Ingredientes (1 persona)
- 1 ajo
- 1 rebanada de pan del día anterior
- 1 huevo
- 1 chorrito de aceite
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 vaso de agua
Lo hemos hecho con la batidora, pero se hacía en el mortero, claro. En el vaso de la batidora ponemos el ajo y la sal.
Calentamos el aceite en una sartén y freímos la rebanada de pan, la apartamos y la echamos al vaso de la batidora, añadimos un poco de agua y trituramos.
Freímos el huevo, lo añadimos al vaso, y trituramos también. Entonces echamos en la sartén todo el majado y el resto del agua, y cocemos hasta que espese un poco. Probamos de sal. Debe comerse con cuchara, por lo que igual requiere algo más o menos de agua. Servimos y a cenar.
Dice mi madre que era una comida que se daba a las mujeres que acababan de parir, y en ese caso, si se podía, se mataba un pollo o una gallina para hacer ese caldo milagroso que saben hacer todas las madres y que resucita a un muerto, con el fin de que tuviese leche. En este caso, también se le añadía el hígado y la molleja del animal, que se freían con el pan y el huevo y se majaban de igual forma.
Una cena rápida, básica, reconfortante. Sencilla y reparadora. Gracias mamá.
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