Muffins de frambuesa

     Estos deliciosos muffins los saqué del blog Mi vida en un dulce. Les he puesto pocas frambuesas y localizables, pues mis hijos no son muy amantes de encontrarse tropezones frutales en los dulces. El resultado ha sido muy bueno.

Ingredientes

  • 2 tazas de harina
  • 2 cucharaditas de Levadura Royal
  • 1/4 de cucharadita de sal
  • 1 taza de yogur natural
  • 1 cucharadita de bicarbonato 
  • 1 huevo
  • 1/2 taza de aceite
  • 1 taza de azúcar
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 taza de frambuesas

     Precalentar el horno a 180ºC.
     Poner papeles en las bandejas de hornear magdalenas.
     Mezclar la harina, levadura y sal, tamizar todo junto y reservar.
     Mezclar el yogur con el bicarbonato, con cuidado, porque la mezcla sube, y reservar.
     En un cuenco mezclar huevos, aceite, azúcar y vainilla. Añadir un tercio de la harina, mezclar, la mitad del yogur, mezclar, y así con harina y yogur hasta acabar. Rellenar los moldes con esta mezcla, y echar las frambuesas sobre ellos. Hornear durante unos 20 minutos, o hasta que estén cocidos. Dejar 20 minutos en la bandeja, y sacar para enfriar completamente sobre una rejilla.

Aperitivo de cebolla y nata

     El nombre llamó mi atención cuando vi este aperitivo en el blog de Alicia.

Ingredientes
  • 1 sobre de sopa de cebolla
  • 500 ml de nata para montar
     En el vaso de la Thermomix echamos el contenido del sobre excepto 1 cucharada (para que no quede salado) y programamos 15 seg, velocidad progresiva 5-10. Ha de quedar bien fino.
     Ponemos la mariposa en las cuchillas y echamos la nata (muy fría), y la montamos en velocidad 4 (aproximadamente, 20 seg, pero vigilar, yo a veces he tardado hasta 50 seg). Forramos un bol esférico con papel film y echamos el contenido del vaso. lo prensamos para que coja la forma, y lo olcamos sobre un plata. Lo servimos adornado con patatas tipo Pringles, dándole forma de flor, o acompañado de palitos de zanahoria.
     Hay que prestar especial atención a compactar bien la mezcla cuando la ponemos en el bol, pues si no, se quedarán grietas, como me pasó a mí. por cierto, a pesar de quitar una cucharada, también me quedó algo salado. Yo usé un sobre de sopa de cebolla de 50 gr de la marca Hacendado.

Bizcocho de crema de almendras

     Camel debe su apodo a que el primer día de clase, allá por septiembre del 1981, dijo que tenía sed. Mucha sed. Podría beber como un camello. Y Camel fue durante cuatro años, y lo sigue siendo 30 años después. Ahora se queja de lumbago, pero eso son cosas de la edad. Y hace buena música con su grupo, Taller Majara. Y trabaja en el monte, rodeado de naturaleza. Desde allí nos deleita con fotos magníficas de nuestras montañas. Para mí, uno de los espectáculos más bellos son los almendros en flor. En el invierno, nos regalan sus flores delicadas con la promesa de una primavera que ya viene. Y hoy, que es el cumpleaños de nuestro Camel, no se me ocurre mejor manera de felicitarlo que con éste bizcocho de crema de almendras, y con un beso virtual. Ya se acerca la primavera. Que veas muchas más.
Ingredientes
  • 4 huevos
  • 200 gr azúcar
  • 130 gr de crema de almendras
  • 250 gr de harina
  • 1 sobre le impulsor químico Royal
  • 100 gr de aceite de girasol
  • Almendras fileteadas
  • Azúcar moreno
  • 1 cucharada de Amaretto
     Precalentar el horno a 200ºC.
     Untar un molde de mantequilla y espolvorear con harina.
     Poner los huevos con el azúcar 5 min, 37 ºC, velocidad 3 1/2, y 5 minutos más sin temperatura. Añadir la crema de almendras y batir 1 minuto, velocidad 3 1/2. Incorporar el aceite, la harina, el impulsor y el licor, y mezclar 10 segundos a velocidad 2 1/2. Acabar de envolver con la espátula.
     Echar en el molde, y espolvorear por encima con el azúcar moreno y las almendras fileteadas. Meter en el horno, y entonces bajar la temperatura a 180ºC. Hornear durante 35-40 minutos.
     También puede utilizarse un molde de corona, untado con mantequilla, y espolvorear por encima las almendras fileteadas.
     Y, por supuestísimo, puede hacerse también sin Thermomix: tamizar la harina junto con la levadura. Batir los huevos con el azúcar durante 10 min, con una batidora de varillas, incorporar el aceite y el licor, y luego la harina a cucharadas, con movimientos envolventes. El resto igual.
     A Guillermo también le gusta mucho este pastel. Y todo lo que lleva almendra.

Dorada al cava

     Esta receta ha salido de la libreta de recetas de una amiga, que nunca la ha hecho y que no sabe de dónde la sacó. Pero está pensando ponerla en la cena de Nochebuena. Pues sí, es un plato fácil y estupendo. A nosotros nos ha gustado.

Ingredientes
  • 4 doradas de ración
  • 1 vaso de cava brut
  • 4 cebollitas pequeñas
  • 4 patatas
  • 200 ml de nata para cocinar
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite
     Precalentamos el horno a 200ºC.
     En una bandeja de horno, previamente untada con aceite, colocamos como base las patatas peladas y cortadas en rodajas finas, y las cebollas. Las metemos 10 minutos en el horno.
     Salpimentamos las doradas, las ponemos por encima, añadimos la nata y rociamos con el cava. Volvemos a meter en el horno en el horno, programamos 10 minutos, damos la vuelta a las doradas y dejamos 10 minutos más.
     Era un chico fuerte, con las mejillas rojas, simpático y muy campechano. Las primeras palabras que le recuerdo decir fueron: "Yo toco el saxofón en la banda de mi pueblo", lo cual provocó carcajadas en la clase, y aún no sé exactamente por qué.  "Y ¿cual es tu pueblo?"- le preguntó el profesor. "Minglanilla", contestó él, lo cual hizo que siguieramos riendo. Tengo que decirte que me he acordado de tí muchas veces, porque el abuelo de quien hoy es mi marido, era de tu pueblo también. Y cada vez que escucho ese nombre, me vienes a la memoria.
     Pasó a apodarse "Mingla" y luego "Piraña", como el de "Verano azul", para posteriormente quedarse en "Pi". Por eso te dedico este palto, que se llama como el barco de Chanquete, esperando que te guste, y deseándote muchas felicidades en tu cumpleaños.
     Estoy escribiendo esta entrada el dia 7 de febrero de 2014. Y la voy a programar para dentro de casi un año, cuando vuelva a ser tu cumpleñaos, pues esta idea se me ha ocurrido en el cumpleaños de Julia, que es el 2 de febrero. Espero que para entonces ya nos hayamos visto, y que podais, Isabel y tú, venir a la siguiente quedada. Pero, hoy por hoy, tengo muchas ganas de darte un abrazo. Deseo habértelo dado cuando te esté deseando feliz cumpleaños en el 2015. Y que cumplas muchos más.

Torta caldosa

     Con este nombre tengo apuntada la coca que hacía tantas veces mi madre. Lo del nombre me llamaba la atención, pero creía que eran cosas de mi madre, hasta que vi el mismo nombre en webos fritos. Y como la receta de mi madre estaba con las típicas medidas de madre, o sea " un vaso y un poco, la que admita, etc", hice una mezcla de ambas recetas, con un resultado excelente.

Ingredientes
  • 5 huevos
  • 420 gr de harina
  • 420 gr de leche
  • 420 gr de azúcar
  • 250 gr de aceite de oliva
  • 4 gaseosas
  • Ralladura de limón
  • Azúcar para la superficie
     Precalentar el horno a 160ºC, calor arriba y abajo.
     Forrar una lata con papel de manila.
     Mezclar todos los ingredientes con un batidor de varillas, hasta que estén bien integrados. Echarlo en la lata, espolvorear con el azúcar, y meterlo al horno durante unos 40 minutos, hasta que esté cuajado. Apagar el horno, dejar 5 minutos dentro, sacar  y dejar enfriar. Y hacer tupers de coca, para que Inés y Guillermo se lleven a la universidad, y se acuerden de su madre, aunque solo sea en el desayuno.
     Yo también me acuerdo de la mía cuando hago este tipo de cocas. Y lo que me gustaba ( y me gusta) rebañar el bol donde se bate todo, y chupar el tenedor, lleno de masa cruda.....Y entonces mi madre me dice "Eres igual que la chacha Lola".

Bundt cake de naranja

     Otro bundt para la colección. Este me ha llamado la atención porque tiene menos grasas que los que suelo hacer de Bea, y por el aspecto como de "cortada" que tenía la masa. Este lo he hecho para regalarlo, pero también lo he probado (jajaja). La receta original es de Susana. Y quiero aprovecharla para felicitar a Raquel en su cumpleaños, porque es tan valenciana como las naranjas y el juego del truc.

Ingredientes
  • 150gr de mantequilla
  • 200 gr de azúcar
  • 6 huevos grandes
  • 1 yogur natural
  • 2 naranjas grandes
  • La ralladura de una naranja
  • Un pellizco de sal
  • 400 gr de harina de repostería
  • 1 sobre de levadura Royal
  • Azúcar glass
     Los ingredientes deben estar a temperatura ambiente.
     Precalentar el horno a 180ºC, con calor arriba y abajo.
     Engrasar muy bien el molde con mantequilla, teniendo buen cuidado de llegar a todas las aristas. Espolvorear con harina con ayuda del tamiz, y dar un par de golpes para eliminar el excedente de harina.
     Tamizar la harina junto con la sal y la levadura, y reservar.
     En el bol de la amasadora poner la mantequilla y el azúcar y batir a velocidad alta durante 5 minutos. Entonces bajar la velocidad a media y añadir los huevos de uno en uno sin dejar de batir. Añadir el zumo y la ralladura sin dejar de batir. Echar el yogur y volver a mezclar. Incorporar la mezcla de la harina y batir a velocidad máxima durante 10 segundos. Terminar de incorporar la masa de las paredes con la espátula, y mezclar con ésta, si es necesario, sólo hasta obtener una textura homogénea.
     Echar la mezcla en el molde, desde un solo sitio, dejando que sea ella misma la que se acomode. Una vez lleno, dar un par de golpes sobre la encimera, protegida por un paño, para asegurarnos de que la masa ha llegado a todos los rincones.
     Meter en el horno, sobre la rejilla, nunca sobre la bandeja, durante 30 minutos. Bajar la temperatura a 170ºC y hornear 15 minutos más. Pinchar la masa para asegurarnos de que está cocida. Si no lo está, pues la dejaremos un poco más. Una vez cocido, sacamos el molde del horno, contamos 10 minutos (lo más exactos posible), y agitamos un poco el molde para ayudar a desprenderse alguna parte eventualmente aún pegada. Desmoldamos sobre una rejilla y lo dejamos enfriar totalmente sobre ésta.
     Una vez frío, espolvoreamos con azúcar glas, con la ayuda del tamiz o de un colador.
     Está buena, pero un pelín más seca que el resto de bundt cakes que he preparado. Debe ser por la menor proporción de mantequilla que lleva. Tengo que repetirla poniéndole más. Está visto, que donde hay grasa, hay alegría.
     Raquel, si lo haces, espero que os guste mucho a tí, Juan Carlos e Iván. Si no lo haces, dime cuando quieres y yo te hago uno. Un beso muy fuerte, y que cumplas muchos más.

Gominolas de vodka con limón

     Seguimos con la colección de gominolas para adultos de Su, y esta vez he hecho los de vodka con limón, que es la copa que yo me tomo las escasas veces en que me voy de copas. Y tambiém con las felicitaciones: Lola, te envío una gominola virtual, y te deseo que cumplas muchos años más.

Ingredientes
  • 1 sobre de 85 gr de gelatina con sabor a limón
  • 2 sobres de 10 gr cada uno de gelatina neutra en polvo
  • 200 gr de vodka
  • 200 gr de azúcar
  • Azúcar para rebozar
  • Aceite para los moldes
     Poner los ingredientes en un cazo a fuego suave, procurando que no hierva, y removiendo de contínuo durante unos 10 minutos.
     Untar con los dedos y una pizca de aceite que no tenga sabor, el interior de los moldes de silicona.
     Verter con suavidad la mezcla en los moldes y dejar reposar a temperatura ambiente durante unas 12 horas.
     Desmoldar y pasar por azúcar.
     Se pueden hacer también con la Thermomix. Su lo explica en su entrada, pero a mí me supone mayor trabajo limpiar la máquina que hacerlas así.
     Para la conservación, ver la entrada de Susana.
     Lola, tómate una cervecita a mi salud, y sigue cumpliendo años así de estupenda, porque, aparentemente, el tiempo no ha pasado por tí. Un beso.

Pollo al horno

     La noche de Reyes es mágica. La ilusión de los niños, incluídos los que llevamos dentro,  lo consigue. En cada sitio se celebra de una manera. Cuando yo era pequeña y vivía en Valencia, los niños nos teníamos que acostar pronto para que los Reyes Magos nos visitaran. Dejábamos los zapatos en el balcón con un poco de paja para los camellos, que no sé de donde la sacaba mi madre, y un tentempié para Sus Majestades, cuyo gusto en brandy coincidía con el de mi padre. Y nos levantábamos, voluntariamente, antes que nunca. ¡Habían venido los Reyes!.
      Por estas tierras, la cabalgata de los Reyes Magos empieza sobre las 7 de la tarde del dia 5. Cada año la organiza una entidad, y siempre cuenta con la colaboración de una gran número de grandes y pequeños ayudantes. Desfilan San José, la Virgen y el Niño, la Estrella y los Reyes, acompañados de antorcheros, ángeles , corderos y pastores, que los arropan a su paso. Regalan algunos dulces y golosinas para los niños, que les cantan el "Tirorí, tirorí, Senyor Rei, estic açì....". Llegan hasta la plaza, donde los Reyes adoran al Niño. Y de allí, cada uno a su casa, a la voz de "Que vinguen carregats!", que es una expresión que adoro.
     Nadie puede negar lo mágicos que son, porque al llegar a casa, cada uno encuentra sus regalos bajo el árbol o junto al nacimiento. Es una  noche de familia, de recuerdos, de añoranzas, de besos y abrazos....
     Cuando yo fui madre, ya vivía aquí. El primer año, mantuve la costumbre valenciana de abrir los regalos el día 6. Mi hija no tenía aún un año. Pero después adoptamos aquello de "Donde fueres, haz lo que vieres".  Saliamos de casa, no sin antes dejar un refrigerio para Sus Majestades, y curiosamente, el brandy ahora es el mismo que le gusta a su padre, y los dulces suelen ser también mis preferidos. Y,  casi ya como tradición, a mi marido se le olvidaba algo cuando habíamos caminado unos metros. Los guantes, apagar algo...."¿Dónde va papá?" preguntaban los niños. "A por los guantes, que hace frío". "Vamos a esperarlo". "No, no os preocupeis, vamos nosotros a coger sitio que él nos alcanza enseguida". Y con la ilusión y la inocencia brillando en sus ojos, guardábamos sitio al "despistado" papá. Así, hemos ido puntualmente a ver la cabalgata acompañados de nuestros hijos, y a veces de mi madre y hermanas.  Mis hijos han participado alguna vez en la cabalgata, y desde hace unos años, como miembros de la Unión Musical Contestana, salen siempre.
     Llegar a casa con ilusión y un poquito de miedo, encontrarse los regalos (la cara que pusieron un año en que mi marido los escondió detrás del sofá y no se veían al entrar al comedor), abrirlos y formar un guirigai es todo uno. Y después, a cenar. Ya hace muchos años, ésta constituye nuestra cena de Reyes, por su facilidad en la intendencia.

Ingredientes
  • Muslos de pollo
  • Patatas
  • Sal
  • Pimienta
  • Especias al gusto
  • Un chorrito de vino blanco
     Limpiamos los muslitos, los especiamos y los ponemos en una bandeja de horno. Si queremos, los podemos regar con un chorrito de vino blanco o caldo.
     Lavamos bien las patatas, las abrimos por la mitad, las especiamos y las envolvemos en papel de aluminio. Las ponemos en otra bandeja.
     Si hacemos pocos muslitos, podemos poner las patatas, sin papel de aluminio, en la base de la bandeja y el pollo encima. Nosotros, este año, lo hemos hecho en dos bandejas.
     Poco antes de irnos, encendemos el horno a 200ºC y metemos las bandejas dentro. Cuando alcanza dicha temperatura, temporizamos el horno 50 minutos, calor arriba y abajo, sin aire, y nos vamos a ver la cabalgata. Cuando llegamos, si a las patatas les falta un poco, volvemos a encender el horno, sacando la carn, que ya está hecha.
    
     Esta receta no tiene mayor misterio que recrear  la calidez que produce llegar de la calle, en la fría noche de enero, y entrar en el comedor calentito y oliendo a pollo al horno, que forma parte también de nuestros recuerdos. Y después de cenar, a comer el roscón.
     A quien lea ésto, le deseo de todo corazón un buen año 2015, y que Sus Majestades hayan venido bien cargados.

Espaguetis con espinacas

     Cuando tengo tiempo, me doy una vuelta a ver qué cocinan mis blogs favoritos. Favoritos de momento, porque hay tantos que no conozco....y un día me saltó esta receta de Cocinando entre olivos., que tenía pendiente de probar. Efectivamente, rápida y rica. Yo me la llevé al trabajo al día siguiente en una fiambrera, y buenísima. Creo que no se le puede pedir más a una receta.

Ingredientes
  • 500 gr de espaguetis
  • 600 gr de espinacas
  • 200 gr de avellanas
  • Ajos
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
  • Queso para rallar
     Yo he comprado las bolsas de espinacas limpias, y así es aún más rápido. Pero el sabor de las espinacas de manojo es mejor, tengo que reconocerlo. En una olla grande he puesto el aceite y los ajos laminados, hasta dorarlos, momento en el que he echado las avellanas y les he dado unas vueltas, ya que las mías también estaban tostadas. Entonces he añadido las espinacas, y las he ido friendo. Las he apartado a una fuente amplia.
      Como nosotros eramos 6 para comer, y las espinacas abultan tanto estando crudas, he hecho dos veces esta operación. Al terminar, en la misma olla, sin fregar, he puesto agua y sal a hervir, y he cocido en ella los espaguetis. Los he escurrido y los he mezclado con las espinacas. He añadido la pimienta recién molida, y los guardé tapados en la nevera, ya que yo hago muchas veces la comida la tarde anterior.
     Al día siguiente, servir, calentar en el microondas y ponerle, si se quiere, queso rallado por encima. Yo le puse parmesano recién rallado.
     Gracias, Ana María, por esta receta tan estupenda.

Panettone

     El panettone es un dulce de elaboración larga, pero merece la pena el esfuerzo, porque está delicioso. El olr al salir del horno no tiene precio. Y aunque no es complicado, sí resulta laborioso, y largo, por lo que hay que tener en cuenta los periodos de reposo para planificar su ejecución. De todas formas, he podido apañarme bien.
     Me decidí por la receta de Miriam, del blog de María Lunarillos, donde compré también los moldes de panettone de medio quilo.

Ingredientes del prefermento
  • 110 gr de leche entera
  • 110 gr de harina de fuerza
  • 6 gr de levadura de panadería
     La noche anterior, mezclamos estos ingredientes y lo dejamos toda la noche a temperatura ambiente, tapado con un gorro de ducha.
     Dice Miriam que el panettone cásico se hace con masa madre, o sea que podemos sutituír el peso del prefermento por el mismo peso de masa madre al 100% de hidratación.
     Lleva poquísima levadura, por eso ha de desarrollarse lentamente.
Ingredientes para la primera masa
  • Todo el prefermento
  • 4 huevos
  • 2 yemas
  • 550 gr de harina de fuerza
  • 130 gr de azúcar
  • 2 cucharadas de ron
  • 140 gr de mantequilla ablandada
     Esta masa la empezamos a hacer a la mañana siguiente.
     En la amasadora, con el batidor de globo, batimos los huevos, yemas , ron y azúcar. Cambiamos al gancho amasador y añadimos el resto de ingredientes excepto la mantequilla. Cuando la masa está más o menos cohesionada, vamos añadiendo la mantequilla trozo a trozo, amasando entre medias, hasta obtener una masa un poco dura. La amasamos hasta que esté lisa y elástica, y la ponemos en un cuenco aceitado, tapada con el gorro de ducha, hasta que doble su volumen.
Ingredientes para la segunda masa
  • La primera masa
  • 270 gr de harina de fuerza
  • 3 huevos
  • 3yemas
  • 140 gr de mantequilla ablandada
  • 75 gr de azúcar
  • 10 gr de miel
  • Una pizca de sal
  • 1 vaina de vainilla
  • Tropezones
  • Mantequilla
     Cuando ha doblado la primera masa (en mi caso a media tarde), ponemos en el cuenco de la amasadora los huevos, las yemas, el azúcar, la miel, la sal y las semillas de la vaina de vainilla, abierta, y rascadas con un cuchillo (el resto de la vaina lo podemos incorpotar a la botella donde tenemos el extracto de vainilla.) Ponemos el accesorio mezclador y añadimos la harina, hasta integrarla. Según Miriam (y es cierto), ahora obtenemos un engrudo impresentable.
     Ponemos el gancho amasador, añadimos la primera masa y amasamos, hasta que empiece a estar lisa, momento en que echamos la mantequilla a trocitos, como en la primera masa. Obtenemos una masa bastante blanda. Para desarrollar el gluten, en esta masa con tanta grasa y azúcar, amasaremos por tandas, es decir, dos minutos de amasado y 5-10 de descanso. Nos llevará bastante tiempo, hasta que la masa sea capaz de pasar la prueba de la membrana, es decir, que al coger un pedezo y estirarlo, se quede fina y translúcida, como la piel de un tambor, sin romperse. Si no, hay que seguir amasando. Sólo así conseguiremos esa esponjosidad que caracteriza al panettone. Esta es la parte más larga y pesada de la confección.
     Cuando la masa esté bien lisa y elástica, incorporamos los tropezones, que pueden ser frutas confitadas picadas, pasas remojadas en ron, pepitas de chocolate....según los gustos de cada uno. Para ello, echamos la masa sobre un papel de hornear y la aplanamos en forma de rectángulo. Echamos los tropezones y los repartimos bien. Cortamos la masa en dos y ponemos una encima de la otra, y enrollamos el rectángulo resultante. De ahí cortamos tantas porciones como panettones queramos conseguir, y las pesamos para que sean más o menos uniformes. En mi caso, y con estas cantidades, yo hice 4 de alrededor de medio quilo. Hacemos una bola con cada porción y la colocamos en los moldes, con la parte fea hacia abajo.
     Ahora queda esperar a que los panettone cuadrupliquen su tamaño. Los dejamos en un sitio cálido y esperamos a que la masa llegue al borde del molde. Si se nos hace de noche y no lo hemos conseguido, los metemos dentro de bolsas de plástico cerradas y los dejamos en la nevera, para que se retarde la fermentación. Y al día siguiente los sacamos y seguimos esperando.
     Precalentamos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
     Cuando la masa empieza a asomar por el borde del molde, con una cuchilla o un cuchillo muy afilado, y con cuidado, hacemos un corte en forma de cruz en la superficie, y le ponemos un pegote de mantequilla. Los metemos en el horno y bajamos la temperatura a 170ºC. Los míos han tardado 30 minutos en estar listos las dos veces que los he hecho. Al insertar una brocheta, ha de salir limpia y seca.
     Con ayuda de una manopla los sacamos del horno, los atravesamos, más o menos hacia la mitad del molde, con una aguja de hacer punto de media, y los dejamos enfriar bocabajo, apoyando los extremos de la aguja en una mesa y una silla respectivamente, por ejemplo.
     Cuando estén fríos, quitamos las agujas y ya están listos para comer.
     Largo y un poco entretenido, pero vale la pena el resultado. Un bollo delicioso, que hay que mantener dentro de una bolsa de plástico, pues se reseca con facilidad. Recién hecho, espectacular.