Lusserkatter. Bollos suecos de Santa Lucía

     Yo soy rica, porque tengo unos amigos especiales, que están a las maduras, pero también a las duras. Quizá incluso más. Y hoy me siento con ganas de agradecerles la luz que aportan a mi vida. Nada mejor que celebrar la luz en Santa Lucía. Para ellos son estos bollos, sacados del blog de Ana María. Son sólo un pequeño homenaje a la amistad. Gracias por vuestro apoyo constante e incondicional. Gracias  por vuestra ayuda contínua . Gracias  porque siempre estais a mi lado. Gracias a todas las personas personas que hacen que mi vida sea mejor. Os quiero mucho a todos.
     "Per Santa Llúsia, allarga el dia un pam de pussa". Este es el refrán valenciano que cuenta mi amiga Vero cada año, recordando a su padre. Hoy, que empieza a alargar el día, en el pueblo de mi madre saldrá la gente al monte, a buscar romero para hacer lumbre esta noche. Yo he quemado el muérdago que me regala Mila todos los años, y voy a entretenerme en hacer éstos dulces para mis amigos.
      La forma tradicional de estos bollos es la de una S, con una pasa en cada extremo. Realmente, recuerdan la bandeja con los ojos que porta Santa Lucía en sus imágenes. Aunque me he enterado en "Cocinando entre olivos", de que Samta Lucía fue martirizada cortándole los pechos y degollándola. Su novio, en venganza porque no quería casarse con él, la denunció como cristiana. En fin, que está todo inventado.


Ingredientes

  • 50 gr de levadura fresca
  • 500 ml de leche
  • 0,2 gr de azafrán
  • 200 gr de mantequilla ablandada
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 230 gr de azúcar
  • 1 huevo
  • 950 gr de harina de fuerza

Para decorar

  • 1 huevo
  • Pasas

     Ana María lo ha hecho con harina normal y con azafrán molido. Yo sólo tenía en hebra, así que he calentado la leche con el azafrán, la he dejado entibiar y la he colado. No he pesado el azafrán, he sacado un puñadito de hebras del paquete.
     Deshacemos la levadura en un poco de leche, añadimos la mantequilla blanda y mezclamos. A continuación añadimos la leche tibia, la sal, el azúcar y el huevo. Mezclamos bien cuando incorporamos cada ingrediente. Incorporamos ahora 500 gr de harina (yo la he puesto de fuerza), mezclamos y ponemos la amasadora en funcionamiento con el gancho, en velocidad 2. Poco a poco vamos añadiendo  la harina que la masa necesite, hasta que esté formada y algo pegajosa. Yo he necesitado en total 950 gr. Ana María indica entre 800 gr y 1 kilo. Cada harina se comporta de una mera, y también depende del tamaño del huevo, etc. Un vez formada la masa, la he dejado amasando unos 10 minutos, ya que mi harina era de fuerza. Le he puesto al bol un gorro de ducha de plástico y la he dejado dentro del horno apagado y cerrado, hasta que ha duplicado su volumen.
     Después, ponemos la masa en la encimera y la amasamos un poco. Tomamos porciones de aproximadamente 80 gr, hacemos un rulo con ellas, le damos la forma de S , les ponemos una pasa en cada extremo y las dejamos unos 30 minutos en la bandeja del horno, tapadas con un paño para que vuelvan a subir. Hay que dejar bastante espacio entre ellas, pues al hornearse crecen.
     Precalentamos el horno a 200ºC.
     Pasada la media hora, los pintamos bien con huevo batido, con cuidado para que no se bajen, y los metemos en el horno. Yo los he tenido 6 minutos sin aire y 5 minutos más con aire. Comprobamos que estén cocidos, los ponemos a enfriar sobre una rejilla, y ya podemos comerlos.
     Los míos no sabían demasiado a azafrán. Tampoco están demasiado dulces, lo que permite su combinación con dulce o con salado. Y son realmente fáciles de hacer.
     Y tengo una opinión de un amigo: "Oye, solgrrm defirtemgr que mmmgrfu de futa grmdñandre". Gracias también por eso.

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