Nos gusta mucho el ajoaceite, para acompañar carne a la brasa, un arroz a banda,...o simplemente con pan. Mi padre lo hacía en el mortero y era todo un ritual, tenía una aceitera pequeñita donde ponía el aceite medido. Machacaba los ajos con la sal, añadía la yema de huevo, y ahí nos llamaba para sujetarle el mortero, mientras él daba vueltas con una mano y echaba el aceite gota a gota con la otra. Hoy me he acordado mucho de él cuando lo he hecho en la batidora.
Ingredientes
- 5-8 dientes de ajos
- Una cucharadita de café de sal
- 1 huevo a temperatura ambiente (esto es fundamental)
- Un chorrito de zumo de limón
- 200 ml de aceite de girasol
Pelar y trocear los ajos. Echar los ingredientes en el vaso de la batidora en el orden descrito. Apoyar la batidora en el fondo del vaso. Ponerla en marcha y no moverla hasta que veamos que está ligado el aceite. Entonces se sube y se baja una vez, y ya está hecho.
Editado en Diciembre de 2015
Pero mi padre no le llamaba ajoaceite, ni alioli. Para él era "ajatao", que yo deduzco que vendría de "ajo atado". Me parecía un vulgarismo, y siempre hay palabras que solo se pueden decir en el seno familiar si no quieres ser tachado de inculto, paleto.... Así que fuera de casa era ajoaceite. Hasta que ahora viene la Real Academia de la Lengua Española y me admite
Almóndigas y
Toballa. Y se me han caido los palos del sombrajo. Por supuesto, yo no soy quien para irle con quejas al organismo que "Fija, limpia y da esplendor", pero sí lo soy para reivindicar el
Ajatao de mi padre. Que, por cierto, a mi sobrina Candela le sale de lujo, a sus 8 años.