Cuando Santi y yo éramos novios, un año quedamos para comer el día de Año Nuevo con su hermana Laura. Nosotros nos fuimos de fiesta en nochevieja, y por supuesto, me levanté tarde al día siguiente.
Ese año, mi madre decidió que la comida de Año Nuevo iba a ser una asado de pierna de cordero que hacía poco había visto hacer por televisión. Como mis padres nunca salían en nochevieja, y ni siquiera se acostaban demasiado tarde aún estando en casa, mi madre se levantó a su hora de costumbre, y en su momento preparó la comida, de forma que cuando Santi vino a recogerme sobre las 2, para irnos donde habíamos quedado, la casa de mi madre olía que alimentaba a cordero asado, lo cual despertó los jugos gástricos de todos. "Quedaos a comer", dijeron mis padres. "Ya me gustaría-decía Santi- pero nos esperan en casa de mi hermana". Y relamiéndonos, nos dirigimos hacia allí.
Al llegar a casa de mi cuñada, ellos, que sí habían estado de fiesta esa noche, allí en su casa, se acababan de levantar, y parece ser que hasta habían olvidado que iríamos. "Voy a poner el cocido a hacer -dijo Laura- pero hasta allá a las 5 no comeremos". Santi y yo nos miramos, nos despedimos y nos fuimos, a ver si aún quedaba cordero en casa de mis padres.
Hay que tener en cuenta, que el día de Año Nuevo, a la hora de comer, en Valencia no hay tráfico, todo el mundo está durmiendo, despertándose, de resaca,...., con lo cual, el hecho de ir hasta casa de mi cuñada, saludar, despedirnos y volver, nos llevaría en total unos 20-30 minutos. Llegamos a mi casa, abrimos la puerta y nos encontramos de frente con mi madre, que volvía a la cocina llevando los restos de la pierna. El vernos y apoyarse en la pared para desternillarse de risa fue todo uno, no podía hablar, salió mi padre a ver que era lo que pasaba y se unió al club de la risa, y no paraba de decir "Estos no han ido a ningún sitio, no les ha dado tiempo, han bajado a la calle, y desde la cabina de teléfonos han dicho a Laura que no iban". Nunca pudimos convencerlo de que hicimos el viaje completo.
A esta anécdota se debe el nombre que le puse a la receta.
Ingredientes
- Una pierna de cordero
- Ajos
- Perejil
- Trozos de panceta
- Caldo de carne
- Vino blanco seco
- Aceite de oliva
- Mostaza
- Patatas
Se mecha la pierna con ajos, perejil y panceta. Se unta con aceite, se salpimenta y se mete en el horno a 180-200ºC durante 2 horas aproximadamente.
Se mezclan 3 partes de caldo con 1 de vino, y con ello se riega la pierna cada 20 minutos.
Cuando ya está asada se pone en otra bandeja. Un poco de caldo se mezcla con mostaza, y con ello se desglasa la bandeja, echando sobre la pierna el jugo que resulta.
Al enfriarse, se envuelve el extremo en papel de aluminio, y se va cortando la carne como si fuera un jamón.
Se sirve acompañado de patatas asadas en el horno, a la vez que el cordero.