos bizcochitos alargados y secos, de consistencia dura, cubiertos de azúcar por la parte superior.
     Preparamos el café y lo dejamos enfriar. Yo suelo hacerlo con café instantáneo descafeinado. Echamos un chorrito del licor al café y reservamos.
     Separamos las claras de las yemas. Con una pizca de sal, montamos las claras a punto de nieve y con la mitad del azúcar, y reservamos en la nevera.
     A las yemas, les añadimos el resto azúcar y las batimos hasta conseguir una mezcla espumosa. Añadimos un chorrito del licor y volvemos a batir.
     Batimos el queso hasta formar una crema sin grumos. Entonces lo incorporamos a la crema de yemas, y por último, añadimos las claras a esta mezcla, en dos o tres veces, con movimientos envolventes y ayudándonos con una espátula para que no se bajen las claras.
     Preparamos una fuente honda. Vamos mojando los bizcochos en el café frío, sacudimos el exceso de líquido, y formamos una capa. Entonces ponemos una capa de crema de mascarpone. Otra de bizcochos y otra de crema, y así alternativamente, terminando con una de crema. Tapamos y guardamos en la nevera hasta el momento de servir. Si reposa está mejor.
     Cuando vayamos a comerlo, sacamos de la nevera y espolvoreamos con cacao en polvo con la ayuda de un colador. Y a disfrutar del postre. Y a seguir probando recetas de tiramisú.
     Papá y yo estamos muy orgullosos de tí, cariño mío. Ees muy especial.

All-i-pebre

     Este es un guiso típico de El Palmar, pueblo de Valencia a orillas de La Albufera, donde se pescan las anguilas. Es un guiso delicioso, a pesar del "repelús" que a mucha gente le dan estos peces. Realmente es espectacular, pues se venden vivas, te las trocea el pescadero, y cuando llegas a casa, los trozos se siguen moviendo.
     

Ingredientes

  • 1 1/2 kg de anguilas
  • 250 gr de aceite
  • 1 cabeza de ajos
  • Un puñadito de piñones 
  • Un rebanada de pan
  • 1 cucharadita de pimentón
  • Guindilla
  • Sal
  • Laurel
  • Perejil
  • Patatas

     En el aceite bien caliente se fríe el pan y se reserva. A continuación se sofríen los ajos, sin pelar y con un corte en el medio; después las patatas, peladas y chascadas.Les damos unas vueltas y se echa el pimentón, se mueve bien, y enseguida se añade 1/2 l de agua. 1 hoja de laurel, sal y guindilla al gusto. Cuando hierva 8 ó 10 minutos se ponen las anguilas, limpias y troceadas.
    En el mortero se pican 4 ajos crudos, sal, los piñones y el perejil, formando una pasta, se añade el pan frito y se machaca hasta conseguir una crema dura, que se aclara con unas cucharadas del caldo. Se esparce por encima del guiso y se deja al fuego hasta que las anguilas estén cocidas.  El caldo debe quedar reducido a una pura salsa trabada.
   

Guisado de trigo de Hellín

     A mi padre le había oído hablar a veces del guisado de trigo, pero nunca lo había probado. Y cuando encontré una reseña a este guiso en un periódico, quise probarla. No había una receta como tal, y yo la he hecho un poco a mi manera. En casa ha gustado, pero sin entusiasmar. Prefieren la olleta con habichuelas y pencas de por aquí.


Ingredientes
  • Garbanzos
  • Trigo
  • 1 pata de cerdo
  • 1 hueso de espinazo
  • Dos  trozos de osobuco de cerdo
  • 1 cebolla
  • Tomate triturado
  • Aceite de oliva
  • Pimentón
  • Sal
     Hay que poner el día anterior los garbanzos y el trigo en remojo.
     Lavamos los huesos y los blanqueamos unos minutos en agua hirviendo, los lavamos y los ponemos en una olla grande, cubrimos de agua y la ponemos al fuego. cuando hierva el agua echamos los garbanzos escurridos y enjuagados, y cuando vuelva a hervir, añadimos el trigo escurrido y enjuagado. Dejamos cocer hasta que los garbanzos están tiernos.
     Aparte hacemos un sofrito con el aceite y la cebolla muy picada. Cuando esté transparente, añadimos el tomate triturado, y una vez que esté frito, añadimos una cucharada de pimentón, removemos rápidamente fuera del fuego, y reservamos hasta que el guiso esté acabado, momento en que lo añadiremos a la olla, dejándolo hervir unos minutos más.
     En la reseña del periódico hacía referencia a la pobreza de éste guiso, en cuanto a ingredientes. lo del osobuco y el hueso de espinazo lo he añadido yo. Platos que se hacen solos al amor de la lumbre, con cuatro ingredientes básicos, para alimentar a la familia en tiempos duros. La reseña dice que " por valer poco el trigo, se come mucho". También dice que se le pone hierbabuena al servirlo, cosa que yo no he hecho.
     Una de las ventajas de éste guiso es que el trigo no se pasa. Lo podemos cocer el día anterior, y eso se agradece cuando trabajas fuera de casa.

Casita de jengibre

     En realidad, esta casita tiene trampa, porque no la he horneado yo. Paseando por Ikea, vimos el kit, y me hizo mucha gracia.

Ingredientes
Casita de galletas
250 gr de azúcar glas
1 clara de huevo
5 ml de zumo de limón
     La galleta está riquísima. Me recuerda al sabor del bizcocho de miel que hice hace unos años. Pero el publicar la receta es sobre todo por la glasa, cuya receta venía en la caja del kit. Yo siempre que he hecho glasa, he tamizado el azúcar glas, y es algo que me molesta, porque no se tamiza bien, y tardo más en hacer ésto que casi en todo el proceso. Y ésta receta consistía únicamente en mezclar y batir los ingredientes. Y me ha quedado una glasa preciosa, que ha unido casi enseguida las partes de la casita, y que no tenía grumos. Así que creo que me voy a pasar a esta versión.
     El fallo que tuve fue, siguiendo las instrucciones del paquete, unir las partes antes de decorarlas, y la próxima vez lo haré al revés, primero las decoraré, que sobre plano es más fácil y no se resbalará la glasa, y después las pegaré. Además, no me atreví a ponerle los lacasitos de colores por miedo a que se resbalaran y ensuciaran más la casa. Estos son los deberes para el próximo año.
      Feliz Noche de Reyes a todas las personas de buena voluntad, y a aquellos que sigan encontrando dentro de sí a aquel niño que fueron.

Bolso de fiesta

     Este bolso está hecho con un retal de mi traje de fallera. Le planché una entretela consistente, le puse un forro, al que cosí un bolsillo, y se puse un cierre de imán que conseguí en un bazar chino.


     Yo pensaba que me iba a costar mucho coserlo, en especial la zona que forma el bolso propiamente dicho, pero no fue así. Le puse a mi máquina de coser la aguja más gruesa que tenía, y lo hice con facilidad.
     Y con éste bolso, que a mí me parece tan bonito, quiero desear a todo el mundo que pase por aquí adrede o por casualidad, un muy feliz año 2016. Mis mejores deseos para todos.