Nidos de alcachofa

     Un aperitivo de nuestra cena navideña. Compré las alcachofas varios días antes, las preparé, las freí y las dejé en la nevera, en un recipiente cerrado, con papel de cocina para que absorbiese la humedad.

Ingredientes

  • 6 alcachofas
  • 6 huevos de codorniz
  • Aceite de oliva
  • Jamón

     Quitar las hojas exteriores de las alcachofas, tornearlas,cortar la base para que queden de pie y  vaciar el corazón con una cuchara. Lavar y secar.
     Freír a 160º C durante 15 minutos, y escurrir sobre papel absorbente. Cascar con cuidado los huevos en el centro, salar y gratinar a 180º C durante unos 4 minutos, hasta dorar. Sacar y poner por encima jamón en lonchas, en virutas o crujiente, y servir.
     Como ya tenía las alcachofas fritas y el crujiente de jamón preparado, sólo tuve que ponerles los huevos y meterlas al horno, y en un momento, preparado este delicioso aperitivo..

Nota: si prescindimos del jamón, es apto para dietas vegetarianas.

Corazones de almendra

     Hoy es San Valentín. En el fondo, nunca he sido muy partidaria de esta parafernalia comercial, pero de todas formas, es una ocasión para darnos cuenta del día a día, de los detalles cotidianos, de las sonrisas, de los gestos de cariño y las miradas cómplices. El detalle de que te hayan dejado preparado el café de la mañana  a pesar de las prisas y el sueño; que piensen en cómo te gusta de cuajada la tortilla de patatas para dejarla a tu gusto; un mensaje a media mañana desde el trabajo, buscarte con los ojos al llegar del trabajo y sonreír...son pequeñas grandes cosas. Pero después de este rollo, y de todas formas, ¿a quien no le gusta recibir un regalo, aunque sea San Valentín?.
     Hace tiempo que tenía ganas de hacer esta receta. La ví en este blog, en un HEMC. y hoy, es una buena ocasión para publicarla.

Ingredientes
  • 200 ml de leche de almendras
  • 15 almendras saladas
  • 2 hojas de gelatina
     Remojar la gelatina en agua fría. Calentar parte de la leche y deshacer la gelatina en ella. Mezclar con el resto de la leche, echar en una cubitera de goma con forma de corazón. Poner una almendra dentro de cada cubito, y dejar en la nevera hasta que cuaje.
     Desmoldar con cuidado y servir sobre cuchara.
     Con esta cantidad he tenido lo justo y suficiente para rellenar un molde de bombones de silicona en forma de corazón. Lo engrasé ligeramente con aceite de girasol, y luego lo rellené. Me ha costado poco desmoldarlo, aunque algún corazón no ha salido bien. Nos ha gustado, fue un aperitivo que no sobró, y todos elucubrando sobre qué sería eso blanco. De todas formas, pierde un poco por el hecho de que la almendra interior se reblandece mientras cuaja la gelatina, pero aún así, es fácil de hacer y está bien rico.
     Feliz San Valentín. Por muchos años más de miradas y susurros.

Tiramisú

     Por la mañana fui a monitores a La Fe y me mandaron a casa, pues no estaba de parto. Al llegar a casa de mis padres, donde esperabamos tu llegada tu hermana y yo, la yaya tenía que ir a comprar una mesa para la cocina, y decidí acompañarla. Hacía un frío espantoso, pero tenía que caminar y eso hice. La yaya, con Inés, que tenía 20 meses, de la mano y yo, nos dirigimos hacia la tienda de muebles. Yo iba diciéndoles que no corrieran tanto....Pasé la tarde con malestar, pero cuando las contracciones se hicieron más rítmicas, decidí que era el momento de ir al hospital. Llamé a tu padre, que estaba trabajando en Alcoy, para decírselo, tranquilizándolo. Le dije que iba a ducharme y al hospital, para que no viniese con prisa. Y nos fuimos  los yayos y yo. Inés se quedó en casa  con las tías. Mi padre  me decía que estaba muy verde, y que e iban a volver a mandar a casa. Mi madre lo miraba y al final le dijo "Anda José, conduce y calla". Nos metimos en su coche, un Renault 11 ranchera, que tenía estropeada una de las puertas traseras,  que me tocaba sujetar porque se abría en las curvas. Eso, en medio de una contracción, era toda una aventura, ya que entonces los cinturones traseros no eran obligatorios en los coches, y además iba equipada con mi neceser para quedarme en el hospital.
     Tu abuelo, que conocía Valencia muy bien, pues había sido repartidor, tomó un atajo para llegar antes a La Fe....y se perdió. Al final llegamos. Pero siempre asocio nuestra llegada al hospital con alguna escena del cine español en la que participasen Alfredo Landa, Florinda Chico y Gracita Morales. Si hubiésemos llevado una ristra de ajos, o un par de pollos vivos, habríamos pasado por ellos. Fijo. Creo que lo de la vocación de titiritero pudo empezar ahí....
     En el hospital me dijeron que me quedaba, que estaba de parto. Salí a decírselo  tus abuelos, y empezaron los preparativos. Eran las diez de la noche, aproximadamente. Entonces oí la voz de tu padre y se lo dije a la matrona, que me dijo que eso no era posible, que más tarde lo llamarían y podría entrar....Y en ese momento él, se presentó y allí se quedó cogiendo mi mano y acariciándome. Las contracciones iban en aumento y el monitor registraba unas ondas diminutas. Tu padre fue a decirlo, pero nadie me creía. Nosotros llegamos a la conclusión de que el aparato estaba estropeado, pero solo fuimos nosotros, porque empezaron los comentarios del tipo "esta va por libre", "no hace caso en lo de no empujar"....Me dijeron que avisara cuando tuviese ganas de orinar, y cuando lo hice, otra vez comentarios descalificadores "no puede ser, pero bueno, va, voy a mirarte"...y la condescendecia se transformó en urgencia, pues casi se desnuca al salir corriendo para avisar de que me llevasen al paritorio. Espero que se rompiese al menos una uña.
     En un momento estaba en la mesa de partos y enseguida tu padre me dijo "Cariño, que ya está". "Que ya está ¿qué?", pregunté yo cabreada, harta de que no se me hiciera caso. "Ya ha salido la cabeza". Allí estabas tú. Rápido. A las 11,30 de la noche. Guapo como tú solo. Bueno. Y tan chiquitín para mí, acostumbrada a mi bebé de 20 meses....La sensación de felicidad que nos embargó fue maravillosa. Y nunca nos ha abandonado, cariño mío.
     Hoy cumples 20 años. Quiero felicitarte con la receta del postre que has pedido, que sé que te gusta mucho, para que puedas hacerla cuando quieras. Te quiero, hijo mío. Y que cumplas muchos más.

Ingredientes
  • Un paquete de bizcochitos
  • 500 gr de queso mascarpone
  • 8 cucharadas de azúcar
  • 6 huevos
  • Un vaso de café frío
  • Un vasito de licor: amaretto, ron...
  • Chocolate en polvo
     Los bizcochitos empleados no son soletillas, Reciben diferentes nombres: lencuas de gato, palitos de la reina, savoiardi....Son unos bizcochitos alargados y secos, de consistencia dura, cubiertos de azúcar por la parte superior.
     Preparamos el café y lo dejamos enfriar. Yo suelo hacerlo con café instantáneo descafeinado. Echamos un chorrito del licor al café y reservamos.
     Separamos las claras de las yemas. Con una pizca de sal, montamos las claras a punto de nieve y con la mitad del azúcar, y reservamos en la nevera.
     A las yemas, les añadimos el resto azúcar y las batimos hasta conseguir una mezcla espumosa. Añadimos un chorrito del licor y volvemos a batir.
     Batimos el queso hasta formar una crema sin grumos. Entonces lo incorporamos a la crema de yemas, y por último, añadimos las claras a esta mezcla, en dos o tres veces, con movimientos envolventes y ayudándonos con una espátula para que no se bajen las claras.
     Preparamos una fuente honda. Vamos mojando los bizcochos en el café frío, sacudimos el exceso de líquido, y formamos una capa. Entonces ponemos una capa de crema de mascarpone. Otra de bizcochos y otra de crema, y así alternativamente, terminando con una de crema. Tapamos y guardamos en la nevera hasta el momento de servir. Si reposa está mejor.
     Cuando vayamos a comerlo, sacamos de la nevera y espolvoreamos con cacao en polvo con la ayuda de un colador. Y a disfrutar del postre. Y a seguir probando recetas de tiramisú.
     Papá y yo estamos muy orgullosos de tí, cariño mío. Ees muy especial.