Mi amiga Paqui es de Lorca, Murcia, y hoy, Viernes de Dolores, si las cosas fuesen normales, estaría en su pueblo, procesionando con el Paso Azul y acompañando a la Virgen de los Dolores, que saldría de San Francisco y allí volvería más tarde. Pero no es un tiempo normal. No debemos reunirnos, ni abrazarnos, ni organizar actos multitudinarios. La pena nos consume muchas veces, tenemos ganas de juntarnos y festejar muchas cosas, y achucharnos, pero debemos ser responsables, para que, cuando esto acabe, que no sabemos cuando será pero ocurrirá, podamos estar todos. Pero lo que sí hacemos cada día es comer. Y ya que no podemos ir a Lorca a disfrutar de su magnífica Semana Santa, y mi amiga está desde ayer con la nostalgia de la serenata a su "Dolorosica", de la procesión de hoy, de su tierra, de su familia, de su gente, y yo sabía que esto ocurriría, se me ocurrió hace unas semanas que podría hacerle este día un poco más llevadero. La invité a comer, y junto a Vero, otro de los pilares de mi vida, hemos pasado una tarde estupenda al aire libre de mi patio, distanciadas, con las mascarillas....pero juntas, que hacía 9 meses que no nos juntábamos. Y no podía faltar en el menú su comida favorita de su pueblo, el trigo. Con la inestimable ayuda de su hermana y de su madre, que me han mandado la receta, he cocinado este guiso delicioso, aunque yo lo he hecho un poco diferente. Hace un par de años ya lo cociné, pero perdí la receta y el trigo se me quedó pasado para mi gusto (aunque Paqui dice que estaba delicioso), así que lo he he hecho de manera distinta. que me perdonen los lorquinos.
Ingredientes
- 200 gr de trigo "picado"
- Cebolla
- Tomate triturado
- Alcachofas
- Habas
- Espárragos
- Champiñones
- Pimentón dulce
- Sal
- Pimienta
- AOVE
El día anterior ponemos el trigo en remojo. Las indicaciones que me dieron fue cocer el trigo y dejarlo toda la noche reposando tapado con un paño para que se abra. Yo esto lo he omitido porque, como dije antes, para mi gusto estaba pasado. Aunque igual es la manera de comerlo allí. De todas formas, lo que yo he hecho ha sido poner el trigo en remojo la noche previa, y al día siguiente, cocerlo en agua con sal durante 20 minutos y escurrirlo.
En una sartén, hacemos el "requemo", como dice doña Lucía, su madre, (y me ha encantado la palabra). Ponemos en una sartén el aceite y sofreímos cebolla picada, alcachofas partidas en 6, espárragos trigueros troceados, champiñones partidos.....lo sofreímos bien y añadimos tomate triturado, y cuando haya pasado un poco de tiempo, añadimos el pimentón fuera del fuego, damos unas vueltas, añadimos agua y el trigo, y dejamos cocer todo junto durante unos 15 minutos, para que se mezclen los sabores. Probamos de sal y añadimos un pellizco de pimienta.
Así es como lo he hecho yo, aunque cambié la cebolla por puerro, ya que a Vero la cebolla le sienta mal. A este guiso se le puede añadir la verdura que uno quiera, habas, ajos tiernos, patata en trozos pequeños, así como cualquier tipo de carne de pollo, de conejo, costillejas, magro, y también caracoles. Yo lo he hecho solo de verduras porque es la versión favorita de mi amiga, y debo decir que me ha sorprendido muy gratamente, lo he encontrado delicioso, ya que la otra vez que lo cociné le mandé la cacerola entera y yo no lo probé.
Pues nada, así hemos pasado el Viernes de Dolores, transportándonos a Murcia por medio de los sabores, de la marinera, de los crespillos, de las papas con limón, todo ello servido sobre unos platos azules, acompañando una caballa, que también es un pescado azul (jajajaja), y de un vino espumoso azul, hemos compartido nostalgias, temores, deseos y confidencias. Así que, de un contratiempo, hemos sacado una tarde estupenda. Yo hoy no he trabajado, pero ellas dos sí, y contaban que, de pensar en la comida de hoy, han pasado felices la mañana, que en sus trabajos les han preguntado que qué les pasaba, que las veían muy contentas. Y es que no hay nada como tener buenos, muy buenos amigos. Una vez más, gracias.