Ochíos de Jaén

     Muchas veces, me llama la atención el nombre de las comidas. Y me la llama especialmente el nombre de las cosas típicas de un sitio concreto, dado que fuera de allí o se encuentra ni se conoce. Este fue el caso de esta receta. Existen, en Jaén, dos tipos de ochíos, que según cuenta Ana María, parecen llamarse así porque se hacían 8 partes de un kilo de masa. Yo he comido ambos, pero éstos hechos por mí, ya que cuando estuvimos en Jaén no los encontramos. Resultan bastante fáciles de hacer. La única pega que tienen, que ni siquiera es una pega, es que como todas las masas que han de fermentar, hay que calcular el tiempo de levado de la masa, y no es "aquí te pillo, aquí te mato". nos han gustado mucho. Me recuerda a las monas y panquemaos de la Comunidad Valenciana, aunque con otro toque, que es lo que hace especial y rica nuestra variedad gastronómica. Y desde luego, a Guillermo le han encantado. Muchas gracias, Ana Maía, de Cocinando entre olivos, por este bollo que hice para celebrar el día de mi santo.

Ingredientes

  • 375 gr de agua tibia
  • 50 gr de levadura fresca
  • 125 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 125 gr de azúcar
  • 1/2 cucharada de sal
  • 750 gr de harina de fuerza
  • 2 huevos
  • Azúcar para espolvorear

      En el agua tibia disolvemos la levadura, y añadimos, y vamos mezclando, el aceite, el azúcar, 1 huevo y una yema, la sal, y por último la harina. Amasamos, tapamos con un gorro de ducha de plástico (por supuesto, que sólo tiene este uso), y dejamos un par de horas para que la masa leve. Yo lo metí dentro del horno, apagado.
     Pasado este tiempo, encendemos el horno, echamos un poco de harina sobre el mármol, volcamos la masa y la amasamos un poco. Como bien dice Ana María, la masa es muy pegajosa, y es blanda, pero untándonos bien las manos con aceite, nos hacemos con ella. Yo dividí la masa en 10 partes, ya que somos 5 en casa, pero lo suyo sería hacer 8. Formamos bolas, las aplanamos y las colocamos sobre una bandeja de horno forrada de papel vegetal.
     Pincelamos bien la superficie de los ochíos con la clara batida que nos sobró, aunque en la receta original pone con huevo batido, y espolvoreamos con abundante azúcar. Metemos en el horno, que ya estará caliente, a 180ºC, con calor circular, durante unos 18 minutos. Cuando están hechos, los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
     Muchas gracias a toda la gente que rescata estas recetas del olvido, porque considero que son parte importante de nuestra cultura.
   


1 comentario:

  1. Desconocía estos bollos de nombre curioso... pero me parece una manera perfecta para celebrar tu santo!
    Besos y feliz semana,
    Palmira

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