En casa de mi abuela, cuando íbamos al pueblo, había suspiros, torticas de limón, tortas de manteca, rollos de huevo, rollos de aguardiente, pasteles de cabello de ángel...Recia repostería manchega, deliciosa, pero sin el colorido de la bollería industrial, que entraba por los ojos en esas edades. Y por supuesto, fruta. Fruta que se sacaba a la mesa en una bandeja, sin ningún tipo de florituras. Quizá por eso me llamaba tanto la atención este postre, en el que mi abuela disponía las rodajas sobre el plato de manera armoniosa. Además está muy bueno, y no tiene absolutamente ninguna complicación, pero a mi me impactaba ver la preparación de algo para postre en casa de mi abuela.
Ingredientes
- Naranjas
- Canela molida
- Azúcar (opcional)
Pelamos las naranjas. las cortamos en rodajas, y las espolvoreamos con azúcar y canela. Servimos después de comer. Ya está. Sin pamplinas. Yo no les pongo azúcar si las naranjas ya son dulces.
Este postre me sirve para felicitar a Socorro en su cumpleaños. Porque ella tampoco se complica la vida, se cambia el nombre y se hace llamar María (su nombre completo es María Socorro), pues es fisioterapeuta, pero antes, cuando trabajaba de auxiliar de enfermería, en Cuidados Intensivos, los registros cardíacos de los pacientes se aceleraban cuando sus compañeros la llamaban. Que cumplas muchos más, y que conserves tu buen humor.
Un postre sencillo de toda la vida pero que preparamos a menudo en casa, algunas veces añadiendo agua de azahar para darle un toque oriental.
ResponderEliminarBesos,
Palmira
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar