Mi santo. Y, por supuesto el de mi madre y el de mi abuela. Y por supuestísimo, coma casi todas las de mi generación, con el María delante, aunque yo con otro motivo más, ya que era el nombre de mi otra abuela, a la que no conocí. Recuerdo mi santo cuando era pequeña como una fiesta, un día sin cole entre semana, con regalos, comida especial, estreno de ropa, paseos, visitas,...
Hoy, como la anfitriona soy yo, prefiero evitarme todo el trabajo que pueda. Normalmente Santi hace una de sus espléndidas paellas, y yo hago algo especial también. Esto no da mucho trabajo, es una idea sacada del blog
webos fritos, hecha con el almíbar sobrante de hacer las
naranjas confitadas.
Ingredientes
- Almíbar de naranja
- Foie
- Tostas
Nada más sencillo que untar el foie sobre las tostas, y añadir la gelatina. Delicioso. Y sin trabajar mucho, que es mi día.
Para rememorar un día de santo como los de antes, léase el capítulo así llamado del libro "Antoñita la Fantástica" de Borita Casas.
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