Envueltos

     Un embutido  típico del pueblo de mis padres. En forma, es similar a los figatells valencianos, pero es una especie de paté de campaña, y a mí me encantan. El problema es que no siempre que puedo ir al pueblo los encuentro. He aprovechado el comprar el accesorio picador de la KA para prepararlos, según la receta que me dio mi madre hace casi 30 años. Aunque yo he preparado solo la mitad, y he reducido la cantidad de tocino.

     Como casi todo el embutido de la matanza, la preparación empieza días antes. En este caso, debemos comprar un pan de pueblo y dejar que endurezca un poco, con el fin de poder moler a mano la miga. Y ha de hacerse así, no sirve el pan rallado comprado, porque se apelmaza.



Ingredientes

  • 1 kg de hígado de cerdo
  • 1/2 kg de magro picado
  • 1 1/2 kg de tocino blanco picado
  • 1 cucharadita de canela
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 1 cucharada sopea de pimienta molida
  • Una pizca de clavo molido
  • Sal
  • 4 huevos
  • Pan molido a mano

     Empezamos cociendo el hígado y moliéndolo. A continuación le añadimos el magro y el tocino, que yo también he molido en casa, las especias, la sal y los huevos. Dependiendo del tamaño del huevo, igual necesitamos alguno más. La masa ha de quedar algo blanda. También podemos añadir un puñado de pan molido a mano. Y hasta aquí la confección. Ahora viene la conservación, porque podemos meter la masa en:

     1.-El epiplón, redaño, mantellina, pañuelo.....como se conoce la parte del abdomen que sujeta los intestinos. En realidad, los envueltos se meten ahí, y de ahí reciben su nombre. Se pone una cantidad de masa en un cuadrado de éste, y se atan bien con hilo de algodón, para que no se salga, y se deja el extremo final bien largo, para que una vez cocido durante al menos 45 minutos, se saca de la caldera y se ataba a unas cañas que había en todas las cámaras para colgar y secar el embutido. Este método tiene la desventaja de no ser fácil (al menos para mí) de encontrar, y además, con el paso del tiempo, la capa exterior está muy dura y hay mucho desperdicio.

     2.-Una tripa: como si fuese chorizo, en cuyo caso también se ha de cocer 45 minutos, y proceder de la misma manera que la anterior.

     3.-En botes de cristal, que para mi ha sido la opción más fácil y cómoda. Los botes, bien limpios, se meten en una cacerola con un trapo en el fondo, y se cuecen cubiertos de agua, durante 1 hora. Pasado este tiempo, se apaga el fuego y se dejan enfriar dentro del agua.

     Ahora mismo están los botes de cristal dentro de la cacerola, aunque esta no sea la caldera de cobre de mi bisabuela, Carmen de La Capitana, y se cueza sobre una placa de inducción; "las artes" como llamaba mi abuela a las máquinas de picar y embutir, limpias y guardadas, aunque ahora sean otras; mi tía abuela, la chacha Lola ha estado aquí catando la mezcla  cocida sobre las brasas en un cascarón del huevo, y mi madre y yo las hemos recordado a todas, los preparativos de la matanza, el pueblo,  El Derramadero, el cerdo Agapito y tantas cosas que sucedieron, no hace tantos años, al amor de la lumbre.

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