En casa de mi abuela, en Elche de la Sierra (
Albacete), el calabacín era calabaza tierna, las alcachofas,
alcanciles, las patatas,
crillas, los fideos, aletría, y la hucha, una alcancía. Me encantan estas palabras, de raíz claramente árabe, que casi nunca he oído fuera de mi casa, que existen en el diccionario, y que hacen tan rico el castellano. Estoy viendo a mi abuelo que viene de la huerta, con la canasta de esparto a la espalda llena de lo que da la tierra, y con una
cestita de
plaita, forrada con hojas de higuera, llena de los higos que acaba de coger. Nunca más he comido higos como esos, dulces, en su punto, frescos, sin saber lo que es un frigorífico. En fin, vamos con la receta.
Ingredientes
- calabaza tierna
- cebolla
- pimiento verde
- crillas
- tomate triturado
- aceite de oliva
- sal
Lavar y trocear las hortalizas, eliminando las semillas de la calabaza y del pimiento, y cortarlas en dados.
Calentar aceite en la sartén, y añadirlas, salar y dejar hacer a fuego lento. Cuando se ablanden, ir partiéndolas con la espumadera (la
fridera), pues ha de quedar como un puré. Cuando las verduras ya estén hechas, añadir el tomate y dar todavía un par de vueltas.
Se puede tomar frío o caliente; sirve como primer plato, mojando pan (!ay!, ese pan del pueblo que ya no es lo que era), o como guarnición. También se puede usar como relleno de una empanada, en cuyo caso no hay que acabar de cocerlo, pues se terminará en el horno, junto con la masa.
Y para mi satisfacción, a mis hijos les encanta.
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