Polvorones de almendra

     Al menos una vez, me gusta hacer las cosas tradicionales. luego repito o no, srgún guste más o menos en casa y el trabajo que de. Esta vez le ha tocado el turno a los polvorones, que a mis hijos les encantas. He cogido la receta de Susana, pues siempre me dan buen resultado.


Ingredientes
  • 350 gr de harina normal
  • 40 gr de almendra cruda molida
  • 90 gr de azúcar glas
  • 125 gr de manteca de cerdo ibérica
  • 1/4 cucharadita de canela en polvo
  • Azúcar glas para decorar
     La tarde anterior, tamizamos la harina y la extendemos en una bandeja de horno, bien mezclada con la almendra molida. Encendemos el horno a 130ºC y la metemos 30 minutos, dándole vueltas con la espátula de vez en cuando. la harina tiene que tostarse, coger un ligero color dorado, pero sin pasarnos, porque amargaría. yo la tuve así, y los últimos 10 minutos, como no cambiaba de color, le puse el ventilador. y la fui moviendo cada 5 minutos, para tenerla bien vigilada. Apagamos el horno y la dejamos reposar hasta el día siguiente.
     Ponemos la harina en un cuenco grande, hacemos un hoyo en el centro y echamos todos los ingredientes, y los vamos amasando hasta obtener una bola que se puede aplanar. La metemos en una bolsa de plástico bien cerrada y la dejamos reposar en la nevera de 30 minutos a 1 hora. Yo tuve que añadir 1 cucharada más de manteca, que ya está reflejada en los ingredientes, porque mi masa se desmenuzaba toda, no había forma de integrarla, ni después del reposo.
     Sacamos la masa de la nevera, la aplanamos con las manos sobre la encimera, pasamos el rodillo para igualarla y formamos los polvorones utilizando un vaso de vino. los vamos poniendo sobre la bandeja.
     Los restos de masa los vamos juntando sin amasar, y seguimos cortando polvorones. Los dejamos reposar 1 hora.
     Encendemos el grill del horno a 200ºC, y metemos la bandeja a una altura media-alta, durante 15 minutos, vigilándolos bien a partir del minuto 10. Retiramos del horno, dejamos enfriar, espolvoreamos con abundante azúcar glas, y con cuidado los pasamos a la fuente de presentación, o los envolvemos en papeles.
     Yo he eliminado el anís de la receta de Susana. Es importante que queden gruesos, y todos más o menos iguales, para que unos no se tuesten más que otros en el horno.
     En mi casa han triunfado.

Limoncello

     Es la única bebida alcohólica que le gusta a Guillermo. La descubrió en Italia, en el viaje de fin de curso, tiene la botellita guardada desde entonces. Espero que le guste éste, y si no, seguiremos probando. Me gustó la receta del blog de Manu, y es la que he puesto en práctica, aunque yo he hecho la mitad de la cantidad que él da en su receta.



Ingredientes
  • 500 ml vodka
  • 500 gr de limones de cultivo ecológico
  • 750 ml de agua mineral
  • 425 gr azúcar
     Lavar los limones con agua y sal. Quitar la parte amarilla con un pelapatatas, sin que quede nada de blanco, que nos amargaría el licor.
     En una jarra de boca ancha echar el vodka y las pieles, tapar con un tapón de corcho y sellar con papel film y cordel, para que no se evapore el alcohol. Dejar entre 8 y15 días macerando, hasta que el vodka adquiera un color amarillo. Yo lo he tenido 15 días, en una botella de cristal, con un plástico entre la botella y la tapadera.
     Poner a hervir el agua y cuando lo haga a grandes borbotones, apartar y dejar enfriar. Colar a través de un filtro de papel, sin mover mucho la olla, para que las impurezas que hayan podido quedar permanezcan en la olla.
     Del agua obtenida separar la mitad, mezclarla con el azúcar y ponerla la fuego hasta que esté bien disuelta. Dejarla enfriar y mezclarla con el alcohol filtrado. Embotellarla y dejar reposar unos días, con el tapón de corcho sellado con cera de velas. Se recomienda dejar en el congelador antes de servir.

Lusserkatter. Bollos suecos de Santa Lucía

     Yo soy rica, porque tengo unos amigos especiales, que están a las maduras, pero también a las duras. Quizá incluso más. Y hoy me siento con ganas de agradecerles la luz que aportan a mi vida. Nada mejor que celebrar la luz en Santa Lucía. Para ellos son estos bollos, sacados del blog de Ana María. Son sólo un pequeño homenaje a la amistad. Gracias por vuestro apoyo constante e incondicional. Gracias  por vuestra ayuda contínua . Gracias  porque siempre estais a mi lado. Gracias a todas las personas personas que hacen que mi vida sea mejor. Os quiero mucho a todos.
     "Per Santa Llúsia, allarga el dia un pam de pussa". Este es el refrán valenciano que cuenta mi amiga Vero cada año, recordando a su padre. Hoy, que empieza a alargar el día, en el pueblo de mi madre saldrá la gente al monte, a buscar romero para hacer lumbre esta noche. Yo he quemado el muérdago que me regala Mila todos los años, y voy a entretenerme en hacer éstos dulces para mis amigos.
      La forma tradicional de estos bollos es la de una S, con una pasa en cada extremo. Realmente, recuerdan la bandeja con los ojos que porta Santa Lucía en sus imágenes. Aunque me he enterado en "Cocinando entre olivos", de que Samta Lucía fue martirizada cortándole los pechos y degollándola. Su novio, en venganza porque no quería casarse con él, la denunció como cristiana. En fin, que está todo inventado.


Ingredientes

  • 50 gr de levadura fresca
  • 500 ml de leche
  • 0,2 gr de azafrán
  • 200 gr de mantequilla ablandada
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 230 gr de azúcar
  • 1 huevo
  • 950 gr de harina de fuerza

Para decorar

  • 1 huevo
  • Pasas

     Ana María lo ha hecho con harina normal y con azafrán molido. Yo sólo tenía en hebra, así que he calentado la leche con el azafrán, la he dejado entibiar y la he colado. No he pesado el azafrán, he sacado un puñadito de hebras del paquete.
     Deshacemos la levadura en un poco de leche, añadimos la mantequilla blanda y mezclamos. A continuación añadimos la leche tibia, la sal, el azúcar y el huevo. Mezclamos bien cuando incorporamos cada ingrediente. Incorporamos ahora 500 gr de harina (yo la he puesto de fuerza), mezclamos y ponemos la amasadora en funcionamiento con el gancho, en velocidad 2. Poco a poco vamos añadiendo  la harina que la masa necesite, hasta que esté formada y algo pegajosa. Yo he necesitado en total 950 gr. Ana María indica entre 800 gr y 1 kilo. Cada harina se comporta de una mera, y también depende del tamaño del huevo, etc. Un vez formada la masa, la he dejado amasando unos 10 minutos, ya que mi harina era de fuerza. Le he puesto al bol un gorro de ducha de plástico y la he dejado dentro del horno apagado y cerrado, hasta que ha duplicado su volumen.
     Después, ponemos la masa en la encimera y la amasamos un poco. Tomamos porciones de aproximadamente 80 gr, hacemos un rulo con ellas, le damos la forma de S , les ponemos una pasa en cada extremo y las dejamos unos 30 minutos en la bandeja del horno, tapadas con un paño para que vuelvan a subir. Hay que dejar bastante espacio entre ellas, pues al hornearse crecen.
     Precalentamos el horno a 200ºC.
     Pasada la media hora, los pintamos bien con huevo batido, con cuidado para que no se bajen, y los metemos en el horno. Yo los he tenido 6 minutos sin aire y 5 minutos más con aire. Comprobamos que estén cocidos, los ponemos a enfriar sobre una rejilla, y ya podemos comerlos.
     Los míos no sabían demasiado a azafrán. Tampoco están demasiado dulces, lo que permite su combinación con dulce o con salado. Y son realmente fáciles de hacer.
     Y tengo una opinión de un amigo: "Oye, solgrrm defirtemgr que mmmgrfu de futa grmdñandre". Gracias también por eso.

Arros en bledes

     Escrito así, en valenciano del no normalizado, como habla la gente de la que me rodeo, y como siempre lo he oído nombrar. aunque hasta hoy no lo había probado. Un arroz muy humilde, con lo que daba el campo. Enriquecido en este caso con unos caracoles, que también los daba el campo, que no siempre se ponen ya que hay a la que no le gustan. Un arroz de cuaresma, sin carne, y lo dicho, muy básico. He sacado la receta de este blog, aunque no le he puesto colorante ni romero, y he usado agua en lugar de caldo. A mí me ha gustado mucho, por lo que deduzco que me estoy haciendo mayor, ya que en otro tiempo ni se me hubiese pasado por la cabeza cocinar algo con acelgas. al resto, bueno, si, está desustanciado, no quiero repetir.....Delicioso.

Ingredientes

  • 250 gr de acelgas limpias y troceadas
  • 1 patata
  • 1 cebolla
  • 2 ajos
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • 1 tomate rallado
  • 200 gr de alubias blancas cocidas
  • Arroz
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • 200 gr de caracoles limpios y engañados

     En una olla ponemos el aceite de oliva y hacemos un buen sofrito de ajo y cebolla bien picados. Cuando transparente la cebolla añadimos el tomate picado, y al poco tiempo, la patata, pelada y chascada. Damos unas vueltas y añadimos el pimentón, fuera del fuego para que no se queme. Volvemos a dar unas vueltas, y añadimos las acelgas y los caracoles, que también rehogamos un poco, y añadimos el agua. Dejamos cocer unos 15 minutos y añadimos las alubias, probando de sal. En ese momento está listo para echar el arroz, por lo que podemos dejarlo preparado, solo a punto para cocerlo, durante unos 15 minutos a fuego medio. Hay que tener en cuenta que el arroz sigue cociendo en el caldo caliente, y que le sienta bien 2 ó 3 minutos de reposo, por lo que  hay que contar el tiempo de servir, llevar a la mesas, etc. si lo dejamos mucho más tiempo, se pasará dentro del caldo.
     Yo he utilizado las alubias cocidas en conserva, y las acelgas limpias envasadas, y los caracoles congelados. Cuando serví los platos, vi que quedaban un par de raciones de arroz dentro del caldo, por lo que colé el caldo con ayuda del colador chino, separándolo del arroz, para que éste no se pasase. Después, quien repitió, no tuvo más que servirse arroz por una parte, y añadirle caldo, que estaba más bueno al haber cocido junto con el arroz.

Pollo frito estilo KFC

     A mí no me gusta demasiado el pollo del Kentucky, pero a los míos les encanta. Así que me alegró encontrar esta receta para poder hacerlo en casa. A mí me gustó mucho más, y a los míos les ha gustado, pero no tanto. Y me han dicho que le sobra el curry (igual me pasé echando), así que lo voy a quitar de la lista de ingredientes, pero el pollo lo repetiré, porque francamente, está muy bueno.


Ingredientes
  • 1 pollo campero cortado a trozos
  • Aceite para freír
Para la marinada
  • 200 gr de harina de tempura
  • 3 cucharaditas de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de cayena en polvo
  • 1 1/2 cucharaditas de cebolla en polvo
  • 1 1/2 cucharaditas de ajo en polvo
  • 1 cucharadita de estragón
  • 1/2 cucharadita de tomillo 
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1/3 cucharadita de pimienta negra molida
  • 1/2 cucharadita de jengibre
  • 1 cucharada de sal
  • Agua
Para el rebozado
  • 300 gr de harina de tempura
  • 1/2 cucharadita de jengibre
  • 1 1/2 cucharadita de ajo en polvo
  • 1 1/2cucharadita de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de cayena en polvo
  • 1 cucharadita de eneldo
  • 1 cucharada de sal

     Empezamos limpiando bien el pollo y quitando las plumas que puedan quedar. Lo ponemos en un recipiente donde quede apretado.
     Mezclamos la harina con las hierbas y especias, y añadimos agua en cantidad suficiente para que quede una pasta densa (como Carlos, he necesitado unos 400 ml). Mezclamos bien y lo echamos sobre el pollo, asegurándonos de que llegue a todos los trozos. Tapamos y dejamos marinar en la nevera, en mi caso toda la noche y parte de la mañana.
     Mezclamos todos los ingredientes del rebozado, y enchufamos la freidora.
     Vamos sacando los trozos de pollo de la marinada y los pasamos por la mezcla del rebozado. Les damos una primera fritura a unos 170ºC, durante unos 8 minutos, con el fin de que se haga la carne del interior. Las vamos sacando. Y esto nos permite tener gran parte del plato adelantado. a la hora de comer, volvemos a enchufar la freidora a la temperatura más alta que tenga, y volvemos a freír las tajadas durante un par de minutos, para dorarlas. El aspecto como de rebozado en corn-flakes que siempre me pareció que tenía, se lo da la harina de tempura. Y el resultado es delicioso. A mí me ha gustado mucho más. y realmente, da muy poco trabajo .
   
   

Marinera

     Una tapa murciana, de la que nunca había oído hablar. Fuimos a Murcia a recoger a Guillermo, que estudia allí, un precioso día de otoño, u disfrutamos, junto a una cerveza bien fría, de una marinera en la plaza de las Flores.


Ingredientes
  • Patatas
  • Huevos duros
  • Mayonesa
  • Variantes picados
  • Atún
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Rosquilletas
  • Anchoas
      En primer lugar hacemos una ensaladilla, al estilo de Murcia. La encontré más compacta que la que yo hago habitualmente, pero claro, tiene su explicación. Cocemos las patatas al vapor en la olla exprés, 10 minutos en la posición 2, desde que se ve la anilla verde. Las dejamos entibiar y las chafamos bien con un tenedor, añadiéndoles un chorrito de aceite y un poco de sal gruesa. Una vez chafadas les añadimos atún, huevo duro picado y variantes picados. Yo sólo tenía pepinillos, y eso le puse. bien mezclado todo, añadimos la mayonesa y seguimos mezclando. Debe quedar compacta, pero no seca.
     La foto es de la marinera que comimos en Murcia, porque a mí no me han quedado tan bonitas. Habrá que seguir practicando.
     Las rosquilletas que se emplean son cortas y dobles, en forma de 0. Yo las he encontrado parecidas en Aldi, aunque son integrales. A la hora de montarlas, ponemos una buena cantidad de ensaladilla en la parte opuesta a donde se une la rosquilleta, con el fin de que se rompa con menor facilidad. Y sobre la ensaladilla, colocamos una anchoa de buen tamaño, cortada en tres trozos, para facilitar el comernos nuestra marinera en tres bocados. Y ya está. Tan sencillo y tan rico. Por lo que he leído en este blog, una marinera bien hecha, que parece ser que no todas lo están, tiene su nombre propio: zuzuvecha. Ahí queda eso.

Olivas de sosa

     Cuando fui a recoger aceitunas al bancal de una amiga, recogimos aceitunas verdes y maduras. Las maduras las partí y las aliñé. Y las verdes, hay que curarlas con sosa previamente. Mi madre no recordaba la medida de la sosa, e investigando por San Google, he encontrado muchas concentraciones diferentes, por lo que me decidí por una, la de "La cocina de antaño". Las dejé un par de días en un cubo cubiertas de agua, cambiando ésta cada día. Al tercer día, hice la disolución de la sosa, a razón de 16 gr de ésta por kilo de olivas. CON LA SOSA HAY QUE SER EXTREMADAMENTE CUIDADOSOS. Es sosa caústica, la compré en la Cooperativa Agrícola de mi localidad, pero es exactamente igual que la de Mercadona, por ejemplo. Hay que poner el agua y echar la sosa sobre ella, y no al revés, para evitar que nos salpique. Hay que manipularla con guantes de goma y con mucho, mucho cuidado. Y si es posible, también con mascarilla.  Removemos la sosa en el agua con un palo de madera (como lo mío no era una gran cantidad, yo lo hice con un par de palos de brocheta). Previamente hemos puesto las aceitunas en un cubo, con agua. Cuando se ha disuelto la sosa y no está efervescente, la echamos sobre las olivas colándola, por si nos ha quedado algún grumo sin deshacer, y las dejamos 24 horas. Entonces las enjuagamos muy muy muy bien. Yo lo que he hecho es abrir el grifo con un mínimo caudal y dejar que el agua fluya. Al principio, sale de un color marrón bastante feo, pero luego se va aclarando.

     Cuando  las olivas están enjuagadísimas, las probamos. Las mías estaban amargas, pero no sé si es normal, o las he dejado poco tiempo en la sosa. Las he dejado 3 días más en remojo, cambiándoles el agua, y, aunque están amargas todavía, las he aliñado. He dejado unas cuantas para seguir cambiándoles el agua, a ver qué pasa. Mi madre me ha dicho que no les ponga más sosa, y soy obediente.
     He preparado una salmuera con 80 gr de sal gruesa por litro de agua.
     En un frasco grande de cristal bien limpio, he puesto una capa de pebrella y tomillo, unas rodajas de limón y algún ajo. Sobre ésta, unas aceitunas, otra capa de hierbas, y así sucesivamente, hasta acabar con hierbas. Las aceitunas no están en contacto ni con la base del tarro ni con la tapadera. Y una vez lleno, he echado la salmuera por encima. Lo he tapado, y a esperar. Por ahí leo que hay que esperar dos semanas a probarlas. Mi madre dice que dos o tres días,.....
     Edición de 2016
He utilizado 125 gr de sosa por cada 10 kg de aceitunas. Las he dejado 24 horas en la sosa. Evidentemente, me ha costado mucho más enjuagarlas y conseguir que el agua saliera limpia.Han salido deliciosas.

Capellanes

     Los capellanes son una salazón de bacaladilla. Se usan en ensaladas, como el bacalao. Recuerdo a mi padre secando capellanes en el balcón de su casa, fabricando unos ganchitos de alambre para colgarlos de la cuerda de tender, y unos listones para mantener las aletas del pescado abiertas. Y, como de vez en cuando me entra la nostalgia, he estado intentando averiguar la manera de hacerlos. Buscando las olivas de sosa, he encontrado la receta en este blog, aunque la he modificado un poco, con los recuerdos de mi madre.

Ingredientes

  • Bacaladillas
  • Agua
  • Sal

     Compramos bacaladillas que no sean muy pequeñas, las limpiamos de tripas y de la telilla que las encierra, hasta que se vea la espina. Y yo las he congelado, porque el anisakis ha hecho que modifique estas recetas, así como el salmón marinado y los boquerones en vinagre.
     Pasados un par de días, las saqué del congelador y las dejé descongelar en la nevera.
     Kiko dice en su blog que hay que hacer una salmuera con agua y sal gruesa, y que está bien hecha si el ojo del pescado se pone blanco. Los míos no se han puesto blancos, y eso a pesar de echar 270 gramos de sal en 1 litro de agua. No sé si es por la congelación previa o porque le faltaba sal, pero de todas formas, no he echado más.  Y los he dejado en la sal cerca de una hora, contando las diferentes veces que he ido añadiendo sal. Debemos notar que se ponen duros al tacto. Pero si los tenemos demasiado tiempo, se cuecen en la propia salmuera, y cuando vamos a colgarlos se les suelta la cabeza. (¡Qué sabia es mi santa madre!).
     En fin, cuando consideramos que ya estaban, con una aguja gruesa y un hilo de algodón, los ensarté todos pasando la aguja a través de los ojos, y los puse a secar a la sombra. Por la noche hay que resguardarlos de la humedad.
     Yo los he tenido secando 5 días. Los he guardado en la nevera en una fiambrera.
     A la hora de comerlos, se pasan directamente por la llama o por las brasas, y se pueden comer tal cual o como ingrediente de espencat, ensalada, pericana,....
     Me acordaré de tí cuando los coma. No sabes cuánto se te parece tu nieto.

Gachas de Todos los Santos

     Se acercaba el momento del parto, y por esas fechas se celebra en mi pueblo (desde 1346) una feria muy importante y concurrida. Yo, que soy previsora, al llegar el último día de colegio de mis hijos antes de la feria, dejé mi coche aparcado cerca de una salida del pueblo, pues todavía no se había construido la circunvalación, y temía ponerme de parto y meterme en un atasco.
     Mi madre (y mi abuela), hacía tiempo que estaban en casa, para esperar el nacimiento del niño y cuidar de sus hermanos. Bueno, y de mí.
     El día 1 salió soleado, y salimos a pasear por la feria. Yo, al ver los atascos en la carretera de acceso desde Benilloba, me alegré de mi previsión de haber dejado el coche donde estaba, aunque fuese un poco lejos, para poder salir sin agobios en caso de necesidad.
      Y llegó el momento. A las dos de la madrugada me desperté con contracciones, que no cesaban y que se repetían cada 10 minutos. Desperté a mi marido, me fui a la ducha, me vestí. y bajamos a la puerta de casa, donde estaba aparcado el coche de mi marido. Y después de una contracción estupenda, me entró el ataque de risa, pensando en que ni de coña llegaba yo, en tal estado, al sitio donde tan previsoramente había dejado el coche.  Menos mal que me puse de parto de noche, porque si no....
     Llegamos al hospital. Todo fue bastante rápido y bien. Y, pasados unos minutos de las 4, Rodrigo estaba con nosotros. Mi niño.
     Llegados ya a la habitación, mi marido se fue a avisar a mis compañeras de que ya había nacido el niño (yo trabajo en ese hospital), a avisar a mi madre, que se había quedado despierta y pendiente del teléfono, y por fin, vino con nosotros.
     Es curioso como hay modas en todas partes, hasta en los cuidados. Cuando nació mi hija mayor, en los libros de cuidados que te dan en el hospital, aconsejaban poner al bebé bocabajo para dormir, con el fin de prevenir la muerte súbita del recién nacido. Veinte meses después, cuando nació mi segundo hijo, los mismos libros tenían una pegatina que tapaba la palabra "bocabajo", donde ponía "bocarriba", pues era la manera aconsejada de acostar al bebé para prevenir la muerte súbita. Así que cuando llegó junto a mi cama y le dije que cogiese al niño y lo acostara en la cuna, su  pregunta fue: "Y a éste, ¿cómo hay que acostarlo?". Pues de lado. A Rodrigo lo acostamos de lado.
     Este plato de hoy es un guiso bastante extendido por la geografía española, con sus particularidades en cada región. más o menos son gachas dulces, puches, farinetes,...Se hacen con agua, con leche, añadiendo matalaúva, o sólo con canela, friendo la corteza de limón en el aceite, o hirviéndola con la leche.... que se tomaba tradicionalmente el día de Todos los Santos. A mí Halloween, particularmente, me parece una fiesta la mar de divertida. He hecho dedos de bruja, les he servido a los amigos de mi hijo una jarra de agua de color verde, y he puesto una vela en mi calabaza de cerámica. Pero no por ello debemos dejar de lado nuestras tradiciones, como los buñuelos, los huesitos de santo, Don Juan Tenorio, las flores en el cementerio,  las velas a nuestros difuntos y "El monte de las Ánimas" de Becquer. Y, en Cocentaina, "la fira", y con ella el turrón. Sí, será folklore, pero lo otro también lo es. Todo es compatible. Quizá es que me estoy haciendo mayor, pero me encanta conocer estos platos humildes y tradicionales, que sabiamente se han comido siempre, y que a veces hemos arrinconado por otros productos más vistosos.

Ingredientes

  • 1/2 litro de leche
  • 1 corteza de limón
  • 1 palo de canela
  • 5 cucharadas colmadas de azúcar
  • 5 cucharadas de harina
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
  • Pan duro
  • Aceite de oliva
  • Canela en polvo

     Ponemos a hervir la leche con la corteza de limón,. el palo de canela y el azúcar. Dejamos enfriar.
     Cortamos cubitos de pan duro; ponemos aceite a calentar en una sartén, y cuando está muy caliente, echamos el pan, apartando la sartén del fuego, y dejamos que se dore. Sacamos, ponemos a escurrir sobre papel absorbente y reservamos.
     Dejamos unas tres cucharadas de aceite en la sartén y añadimos la harina para que se tueste. Entonces añadimos la leche, colada y a temperatura ambiente, y vamos moviendo con unas varillas, como si hiciésemos una bechamel. Cuando empiece a burbujear, las apartamos del fuego y las ponemos en una fuente, espolvoreamos con canela, y añadimos los cubitos de picatostes.
     Me acaba de preguntar mi hijo cual es la edición de la feria que más me ha gustado en mi vida. Pues la del año 2000, naturalmente, porque  nació él y pasó a alegrarme un día que siempre me había parecido triste. Nunca más ha vuelto a pensar que es feo el día de los Fieles Difuntos.

Salsa blue cheese

     Preparé esta salsa que le vi a Canelona, y la acompañé con unos nachos. A mí particularmente me ha encantado. Y lo mejor ha sido que con el paso del tiempo ha ido mejorando el sabor, Deliciosa acompañando una coliflor al vapor, un pescado....

Ingredientes

  • 40 gr de cebolla
  • 1 ajo
  • 160 gr de queso Gorgonzola
  • 100 gr de nata para cocinar
  • 160 gr de mayonesa

      En el vaso de la Thermomix, picamos la cebolla y el ajo 2 segundos velocidad 7, y bajamos con la espátula lo que se deposita en las paredes del vaso.
     Añadimos el queso, la nata y la mayonesa, mezclamos 20 seg, velocidad 5. Bajamos lo que queda en las paredes y volvemos a mezclar 10 segundos, velocidad 5. Y ya está listo para servir. ¡Que aproveche!

Boda de Vero y Juanma

   
     El pasado día 26 de septiembre celebraron su 25 aniversario de boda dos grandes personas, a los que me enorgullece llamar amigos. Alrededor de este acontecimiento, tanto la familia como los amigos, nos hemos confabulado para que todo saliera lo mejor posible, y para darles alguna que otra sorpresa. Hoy hace un mes, y quiero dedicarles esta entrada, aprovechando que la sección de manualidades del blog está un poco abandonada, pues no quiero que se me olviden estas ideas, por si las necesitamos para alguna boda más.
     Una cestita con pañuelos, porque yo me conozco, a la entrada de la Sala Dorada del Palacio de los Condes de Cocentaina, donde tuvo lugar una ceremonia sencilla, elegante, emotiva y preciosa.
     Una cesta de mimbre con unos pañuelos de papel, un cartel de cartulina negra escrito con rotulador de plata, y una pinza de madera forrada con wasi tape plateado. La idea la vi por internet.
     Como había alianzas de oro blanco, había que llevarlas de alguna manera.
     Un bastidor de madera, una tela de panamá bordada, unas flores artificiales, sujetas con unos abalorios, y un lazo de raso para sujetar los anillos. Detrás del panamá, un tul, para disimular el revés de la tela. Este tipo de bastidores también los ví por internet, pero el diseño es mío.
     Unos saquitos de arroz para desearles prosperidad, que ya no fertilidad, por favor.

     Esta idea la saqué de aquí, donde está explicado el paso a paso. Aunque yo los hice más simples, y con algodón en la cabeza. 
     Y un libro de firmas, para que todo el mundo pudiese decirles lo maravillosos que son.


     Cartulinas, sellos, tintas, pegatinas variadas, fotos, una rosa en relieve que hizo Paqui, scrapbooking, frases de canciones de amor....y muchas ganas de que tuviesen un bonito recuerdo.
     Pasamos un día estupendo, que terminó entrada la noche, después de comer, merendar, bailar y cenar una paella. Espero que ellos guarden siempre el recuerdo de este día, donde celebramos el triunfo del amor a través de los años. Os quiero mucho.

Veinticinco años

     Aquel día era lunes y  llovía. Había salido de casa, en Alcoy, a buscar la parada de la contestana con tiempo, y cuando se puso a llover, no quise arriesgarme a volver a por el paraguas, perder el autobús y llegar tarde mi primer día de trabajo, lo que supuso que durante el trayecto desde donde me bajé, en la plaza donde hoy está la estatua de San Hipólito, hasta el centro de salud, me empapara.
     Habíamos dormido en nuestro piso . El jueves anterior  llegamos al mediodía a Alcoy y conseguimos trabajo y alojamiento. El viernes fuimos a Alicante a arreglar el papeleo del Colegio de Enfermería. El sábado, vinimos al piso con los bultos más pesados y voluminosos, como las mantas, y las botellas de aceite, y el azúcar, etc que nos habían preparado nuestras madres.( Curiosamente, acabo de hacer lo mismo con mis dos hijos mayores). Y el domingo, cogimos el último tren que salía de Valencia y nos dirigimos a nuestra aventura de vivir solas y empezar nuestro segundo trabajo como enfermeras. Eramos tres compañeras de carrera, a las que se tenía que unir una cuarta, que nunca lo hizo, y que posteriormente, compartimos piso con dos más.
     Llegué a mi destino y me dirigí al único mostrador que había entonces, y pregunté por la supervisora. Paco, el celador, que estaba dando números para el médico, me dijo que allí no había supervisora, sino coordinadora, y que no llegaba hasta las 9. Entonces me presenté, y muy amablemente, me dirigió hasta la sala de estar del personal, para que me secara. Allí me presentó a los compañeros que había, y entre risas, me confesó que al verme llegar chorreando,  había estado a punto de darme 20 duros para que fuese a comprarme un bocadillo. Desde ese día han pasado 25 años.
     Yo sabía que Alcoy era un sitio de Alicante donde celebraban fiestas de moros y cristianos, y poco más. Y el nombre de Cocentaina lo había escuchado en alguna ocasión vagamente....pero nos dijeron que aquí estaban buscando enfermeras, y aquí nos presentamos.
     Mi trabajo me encantó. Y el ambiente todavía más. Mis compañeros me trataron maravillosamente casi todos,  (como siempre), y me ayudaron mucho. Y a veces, había quien se dejaba caer por la tarde, aunque no estuviera de servicio, a hacer una visita. con una botella de horchata, a tomar un café...El día de año nuevo me tocaba guardia. Me vine desde Valencia, directamente de la fiesta de Nochevieja al tren, y de ahí a la guardia. Cosas que se pueden hacer con 23 años. Y la famila del médico que estaba conmigo, sustituyendo al titular de la guardia para que pudiese ir a comer con los suyos, en Alcoy, me abrió las puertas de su casa para que no estuviese sola. Eso nunca lo olvidaré. Bueno, si el Alzheimer me deja, claro.
     Me encontré con una gente amable, extremadamente educada, que cuando me oían hablar en castellano siempre me preguntaban "Enten vosté el valencià?". Cuando entendí que que te preguntasen si algo "el donava pena" quería decir que si te molestaba, y que lo de llamarte  "choto"  era un apelativo cariñoso,  todo fue mucho mejor.
    Cuando me casé, también en octubre del año siguiente, alquilamos un piso aquí y me vine de Alcoy. Al principio, se me caían las montañas encima. Todavía recuerdo el tórrido verano de 1994, con una niña de pocas semanas que sólo quería pasear mi anemia por el fantasmal Passeig del Comtat de después de las fiestas, y con mi marido haciendo guardias, pues los meses de verano eran los únicos en que tenía trabajo. Un vecino vino a mi casa a ofrecerme si quería que viniese su mujer a ver qué le pasaba a la niña, pues la oían llorar, y como sabían que yo era joven y que no tenía familia en el pueblo, a lo mejor necesitaba ayuda....todo ésto dicho con tacto infinito, pues el señor no quería que me sintiese ofendida. Cuántas veces he recordado aquella escena y a aquellos buenos vecinos.
     Tengo tres hijos. Sólo uno es contestano, pero los tres han dado aquí sus primeros pasos, y han crecido viviendo la Feria, la fiesta de los nanos (durante 5 años viví en la calle Santísima Trinidad, o el carrer gitanos, como se la conoce también), los Reyes Magos, que dejan los juguetes el día 5 tras la cabalgata, en lugar de dejarlos en el balcón, junto a los zapatos la mañana del día 6, la corriola en la ermita de Santa Bárbara, las fiestas de moros y cristianos, donde se toca una música que es gloria, el domingo de ramos, con la palma adornada con lazos y caramelos, la Semana Santa, con el coro de su colegio, las cenas en el paraje de San Cristóbal....Por supuesto, también vamos a las fallas, que eso no nos lo quita nadie, peo sumamos cosas, lo que es estupendo. Y además de vestirnos de falleros, nos hemos vestido de contestanas y maseros para llevarle flores a la Mareta. Este año, hemos participado en el boato de la filà de nuestros amigos, donde he disfrutado las fiestas desde dentro, y donde me lo he pasado en grande. Ya saben que cuentan conmigo para cuando les toque fer El Capitá.
   He tenido mucha suerte con quien se ha cruzado en mi camino. Para irnos a trabajar, hemos tenido que dejar a mis hijos con extraños, y esos extraños  han acabado siendo  parte de mí. En la comunión de mi hijo pequeño, había casi tantos canguros y familiares de éstos, como familiares de sangre del niño. De Andalucía, de Albacete, de Cocentaina, de Alcoy, de Muro, de Ecuador, de Navarra, de Murcia, de Mallorca...porque hay contestanos de muchos lugares. Y a ellos también quiero darles las gracias por cuanto han hecho por mí. Porque hay cosas que no se pagan con dinero.
     Me he encontrado gente que me ha hecho sentir como en mi casa. Personas grandes, muy grandes, sin las que no me imagino muchas cosas de mi vida. A las que no ha hecho falta mas que abrir la boca para echarme una mano, sin terminar la frase. Con las que sé que puedo contar incondicionalmente.Y hoy, que se cumplen 25 años de mi llegada al pueblo, no quiero dejar de darles las gracias con éstas palabras. Al fin y al cabo, tengo 48 años, así que se pueden echar cuentas....
     Y así, día a día, ha ido creciendo mi familia. Y sigo dando gracias todos los días. No hay nombres, porque seguro que me dejaría alguno y no quiero ser injusta. Pero todos saben quienes son.
     Para esta entrada quería hacer una receta típica de Cocentaina, pero como la mayoría ya las tengo publicadas, y  hace frío para el agualimón negro, he decidido poner sólo una foto. Se trata de un jenaro, un pastel que sólo se conoce aquí, y que sólo se hace en la pastelería Agulló, la única que queda abierta de las que ya habían cuando yo vine. No conozco la receta, es una invención del dueño de la pastelería, y es desconocida en los pueblos de al lado. Se trata de una especie de barquita de hojaldre, rellena de una especie de bizcocho oscuro, que me sabe a especias, pero que no sé identificar. Y léase todo como "una especie de ",  pues ya he dicho que no se conoce la receta.


     Así que, si quereis comer un jenaro, o escuchar música de fiestas tomando un agualimón negro, o una mentira sentados en el paseo, tendreis que venir a Cocentaina.
   

Ochíos de Jaén

     Muchas veces, me llama la atención el nombre de las comidas. Y me la llama especialmente el nombre de las cosas típicas de un sitio concreto, dado que fuera de allí o se encuentra ni se conoce. Este fue el caso de esta receta. Existen, en Jaén, dos tipos de ochíos, que según cuenta Ana María, parecen llamarse así porque se hacían 8 partes de un kilo de masa. Yo he comido ambos, pero éstos hechos por mí, ya que cuando estuvimos en Jaén no los encontramos. Resultan bastante fáciles de hacer. La única pega que tienen, que ni siquiera es una pega, es que como todas las masas que han de fermentar, hay que calcular el tiempo de levado de la masa, y no es "aquí te pillo, aquí te mato". nos han gustado mucho. Me recuerda a las monas y panquemaos de la Comunidad Valenciana, aunque con otro toque, que es lo que hace especial y rica nuestra variedad gastronómica. Y desde luego, a Guillermo le han encantado. Muchas gracias, Ana Maía, de Cocinando entre olivos, por este bollo que hice para celebrar el día de mi santo.

Ingredientes

  • 375 gr de agua tibia
  • 50 gr de levadura fresca
  • 125 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 125 gr de azúcar
  • 1/2 cucharada de sal
  • 750 gr de harina de fuerza
  • 2 huevos
  • Azúcar para espolvorear

      En el agua tibia disolvemos la levadura, y añadimos, y vamos mezclando, el aceite, el azúcar, 1 huevo y una yema, la sal, y por último la harina. Amasamos, tapamos con un gorro de ducha de plástico (por supuesto, que sólo tiene este uso), y dejamos un par de horas para que la masa leve. Yo lo metí dentro del horno, apagado.
     Pasado este tiempo, encendemos el horno, echamos un poco de harina sobre el mármol, volcamos la masa y la amasamos un poco. Como bien dice Ana María, la masa es muy pegajosa, y es blanda, pero untándonos bien las manos con aceite, nos hacemos con ella. Yo dividí la masa en 10 partes, ya que somos 5 en casa, pero lo suyo sería hacer 8. Formamos bolas, las aplanamos y las colocamos sobre una bandeja de horno forrada de papel vegetal.
     Pincelamos bien la superficie de los ochíos con la clara batida que nos sobró, aunque en la receta original pone con huevo batido, y espolvoreamos con abundante azúcar. Metemos en el horno, que ya estará caliente, a 180ºC, con calor circular, durante unos 18 minutos. Cuando están hechos, los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
     Muchas gracias a toda la gente que rescata estas recetas del olvido, porque considero que son parte importante de nuestra cultura.
   


Möhnkugen o Tarta de semillas de amapola

     Hace ya varios años que hice esta tarta. Tenían que venir unos amigos a cenar y me pasé 2 horas literales preparándola. Y toda orgullosa, la serví después de cenar. No estaba mal, pero pensé que vaya desperdicio de tiempo en la cocina. Por supuesto, sobró. Y al día siguiente cogí un trozo sin demasiado entusiasmo, y ¡vaya cambio!. los sabores se habían asentado y la tarta estaba deliciosa.

Ingredientes
Masa

  • 500 gr de harina
  • 1 sobre de levadura Royal
  • 200 gr de azúcar
  • 20 gr de azúcar vainillado
  • Sal
  • 2 huevos
  • 125 gr de mantequilla fría
  • 250 gr de Quark

Relleno

  • 125 ml de leche
  • 150 gr de azúcar
  • 100 gr de mantequilla
  • 400 gr de semillas de amapola molidas
  • 1 cucharadita rasa de canela
  • 1 huevo
  • 2 cucharadas de nata o leche evaporada
  • 5 cucharadas de brandy
  • 2 cucharadas de agua de rosas
  • 100 gr de pasas de Corinto.

     Primero preparamos el relleno: poner en una cacerola la leche, el azúcar y la mantequilla, llevar a ebullición y apartar. El resto de los ingredientes del relleno se mezclan entre sí, se añade todo a la cacerola, se vuelve a mezclar y se deja enfriar.
     Para preparar la masa, mezclamos la harina con la levadura y la tamizamos sobre la mesa, formando un volcán. En el hueco añadimos los azúcares, la sal y los huevos, y hacemos una pasta muy espesa usando un poco de la harina.
     Cortamos la mantequilla en cuadrados, y junto con el Quark, la ponemos en la masa, y desde el centro, lo vamos incorporando hasta convertirlo en la masa. Si aún se queda pegado, añadimos un poquito más de harina.
     Dividimos la masa en 6 trozos iguales. Cinco de ellos los extendemos del diámetro del molde (el mío de 28 cm), y con el sexto, formaremos la pared, de unos 5 cm de altura.
     Engrasamos el molde y ponemos el primer círculo y formamos la pared con el último trozo. entonces añadimos 1/4 parte del relleno. Repartimos bien y ponemos otro círculo. Hacemos lo mismo con todos los círculos excepto con el último, con el que se forma un enrejado que deja ver el relleno. Sobre el enrejado pasamos un pincel mojado en leche.
     Precalentamos el horno a unos 180ºC y metemos dentro el  paste. el mío estuvo 45 minutos, pero puede tardar más. Si hacia el final se dora en exceso, taparemos la superficie con un papel de aluminio.
     Lo dejamos enfriar y esperamos a comerlo al día siguiente, cuando será una delicia.
     La de la foto no la he hecho yo, es un trozo que compré en una pastelería y que me sirvió de comida. No lleva todo el trabajo de la mía, ni estaba tan rica, aunque esta buena. Cuando vuelva a tener excusa para hacerla, ya le sacaré una foto en condiciones. De momento, me quedo con ésta.
 

Arroz con bacalao

     Cuando mi madre me preguntaba qué quería comer para celebrar algo, casi siempre era ésta mi elección. Ese arroz cocinado en una paella o en una sartén de esas negras de pintitas blancas, seco y delicioso, que tan bien le salía a mi madre.

Ingredientes

  • Alubias blancas cocidas
  • Bacalao desalado
  • Unas almejas
  • 1 pimiento seco
  • Tomate triturado
  • 1 ajo
  • Aceite de oliva
  • Arroz
  • Sal
  • Agua
  • Unas hebras de azafrán

     En la sartén amplia o en la paella ponemos el aceite, y sofreímos en él el ajo muy triturado, el bacalao, el tomate y las almejas bien limpias. Después echamos el pimiento, al que le habremos hecho un agujero  para que no explote, y un poco de agua, dejando cocer todo junto.
     Medimos el arroz, y en la paella, echamos el doble de agua. Cuando hierva,probamos de sal y añadimos la necesaria. Debe estar salado, pues después el arroz absorbe mucha sal. Entonces añadimos el azafrán, el arroz y las habichuelas. Lo dejamos cocer durante unos 20 minutos, hasta que esté seco. Y a  disfrutar. De momento, voy a celebrar con él nuestro vigésimo cuarto aniversario de boda. Te quiero, cariño.

Handkäse mit musik

     O lo que viene siendo  lo mismo, "queso de mano con música". Este tipo de queso es típico de Alemania, de la zona de Hesse. Es un queso apestoso, y cuando te lo metes en la boca parece que estés saboreando una cuadra, aunque nunca nos hayamos metido una en la boca, evidentemente, pero a mí me encanta ésta combinación, aunque a la larga, eso sí. Este queso es translúcido, muy bajo en grasas (0,5 %), y muy elevado en proteínas (29 % ), que se vende en forma de pequeños discos. Parece ser que recibe este nombre porque al final del proceso se le da forma con las manos.
     El aliño que lo acompaña, se llama "musik", y este nombre fue lo primero que me cautivó, antes siquiera de probar el queso. Este plato se suele servir como aperitivo, acompañado de una rebanada de pan negro y una proción de mantequilla. Esto y la cebolla, atenúan el "sabor a cuadra" de este queso. Y hay que acompañarlo de una buena cerveza alemana, o mejor aún, ya que estamos en Hesse, de un appfelwine, o vino de manzana, que se sirve o bien en jarras de cerámica azul, típicas de la zona, o en unos vasos de cristal con dibujo de pequeños rombos.

Ingredientes

  • Handkäse
  • Cebolla
  • Aceite
  • Vinagre
  • Comino
     Picamos la cebolla. Hacemos una vinagreta con el aceite y el vinagre. Yo he usado aceite de girasol. Por allí he visto que se utiliza mucho el aceite de colza, y yo he comprado alguna vez, con buen resultado, pero aquí en España no lo encuentro. Desde el tristemente famoso caso del aceite de colza desnaturalizado de los años setenta, este aceite no tiene nada que hacer en España. Como no lo vendan en esos envases que pone "aceite de semillas", sin especificar....
     Bueno, el caso es que hacemos la vinagreta, le añadimos los cominos enteros y la cebolla. Disponemos las rodajas de queso en el plato y les echamos la salsa por encima. Acompañamos del pan, la mantequilla y la cerveza o el vino, y a disfrutar. Fácil, desde luego, es.

Zarangollo

     Es un plato típico de Murcia. Podemos usarlo como guarnición o bien como plato único, según la cantidad que utilicemos. Y con este plato murciano, quiero desear toda la suerte del mundo a mi  hijo Guillermo, que empieza ahora una nueva etapa de su vida. Empieza a estudiar Arte Dramático en Murcia. Ha luchado mucho por conseguir su sueño, y no se ha rendido. Y después de un curso estudiando otra cosa, que también le ha aportado muchas experiencias, ha llegado a Murcia. Para él, este zarangollo, esperando que me cuente más comidas típicas de allí, y deseándole que la suerte le acompañe siempre.

Ingredientes para 4 personas.

  • 400 gr de calabacín, sin pelar y cortado en trozos
  • 400 gr de cebolla cortada en cuartos
  • 70 gr de aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Pimienta
  • 5  huevos

     Picar o rallar el calabacín y la cebolla.
     Sofreír en el aceita la cebolla, con sal, durante unos 15 minutos. Añadir el calabacín, sal y pimienta y sofreír 20 minutos más. añadir los huevos y revolver durante unos 2 minutos, dejándolo jugoso.
     La receta está sacada del libro "Nuestra cocina Regional" de Thermomix, pero yo he puesto la versión sin, por si alguno de mis hijos quiere hacerlo en sus casas. Un beso.


Ajoblanco

     Esta ha sido otra de las sopas refrescantes que nos han acompañado durante este muy caluroso verano. También es un plato tradicional, y aunque no ha tenido tanto éxito como otras, a mí también me ha gustado mucho, aunque últimamente me pregunto a menudo qué es lo que no me gusta.
     La receta es la del libro "Imprescidible" de Thermomix.

Ingredientes

  • 200 gr de almendras crudas sin piel
  • 2 ajos
  • 1 cucharadita de sal
  • 100 gr de miga de pan balnco del día anterior, remojada en agua
  • 70 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 30 gr de vinagre
  • 1000 gr de agua fría

Guarnición

  • Uvas blancas
  • Almendras fileteadas y tostadas

     Poner en el vaso las almendras, los ajos y la sal, 30 segundos, velocidad 5.
     Añadir la miga y triturar 15 segundos, velocidad 5. Bajar los restos del vaso y tapa con la espátula, y comprobar que tiene consistencia de pasta. De no ser así, volver a triturar 10 segundos, velocidad 5.
     Añadir el agua, aceite y vinagre y triturar 1 minuto, velocidad progresiva 5-10.
     Guardar en la nevera, porque ha de servirse muy fríop. si se prepara justo antes de comer, se sustituyen 300 gr de agua por 300 gr de cubitos de hielo, añadidos al final, y removidos en velocidad 1 hasta que se deshaga.
     Lo serviremos con las uvas peladas y/o las láminas de almendra.
     Me encanta añadir uva a las comidas. Siempre me acuerdo del pueblo, donde en la casa de mis abuelos había una parra que daba unas uvas dulces como la moscatel pero con la piel mucho más fina. Tenían forma de lágrima. Era de una variedad cuyo nombre desconozco, sólo sé que era francesa, y se la había traído alguien a mi abuelo una vez que fue a Francia, a la vendimia. Ahora, en septiembre, después de acabar las fiestas del pueblo, nos volvíamos a Valencia para empezar el curso, con el coche cargado de pan del bueno, de huevos de gallinas de verdad, envueltos uno a uno en papel de periódico y metidos en una caja de zapatos atada con un cordel, y de uva de la parra del patio, que mi padre colocaba en unas cuerdas para que se fueran secando poco a poco, sin pudrirse. Y ese era el punto de inicio del siguiente año. Casi siempre, las uvas me traen los mismos recuerdos.

Salmón marinado

     Hace muchos años que hago esta receta de vez en cuando. Es muy sencilla, y el resultado es muy bueno.

Ingredientes

  • Un trozo de salmón
  • Azúcar
  • Sal
  • Eneldo seco

     Lavamos bien el salmón y le quitamos cualquier espina que veamos.
     En un recipiente, mezclamos azúcar, sal y eneldo, siendo el azúcar doble cantidad que la sal.
     En una fuente disponemos una capa de esta mezcla, ponemos encima el trozo de salmón, y lo enterramos con el resto de la mezcla. Debe quedar bien cubierto por todas partes. Lo tapamos con un papel de alumio, le ponemos peso encima y lo dejamos 24 horas fuera de la nevera.
     Transcurrido este tiempo, lo sacamos del azúcar y lo lavamos bien bajo el gripo, lo poinemos en otro recipiente y lo guardamos en la nevera, dejando pasar unas horas para comerlo, lo que haremos cortándolo en rodajas bien finas con pan y mantequilla, añadiéndolo a una ensalada,....

Tarta de almendra y mazapán

     La tarta de la foto  es un trozo que me compré para comer un día en una pastelería alemana.  Como desayuno bien, si a la hora de comer pruebo las cosas, ya no me queda sitio para el postre, así que durante el último viaje que hice, decidí comprarme pasteles a la hora de comer. Este estaba muy rico. Lógicamente, no tengo la receta, pero tanto la masa como el relleno me resultaron sabores familiares, con lo que me voy a aventurar a darme a mí misma la receta.

Ingredientes
Base


Relleno
El del Apfelstrudel

  • 1-1 1/2 kg de manzanas reinetas
  • 1 botellita de esencia de ron
  • 3 gotas de esencia de limón
  • 50 gr de pasas
  • 100 gr de azúcar moreno
  • 1 paquete de azúcar vainillado
  • Un poco de canela
  • 50 gr de almendras fileteadas

Cobertura

  • 200 gr de almendra molida
  • 200 gr de azúcaar glas
  • 1 huevo

     Lo dicho, ésta receta es de paladar. La base me recordaba a la de mi tarta de frutas. Con lo cual seguimos la receta, forramos el molde tanto en la base como en las paredes, pero no la metemos en el horno, pues ésta vez lleva un relleno que se hornea.
     Precalentamos el horno a 180ºC.
     El relleno me recuerda muchísimo al Apfelstrudel, que también tengo pendiente de hacer. Para ello, pelamos las manzanas y las partimos en rebanadas finas. Añadimos las esencias, azúcares, pasas, canela y almendras, mezclamos todo y ponemos sobre la masa anterior.
     Y el enrejado superior me recordaba al mazapán. Separamos la clara de la yema. Mezclamos  muy bien la almendra molida con el azúcar glas y la clara de huevo,  y hacemos tiras largas, bien con las manos, bien con la ayuda de una manga pastelera, formando un enrejado sobre el relleno del pastel. dicho enrejado lo pintamos con la yema del huevo batida y mezclada con un poco de leche.
    Metemos en el horno alrededor de 30 minutos, controlando que la masa esté cocida, y el mazapán dorado.
    En la foto ha salido también la compañera inseparable de las pastelerías de Alemania, así como de las comidas campestres: la avispa. No se ha querido perder ni siquiera salir en la foto.

Bratkartoffeln

     Es un acompañamiento para carnes que se hace mucho en Alemania. Durante este verano hemos viajado por allí y nos han gustado mucho. Con unas salchichas, con unas schnitzel, era una forma más de utilizar las patatas: fritas, en puré, en ensalada...Mi cuñada Mª Ángeles me dijo cómo hacerlas y es realmente sencillo. Además, un plato para aprovechar restos de patatas cocidas y presentarlas de manera diferente.
Ingredientes

  • Patatas
  • Cebolla
  • Mantequilla
  • Sal

     El día anterior, lavamos bien las patatas y las cocemos al vapor enteras y con piel. Yo lo hice en la olla exprés, 15 minutos en la posición 2. Dejamos que la olla pierda la presión, las sacamos y las dejamos enfriar.
     Al día siguiente las pelamos y las cortamos en rodajas finas. Ponemos mantequilla en una sartén y pochamos a fuego lento cebolla troceadas, hasta que esté transparente. Entonces echamos las patatas y dejamos que se doren en la mantequilla. Probamos de sal y servimos.
     Por motivos de logística no pude publicar esta entrada el día 1, cumpleaños de mi marido, que me pidió que las hiciese para comer. Así que, otra vez, muchas felicidades, cariño.

Croquetas de aladroc

     Aladroc es el nombre en valenciano del boquerón. Son típicas de la zona de Alicante donde vivo, nunca antes las había oído. Son sencillas de hacer y a mí, particularmente, me gustan bastante.

Ingredientes

  • Boquerones
  • Ajos
  • Perejil
  • Pan rallado o miga de pan
  • Sal
  • Huevos
  • Pan rallado

     Las cantidades son un poco a ojo. Limpiamos los boquerones de trioas y espinas y los cortamos con las tijeras.
     En el mortero, machacar ajo y perejil con un poco de sal. Añadir los boquerones y machacar . A esta masa podemos añadirle o bien pan rallado o bien miga de pan remojada en leche y bien escurrida. Una vez todo bien majado, añadimos huevo batido, en cantidad suficiente como para poder formar las croquetas, que rebozaremos en huevo batido y pan rallado y freiremos en abundante aceite de oliva, hasta que estén doradas.
     Un buen aperitivo para disfrutar con una cerveza bien fría.

Gazpachuelo malagueño

    Había oído solo malas críticas. Pero soy de la opinión de que los platos con nombre, al menos hay que probarlos. Y no me equivoqué. Es una sopa que me ha encantado, y encima, sin dar apenas trabajo. Saqué la receta de Mercado Calabajío, de entre todas las que hay.

Ingredientes

  • Merluza
  • Rape
  • Gambas arroceras
  • 4 patatas
  • 1 cebolla
  • 1 hoja de laurel
  • Unas hebras de azafrán
  • 1 huevo a temperatura ambiente.
  • 200 ml de aceite de oliva
  • Sal
  • Un chorrito de zumo de limón

     Tenía un trozo de rape en el congelador y una pescadilla bastante grande, y fue lo que usé, además de huesos de rape y espinas  y cabeza de merluza.
     En una olla grande puse las patatas enteras, con piel, bien lavadas. El trozo de cabeza de rape, la cabeza y espina de merluza, las cabezas y cáscaras de las gambas, la cebolla, el laurel y sal. Lo desespumé y lo tuve media hora al fuego desde que empezó a hervir, echando el trozo de rape, la pescadilla y la molla de la merluza a los 20 minutos de hervir. Al apagar el fuego, echamos las gambas y las dejamos dentro del caldo durante 5 minutos. Sacamos del caldo todo excepto las patatas.
     Al volver preparé la mayonesa, echando en el vaso de la batidora el huevo, la sal, el chorrito de zumo y el aceite. Introducir la batidora hasta el fondo, ponerla en marcha y tener unos segundos sin mover, hasta que veamos que empieza a emulsionar, momento en que movemos el brazo arriba y abajo unos segundos, y ya está hecha. Reservamos fuera de la nevera.
     El caldo debemos tenerlo templado; dice Carlos que hay gente que saca unos cazos, y el resto lo deja al fuego junto con las patatas, para que éstas no pierdan mucho. El caldo debe estar tibio, para que al mezclarlo con la mayonesa no se corte.
     Vamos desmigando el pescado y limpiando los huesos de molla. Sacamos las patatas y colamos el caldo.
     Echamos en la mayonesa 2 cucharadas de caldo y trituramos un poco. Sin dejar de triturar vamos echando de medio en medio cucharón, hasta que obtengamos un caldo espeso. Echamos el resto de caldo a ojo. dicen que 600 - 700 ml de caldo por huevo empleado. No ha de quedar muy líquido. Ni soso. Partimos la patata en trocitos y lo ponemos a calentar junto con ella, a fuego muy suave. No debe hervir. Cuando esté calentito echaremos el pescado y las gambas reservadas, un minuto y apagar.
     la verdad, me ha sorprendido gratamente esta sopa que nunca había probado. Por el sabor, me ha recordado un poco a la sopa sevillana. Y tampoco será la última vez que la haga. aunque esperaré un poco a que bajen las temperaturas.

   
   


Pinchos morunos

     Se llamaban así. Y me llamaban muchísimo la atención en las barras de los bares cuando era niña. Una brocheta llena de tacos de carne de color rojizo. Y estaban deliciosos. Los pedías y te los hacían en el momento. No sé si tendrían algo de morunos, salvo las especias, pues yo creo que eran de carne de cerdo, pero hasta el nombre me resultaba sugerente.
     Yo los hago a mi manera, y la verdad es que están buenos. Y no los pongo en una brocheta, pues así resulta más cómodo el cocinarlos en una sartén. Pues ésta es mi receta:

Ingredientes

  • Magro de cerdo cortado en tacos
  • Sal
  • Pimienta
  • Cúrcuma
  • Cominos molidos
  • Ajo en polvo
  • Jengibre
  • Alcaravea
  • Pimentón picante
  • Zumo de limón

     En realidad, lo suyo sería hacerlos con carne de pollo, cordero o ternera, pero yo los hago así. En un recipiente hermético pongo la carne y le añado las especias. Rocío con zumo de limón, y la dejo macerar un rato.
     Para hacerlo más bonito, podemos ensartar la carne en una brocheta y asarla en la barbacoa. Pero si eso no es factible, yo caliento unas gotas de aceite en una sartén y cocino la carne hasta que está dorada.
     Siempre que veo un pincho moruno en una brocheta de aluminio recuerdo a mi padre comprándome uno en un bar de Líria (Valencia), antes de coger el tren para ir a casa, un día que fuimos de excursión al santuario de San Miguel de ésa localidad. Eso es mestizaje, y lo demás....

Cojondongo

     Y seguimos con las recetas tradicionales, refrescantes y de nombre peculiar. Esta vez se trata de un plato extremeño, extraído del blog de  Carlos, cuyo nombre fue lo primero que me conquistó.

Ingredientes
  • 250 gr de pan del día anterior
  • 100 ml  de AOVE
  • 1 ajo
  • 300 ml de agua
  • Sal
  • Vinagre
Guarnición
  • Tomate
  • Pimiento verde
  • Pepino
  • Cebolla
  • Uvas

     En el vaso de la batidora ponemos todos los ingredientes y trituramos. Corregimos de agua, sal y vinagre, hasta obtener el sabor y la textura deseadas. Mantenemos en la nevera hasta el momento de servir.
     Troceamos en taquitos las hortalizas de la guarnición. Quitamos las pepitas a las uvas.
     Sobre el plato ponemos un lecho de la mezcla de pan, y cada uno se sirve la guarnición deseada.
     Sabor sorprendente el de esta sopa, con cuatro ingredientes básicos. ¡Cómo me gusta la cocina de aprovechamiento de toda la vida!

Pipirrana

     Últimamente, con ésta ola de calor, no apetece comer (ni guisar) más que cosas frías. Y si son éstos platos, fruto de la sabiduría popular, y con éstos nombres tan simpáticos, mejor. Ésta ensalada jienense, me la he copiado de Canelona, y la he hecho con Thermomix, aunque la próxima vez trocearé las verduras a mano, que, aunque se tarda más, deben quedar con mejor textura.

Ingredientes

  • 1 kg de tomates partidos por la mitad
  • 4 huevos duros
  • 2 pimientos verdes troceados
  • 2 ajos
  • 100 gr de AOVE
  • 30 gr de miga de pan
  • 1 cucharadita de sal
  • 100 gr de agua
  • 3 latas de atún en aceite

     Separamos las claras de las yemas. Ponemos las claras en el vaso y  troceamos 1 segundo, velocidad 4. Sacamos y reserevamos.
     Ponemos los tomates en el vaso y troceamos 3 segundos, velocidad 4. Ponemos en una ensaladera. Sobre ellos, echamos las claras reservadas.
     Echamos en el vaso los pimientos y troceamos 2 segundos, velocidad 5, y echamos en la ensaladera. Sobre todo ésto ponemos en atún desmenuzado.
     Ponemos en el vaso las yemas, aceite, pan, ajos, sal y agua y trituramos 30 segundos, velocidad 5-10. Vertemos sobre la ensaladera.
     Servir bien frío.
     La próxima vez, trocearé a mano las verduras y prescindiré del atún. Por lo demás, riquísima y refrescante.
   

Salmorejo

     Una deliciosa sopa fría cordobesa, ideal para este calor, y encima muy fácil de preparar. La receta es del libro "Imprescindibles" de Thermomix, aunque en mi versión hay menos pan y menos aceite.

Ingredientes

  • 100 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 1 kg de tomates maduros
  • 1 ajo 
  • 1 cucharadita de sal
  • 80 gr de miga de pan blanco del día anterior
  • 30 gr de vinagre

Para adornar

  • 100 gr de jamón
  • 4 huevos duros

     Pesar el aceite y reservar.
     Picar los huevos duros 2 segundos velocidad 4 y reservar.
     Echar el jamón en el vaso y picar con 3 ó 4 golpes de turbo. Reservar.
     En el vaso echar los tomates, el ajo y la sal, y triturar 30 segundos velocidad 5. Añadir el pan y el vinagre y trocear 30 segundos velocidad 5 y luego 2 minutos velocidad 10.
     Programar velocidad 5 y poco a poco echar el aceite sobre la tapa del vaso, sin quitar el cubilete, hasta que se haya incorporado todo. Echar en una fuente y reservar en la nevera hasta el momento de servir. Ha de tomarse muy frío.
     En el momento de servir, se adorna con el huevo y el jamón picados. Y si no está suficientemente frío, yo le añado un par de cubitos de hielo pequeños a cada cuenco.

Nota: si prescindimos del jamón, es apto para dietas vegetarianas.

Fabiola

     No se donde leí que este pastel se había creado en honor a la reina Fabiola de Bélgica. De ahí su horneado en molde corona. Puede ser. Peo también he encontrado que recibe éste mismo nombre un pastel hecho con galletas. Y que es típico de diferentes sitios. Yo he sacado la receta de Canelona, pero la primera vez que la probé la había hecho una señora de Benilloba. No sé cual es la verdadera historia, pero la Fabiola está muy buena.

Ingredientes
  • 4 huevos
  • 50 gr de azúcar
  • 150 gr de harina
  • 70 gr de almendra molida
  • 1 sobre de levadura Royal
  • 1 cucharada de coco rallado
Para el almíbar
  • 1 1/2 vaso de agua
  • 1 1/2 vaso de azúcar
  • Un chorrito de ron
  • Coco rallado para adornar
     Precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo, y encamisar un molde de corona, que no sea desmontable.
     En el vaso de la Thermomix poner la mariposa y montar los huevos con el azúcar, programando 5 minutos, 37ºC, velocidad 3 1/2. Al acabar el tiempo, programar 3 minutos más a la misma velocidad pero sin temperatura.
     Añadir la harina, almendra, levadura y la cucharada de coco, mezclar 10 segundos a velocidad 2, quitar la mariposa y terminar de envolver con una lengua de silicona. Echar en el molde, distribuir bien la masa, y hornear durante 20 minutos.
     Mientras, preparar el almíbar, poniendo al fuego el agua con el azúcar hasta que se disuelva bien. Removemos, echamos el chorrito de ron, o del licor que se quiera, o de ninguno, y reservamos.
     Pasados los 20 minutos de horno, comprobamos que está cocido, sacamos el bizcoho, lo pinchamos con una brocheta y vertemos sobre él el almíbar a cucharadas, poco a poco, dejando que se empape bien. Hay que echarlo todo. Entonces volvemos a introducir el bizcocho en el horno apagado durante 10 minutos más.
     Lo sacamos,  dejamos enfriar un poco y lo desmoldamos sobre una rejilla, espolvoreándolo abundantemente con coco rallado. Esperamos a que esté totalmente frío para partirlo. Está mejor si se prepara la víspera.

Caviar de berenjenas

     Esta receta la saqué hace muchos años de un libro de cocina que tenía mi suegra. Se llamaba "Mi herbario de cocina" y era de un autor francés que no recuerdo. Hacía mucho tiempo que no la preparaba, pero el otro día me regalaron unas berenjenas, y la rescaté del olvido.Habitualment la reparaba con la batidora, pero ésta vez lo hice con la Thermomix. Lo he triturado demasiado, no ha quedado con la consistencia rústica de las otras veces, pero a cambio, me he encontrado con una deliciosa crema.

Ingredientes
  • 4 berenjenas
  • 1/2 cebolla (2 ó 3 cebolletas blancas en el original)
  • 1 ajo
  • 2 tomates duros
  • 40 ml de aceite de oliva (1 vaso en el original)
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 cucharadita de enldo seco o perejil (yo puse ambos)
  • Cilantro (yo no tenía)
  • Limón (yo no le puse)
     Si es posible, elegiremos berenjenas largas, pues tienen menos semillas. Cortarles el tallo, lavarlas, y meterlas enteras en el horno a 180ºC, con aire, durante unos 40 minutos, hasta que la piel seca se quiebre y sean suaves al tacto. sacarlas y dejar enfriar.
     Escaldar y pelar los tomates, (yo suelo hacerlo sin escaldarlos, con el pelapatatas), retirar las semillas y apretarlos un poco para eliminar el exceso de agua.
     Pelar las berenjenas y pasarlas por el molinillo (eso pone en el libro), junto con la pulpa del tomate, hasta obtener una pulpa muy fina. Añadirle el ajo y la cebolla triturada, así como el eneldo.
     Aquí lo que yo hice fue ponerlo todo en la Thermomix y triturarlo. Entonces añadí el aceite en la tapadera para que fuera cayendo lentamente y se emulsionata. Salpimentar. Añadir 8 ó 10 semillas de cilantro aplastadas en el mortero. Probar y añadir unas gotas de limón para darle acidez si fuese necesario.
     Servir fresco, con pan de pueblo o negro tostado, y con mantequilla.
     Esta receta va huyendo del agua para conseguir una especie de paté vegetal, pero triturado tal y como yo lo hice, y con un poco más de caldo, queda una crema espectacular.

Ensalada de melón de Guillermo

     Con la llegada del verano, los melones aparecen en las fruterías, duros, dulces y deliciosos. A mí me encantan de cualquier manera y de cualquier variedad. Esta es una ensalada que me enseñó mi amigo Guillermo y que suelo preparar de vez en cuando. La forma salada de tomar melón.

Ingredientes
  • Melón
  • Jamón serrano
  • Lechuga
  • Aceite de oliva
  • 1 limón
  • Sal
  • Pimienta negra
     Cortar el melón en trozos, mezclarlo con la lechuga limpia y troceada y con el jamón en tacos. Añadir un poco de sal, con precaución, y pimienta. Mezclar bien y añadir un buen chorro de aceite de oliva y el zumo de un limón. Supersencillo y refrescante.

Pulpo a la gallega

      En julio-agosto de 2005 pasamos dos semanas en Galicia. En Sampil, una pequeña parroquia perteneciente a Celanova, en Orense. Estuvimos divinamente, alojados en una casa típica. Fuimos con unos amigos, que eran amigos de los dueños de la casa. Ellos se fueron pocos días después de llegar nosotros, pero los dueños de la casa, bajo el lema de "los amigos de mis amigos son también mis amigos" no quisieron que nos fuésemos, ni siquiera cobrarnos nada de alquiler.
     Desde allí hicimos excursiones a Santiago, Orense, Lugo, Pontevedra, Vigo, La Coruña, Braga y Valencia do Miño en Portugal. Galicia nos encantó con su belleza. Ese atardecer desde un mirador en La Coruña, la muralla de Lugo, la bonita ciudad de Pontevedra, las hortensias, que a mí me cuesta mantener en una maceta, creciendo exhuberantes como la mala hierba, en los ribazos, Allariz, donde dimos un paseo en barca por el río, sus playas fluviales, donde el agua estaba helada en agosto, las termas Chavasqueira de Orense, donde pasamos una tarde,...
     La gente nos pareció encantadora. Los vecinos de Sampil acogedores a más no poder, y qué decir de los dueños de la casa, que no solo no quisieron que nos fuésemos, sino que nos señalaron toda una serie de fiestas que podíamos ver.
     Descubrimos el pan de Cea, el mejor pan que he comido en mi vida, que ibas a comprarlo y te lo sacaban del horno, al mismo precio que en las panaderías normales, fragante y delicioso. comimos pote gallego a los pies de la muralla de Lugo. Asistimos a la fiesta de los faroles en Celanova, y a la fiesta de castresos y romanos, que rememora la conquista por los romanos. Los castresos y los romanos se encontraban en el monte, y en lugar de pelear, se hacían amigos y lo celebraban (como no), comiendo.
     El jueves es el día de mercado en Celanova. Entre otras cosas, había un puesto de pulpo. En una enorme caldera de cobre puesta al fuego, iban cociendo pulpo. Podías sentarte allí a comerlo o podías llevarte las raciones que quisieses. Nosotros lo compramos y nos fuimos a casa. Sacaban el pulpo de la caldera, lo cortaban con las tijeras y te lo ponían en una bolsa de plástico con su agua, que luego debías tirar, dentro de otra bolsa con agua, caliente también, para mantener el calor. Exquisito.
     Nos volvimos, cargados con pan de Cea, vino casero que nos habían regalado en Sampil, una empanada, el día 9 de agosto, mientras mi sobrino Víctor llegaba al mundo. Y cargados los ojos y el corazón de belleza y gratitud.

Ingredientes

  • Pulpo
  • Patatas
  • Sal 
  • Laurel 
  • Pimentón
  • Sal en escamas
  • Aceite de oliva virgen extra

     El pulpo lo congelaremos unos días antes para ablandarlo. Mi amiga Vero dice que una prima suya, que vive en Cartagena y a la que le regalaban muchos pulpos, los metía en la lavadora, a centrifugar, para ablandarlos. Muy curioso.
     Ponemos agua abundante a hervir, con sal y una hoja de laurel. cuando hierva, echamos el pulpo, lo tenemos 3 minutos y lo sacamos durante 1 minuto. Repetimos esta operación 2 veces más. Al echar el pulpo por última vez, añadimos también unas patatas peladas y enteras. Lo dejamos cocer durante 30 minutos, apagamos el fuego y lo dejamos enfriar dentro.
     Para servirlo, en un plato de barro o madera, ponemos un lecho de patatas en rodajas, troceamos el pulpo con la ayuda de unas tijeras y lo colocamos por encima, espolvoreamos con pimentón y escamas de sal, y rociamos con un chorrito de aceite de oliva.
     Por supuesto, ninguno que yo haga estará tan bueno como aquel del mercado de Celanova, pero siempre que lo como me acuerdo de él.

Agua limón

     Ya lo llamo así, por el aquel de "A donde fueres, haz lo que vieres". Para mí siempre ha sido limón granizado. Y en la zona donde vivo, tenemos el blanco y el negro.Hoy nos toca el blanco. Dejaremos el negro para otra ocasión, "I ens farem una mentireta".
     Me ha costado dar con las proporciones para que nos guste en casa.


Ingredientes
  • 2 litros de agua
  • 150 ml de zumo de limón
  • 450 gr de azúcar
     Exprimimos limones hasta obtener la cantidad de zumo necesaria.
     Pelamos los limones ( pero sólo la parte amarilla, yo lo hago con el pelapatatas) y echamos en litro y medio de agua la piel,  el zumo y la pulpa, desechando la parte blanca.  Dejamos macerar. Yo lo tuve toda la noche y la mañana siguiente.
     Mientras calentamos 500 ml de agua con el azúcar,  hasta que ésta esté disuelta,  y la añadimos al resto.
     Cuando esté frío, colamos el agua, la probamos de dulzor (si está dulce, no pasa nada, con el frío se notará menos) y la ponemos en un recipiente en el congelador.