Recuerdo cuando programábamos asar cabezas. a mi padre y a mi abuelo les encantaban. Y a mí. Era una fiesta montar las latas para llevar al horno con patatas peladas y troceadas por la mitad, cebolla en gajos, tomates, y encima las cabezas, y llevarlas a asar al horno de leña, donde todo sabe más rico. Y después, a disfrutar de lo que para nosotros era un banquete.
Ingredientes
- Cabezas de cordero
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
Las cabezas, que ya se venden partidas por la mitad, hay que lavarlas muy bien bajo el chorro de agua, sin mucha presión para no arrastrar los sesos, por ejemplo, y después las dejamos en remojo en agua durante un día, cambiando ese agua con frecuencia, con el fin de que salga lo más limpia posible.
Cuando las vayamos a cocinar, se sacan del agua, se enjuagan, se salpimentan y a la lata. Las podemos regar con un chorrito de aceite.
Esta vez las he hecho en una fuente de barro junto con una pierna y paletilla de cordero lechal. Las he tenido en el horno a 170ºC, un par de horas, primero con la parte externa hacia arriba, y al cabo de una hora le he dado la vuelta, para que ésa parte quedase crujiente. Las he regado de vez en cuando, a la vez que la pierna y la paletilla.
Y me he sentado a la mesa, a disfrutar de la comida, acompañada mentalmente por mi padre y mi abuelo.
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