Hace ya tiempo que hice esta receta, sacada de
Webos fritos. Después, buscando la receta, que no he encontrado, de las "coronas de Santa Orosia", he leído que son muy parecidas a estas Sakuskiyas, así como las
crullers franceses, y las rosquillas de San Froilán. No sé donde leí lo de las coronas, la verdad, pero me hizo mucha ilusión, pues en un viaje que hicimos allá por el 2001 por Huesca, tuvimos ocasión de comer éstos dulces, que compramos en Jaca, y que nos cautivaron. Y sí, lo recuerdo muy parecido al de éstas saluskiyas. Lo dicho, la receta es del blog de Susana.
Ingredientes
- 250 gr de harina
- 250 ml de leche entera
- 250 ml de agua
- 50 gr de mantequilla
- 2 cucharadas soperas de azúcar
- 2 huevos
- 1 yema
- Una pizca de sal
- 2 cucharaditas de levadura Royal
Glasa
- 1 clara de huevo grande
- Unas gotas de zumo le limón
- 1 cucharada sopera de ron oscuro
- 175 gr de azúcar glas
En un cazo poner a hervir el agua, la leche, el azúcar, la sal y la mantequilla. Cuando hierva a borbotones echar de golpe la harina tamizada. Bajar el fuego y mover con una cuchara de madera hasta que se forme una bola que se separe de las paredes del cazo.
Apartar del fuego y seguir dando vueltas sin parar, para deshacer los grumos que se hayan formado. Dejar que se enfríe completamente.
Mientras, cortamos unos cuadrados de 8 x 8 cm de lado de papel de horno, y los engrasamos. Cuando formemos las pastas, lo haremos sobre dichos papeles, y con ellos los llevaremos a la sartén; de esta manera no los manipularemos, y el dibujo quedará intacto.
Cuando la masa esté fría añadir los huevos y la yema, de uno en uno, sin echar el siguiente hasta que el anterior esté completamente incorporado. Cuesta un poco. Una vez mezclados, incorporamos la levadura.
En un cazo no muy grande echamos aceite, en cantidad suficiente como para que las pastas puedan flotar. Lo calentamos, sin pasarnos, para que no se arrebaten y se cocinen por dentro.
Ponemos la masa en una manga pastelera con boquilla rizada pequeña, y vamos formando círculos, (o coronas, jajaja) pequeños, tienen que ser de bocado, encima de los papeles aceitados. Y de los papeles, y por tandas de 6 a 8, las deslizamos al aceite caliente. Se fríen pronto. Las sacamos a un colador grande, y de ahí a papel de cocina, para que suelten la grasa.
Mientras, prepararemos la glasa: ponemos todos los ingredientes de la misma en un bol y mezclamos con una cuchara de madera. Con la mano, vamos metiendo las pastas en ella, las sacudimos, y las dejamos secar sobre una rejilla.
Según Susana, se conservan estupendamente hasta dos horas, en que empiezan a perder el punto crujiente de la glasa. Yo, cuando las hice, como repartí, no llegaron a durar tanto. Pero bueno, aún así, deben seguir estando de vicio.