Esta albóndigas sirven para aprovechar el pan duro, y para dar otro toque a los potajes y guisados. Mi madre se las echaba siempre. Se pueden hacer en el momento y añadirlas al guiso, o se pueden hacer previamente, freírlas y guardarlas en el congelador para cuando se necesiten. pero eso mi madre tenía que hacerlo cuando no estábamos delante, pues no daba abasto ella a freír albóndigas y nosotras a comérnoslas recién hechas.
Ingredientes
- Pan duro desmigado a mano
 
- Perejil muy picado
 
- Ajos astillados finos
 
- Piñones
 
- Huevo batido
 
- Sal
 
- Aceite de oliva para freír
 
     Para esta receta no sirve el pan rallado industrial, pues as albóndigas no se quedan esponjosas.
     El pan se mezcla con el perejil, ajos, piñones y sal, y con huevo batido de manera que quede una masa blanda, de la que se cogen cucharadas y se van echando a la sartén con el aceite caliente. Cuando están doradas se sacan y se reservan.
     También se pueden comer acompañando al guiso, pero sin cocerlo en él, de manera que estén más crujientes.
 
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